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La ganadería bovina en el Alto Valle, el Valle Medio y Río Colorado

Un estudio de INTA sobre los actores, tipos y formas de producción fue distinguido como ‘mejor trabajo a la cadena de la carne’ por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (IPCVA).

Por INTA

El cambio en el estatus sanitario al sur del río Colorado en 2013 y la progresiva diversificación de las áreas bajo riego con producción forrajera y de granos, favorecieron el desarrollo de la producción bovina en la Norpatagonia.


A fin de entender las prácticas y estrategias desarrolladas por los productores ganaderos bovinos, el estudio -denominado “Una aproximación a los tipos del Alto Valle de Neuquén y Río Negro, Valle Medio y Río Colorado de Río Negro”-, indagó a partir de entrevistas y estadísticas nacionales: “¿Qué nivel de homogeneidad/heterogeneidad presentan?” y “¿Cómo incidieron en sus prácticas de manejo y gestión de la producción los cambios acontecidos en la región?”.
Las mismas permitieron identificar tres tipos de productores:


• Productor ganadero familiar: se caracteriza por tener menos de 500 bovinos, aunque el 69% tiene menos de 200 cabezas. No tiene empleados permanentes declarados en su actividad, como tampoco forma jurídica societaria. Realiza ganadería de forma casi exclusiva y es propietario unipersonal o bien en sociedades familiares. Es segunda o tercera generación de productores ganaderos radicados en la región, descendientes de colonos de origen europeo.


• Productor ganadero no familiar especializado: dispone de más de 500 bovinos, suele contar con al menos un empleado permanente o bien el titular de la producción es una persona jurídica (sociedad anónima, de responsabilidad limitada o comanditaria). Realiza en forma casi exclusiva la ganadería, sólo el 7% complementa con agricultura y el 16% tiene la ganadería como actividad secundaria. Capitaliza de forma regular por el nivel de stock disponible. La mayoría de los productores combinan la cría en el área de secano con una recría y engorde en áreas bajo riego, en superficies propias y/o arrendadas. La producción de forraje y grano es usada para los animales propios, con eventual venta de excedente de alfalfa o maíz. En general, contratan los servicios agrícolas (enfardado, cortapicado y ensilado), y algunos mantienen por tradición la cría y comercialización de reproductores registrados.


•Productor ganadero no familiar diversificado: tiene menos de 500 bovinos y cuenta con al menos un empleado permanente o bien el titular de la producción es una persona jurídica. Si bien el 75% se dedica principalmente a la producción ganadera, se observa una mayor diversificación a partir de las actividades agrícolas y extraprediales. El 61% de ellos tiene menos de 200 cabezas, que no garantizan niveles estables de capitalización anual. Disponen de una menor superficie para la actividad agropecuaria, con algunas áreas bajo riego.

Los entrevistados reflejaron los cambios en la región a partir del cierre de la barrera sanitaria que impulsó el agregado de valor, permitiendo un mayor número de oportunidades en un contexto de crisis de las producciones del valle y de aumento poblacional en la norpatagonia.


Existe un claro predominio de la ganadería familiar. Prácticas ampliamente reconocidas para la mejora de la eficiencia, como el estacionamiento del servicio, la detección de la preñez, la inseminación y el pastoreo rotativo, no son aplicadas por la limitada acumulación económica.

En consecuencia, estas unidades están más expuestas a eventos adversos, sean naturales o económicos. Sin embargo, los entrevistados dan cuenta del incremento de las existencias ganaderas, de la recuperación de la gestión directa del establecimiento y de las inversiones realizadas.

“El Productor ganadero no familiar especializado de la Norpatagonia se dedica fundamentalmente a la cría”.

Fernanda Menni – IPAF Patagonia


Por otro lado, aquellos que disponen de mayor dotación de recursos avanzaron en la complementación de áreas de secano y bajo riego, en la producción intensiva de forraje y granos, y en el engorde y terminación, desarrollando el servicio de hotelería para animales de terceros.


A partir del estudio elaborado por el INTA se desprende que la infraestructura de caminos y los servicios esenciales (agua, energía, comunicación, educación y salud) no favorecen la residencia permanente en el establecimiento ni la incorporación de tecnologías que faciliten sistemas de automatización y control remoto de la producción, pronósticos y alerta temprana, gestión económica y comercial. Aun así, el desarrollo de áreas urbanas con relativa cercanía ha permitido el manejo del rodeo de forma semipresencial.

Feed lot. Modalidad de engorde extendida en la Norpatagonia.


“El 85% de los productores del área se dedica a la cría, en tanto que el 11% al engorde-terminación y el 4% hacen ciclo completo”, destacó Patricia Villarreal, del INTA Alto Valle.


Por su parte, Fernanda Menni, del IPAF Patagonia, señaló que “el Productor ganadero no familiar especializado se dedica fundamentalmente a la cría (93%), mientras que el diversificado hace engorde-terminación (25%), y el de tipo Productor ganadero familiar se encuentra en una situación intermedia: 87% cría, 9% engorde y 5% ciclo completo”.


Finalmente, Marcelo Perez Centeno, del mismo instituto, mencionó que el jurado del IPCVA “ponderó el abordaje realizado por el trabajo tratando de recuperar las voces de quienes realizan la producción, destacando especialmente el rol de la ganadería familiar en la Patagonia, que involucra casi un 70% de los productores que viven y trabajan junto a su familia para desarrollar la actividad”.


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