Dólar, inflación y tasas de interés: el panorama tras las medidas de Massa y las exigencias del FMI

Con la inflación desatada y ante la necesidad de arribar a un acuerdo con el FMI que destrabe los adelantos de los desembolsos, son muchas las dudas en torno a la manera en que el Gobierno llevará adelante la  política monetaria y cambiaria en lo inmediato. Las claves para comprender este escenario.

«Para fortalecer la competitividad y fomentar la acumulación de reservas, nos aseguraremos de que la tasa oficial de crawling peg permanezca más consistentemente por encima de la inflación (y por debajo de las tasas de interés de política)». Este fragmento es un extracto de un documento emitido por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a propósito de la última revisión de metas trimestrales acordadas con la Argentina. Su contenido es vasto y fundamental para la economía nacional.

La escasez de dólares en las arcas del Banco Central, agudizada por la histórica sequía en las áreas agrícolas por excelencia, obliga al Gobierno a salir en busca de fuentes alternativas de financiamiento. Al igual que durante el gobierno de Macri, el actual ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa, acude al Fondo Monetario Internacional (FMI) para tratar de suplir el déficit en cuenta corriente. Se gestionan U$S 11.000 millones en concepto de adelanto de desembolsos, en atención al innegable perjuicio económico, financiero y tributario que el déficit hídrico provocó, provoca y provocará.

Conseguir tal desembolso no resulta cosa sencilla. En el mientras tanto, se están rediscutiendo metas fiscales y de acumulación de reservas y el organismo sigue prescribiendo recetas para conseguir lo que, a criterio del staff, es la sostenibilidad del programa y de la economía argentina en su conjunto.

La escasez de dólares en el Banco Central, agudizada por la histórica sequía en las áreas agrícolas por excelencia, obliga al Gobierno a salir en busca de fuentes alternativas de financiamiento.

Como parte de tales recomendaciones, figura la que citamos en el primer párrafo, y que podemos resumir así: hay que devaluar el tipo de cambio oficial a un ritmo mayor que la inflación pero a una tasa menor que la de interés. Es decir, la tasa de interés debe estar por encima de la de devaluación, y ésta a su vez por encima de la de inflación.

Lo que se busca con la aceleración de la devaluación es una depreciación cambiaria real, a fin de mejorar los saldos externos del país y acumular reservas. El lado B de esta sugerencia es más inflación, pues implica que el precio de los bienes finales e intermedios que se importan se incrementen por encima del nivel general de precios. Argentina es un país con estructuras productivas desequilibradas, lo que lo hace muy dependiente de las importaciones.

Dato

0,55%
Fue el aumento del tipo de cambio oficial este lunes 15 de mayo.

¿Esto se está cumpliendo? Si consideramos que este lunes 15 de marzo el tipo de cambio oficial aumentó un 0,55% respecto del cierre anterior, es posible decir que sí, se está devaluando a un ritmo mayor que el aumento del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Como parte del paquete de medidas delineado este fin de semana, se determinó «administrar» el crawling peg, y ese 0,55% podría darnos una pista acerca de lo que significa «administrar». Si tal porcentaje se mantuviera a diario, en un típico mes de 20 días hábiles la devaluación mensual sería mayor al 11%.

Asimismo, integra ese paquete, el incremento de la tasa de referencia de la política monetaria en 600 puntos básicos, con lo cual pasa del 91% nominal anual (n.a) al 97% n.a. Esta disposición entró en vigencia este lunes 15 de marzo e implica que un plazo fijo tradicional pasó a pagar una tasa efectiva mensual del 8,1%. La primera conclusión es obvia: la tasa de inflación de abril fue del 8,4%, y las proyecciones para el mes de mayo no son precisamente a la baja. Los precios en Argentina han ingresado a una peligrosa dinámica en la que cualquier tasa de retorno se percibe negativa en términos reales.

Dato

8,1%
Es la tasa de interés efectiva mensual tras el aumento de la tasa de referencia del Banco Central.

Recapitulando: el FMI le solicita a la Argentina que la tasa de interés sea mayor que la de devaluación y que la de inflación, pero por el contrario en este momento parece ser la más baja. Tener tasas reales positivas y altas impacta negativamente en los niveles de actividad, pero en este contexto puede contener parcialmente la suba de precios.

Hoy no hay anclas para la inflación: hay que eliminar subsidios e incrementar tarifas, hay que acelerar la devaluación, y las tasas de interés reales son negativas, lo que aumenta la circulación del dinero y favorece la dolarización de carteras, con el consecuente impacto en la cotizaciones de los dólares paralelos.

Ante este panorama macroeconómico y en un año electoral, donde según las encuestadoras la no continuidad del Frente de Todos en el poder es una seria posibilidad, destrabar los dólares del FMI luce, cuanto menos, arduo.

Volvemos al comienzo: la escasez de dólares se presenta, quizás, como el problema más apremiante de la economía argentina en este momento. El Gobierno pretende y necesita contar con los desembolsos del FMI lo antes posible. Ante este panorama macroeconómico y en un año electoral, donde según las encuestadoras la no continuidad del Frente de Todos en el poder es una posibilidad, destrabar los dólares del FMI y engrosar reservas luce, cuanto menos, arduo.


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