El aire que se respira no siempre es bueno

El transporte es el principal causante de la contaminación. El crecimiento desmedido del parque automotor es un motivo. Asma, cáncer y bronquitis son algunos de los males que genera.

La mayoría de los centros urbanos de la Argentina padecen la contaminación ambiental como consecuencia del crecimiento poblacional, de un marcado aumento del parque automotor y de los gases que emiten las fábricas instaladas en diferentes polos industriales.

Buenos Aires, La Plata, Mendoza, Rosario y Bahía Blanca, son las ciudades más contaminadas, según señaló el subsecretario de Medio Ambiente de la Nación, Rubén Patrouilleau, aunque agregó que «todas las áreas urbanas padecen este tipo de contaminación».

Verónica Odriozola, especialista en medio ambiente de la organización internacional Greenpeace confirmó que, en «términos de calidad de aire, en lo que se refiere a transporte, la ciudad que está en peor situación es Buenos Aires».

«La contaminación por cuestiones industriales varía, porque hay zonas como la de Dock Sud, en la provincia de Buenos Aires, o la localidad bonaerense de Bahía Blanca donde hay polos petroquímicos, en las que sus habitantes están sometidos a permanentes escapes de gas», dijo la especialista.

La contaminación que se padece de manera creciente es a raíz del sistema de transporte, que, a la vez, ayuda a incrementar la contaminación sonora.

Un sondeo de opinión realizado, a fines del año pasado, por la organización no gubernamental (ONG), Vida Silvestre, sobre 8.092, reveló que para gran parte de los argentinos, el principal problema de contaminación ambiental es el aire.

Según el informe, al 93,3 por ciento de los porteños, al 78,7 por ciento de los bonaerenses, al 88,6 por ciento de los mendocinos y en igual medida a los santafesinos lo que más les preocupa es la contaminación del aire que respiran.

El subsecretario de Medio Ambiente de Buenos Aires, Juan Rodrigo Walsh, señaló que «para mejorar la calidad de aire es imprescindible emprender un programa de gestión ambiental, en el que se prevea un ordenamiento del sistema de transporte público y se implementen las denominadas playas de desestimiento, donde se deje el auto y se tome el tren o el subte, como una modalidad para integrar el transporte».

El transporte es el principal generador de la contaminación y esto se debe a que «en los últimos años el parque automotor creció desmedidamente, el radio de la ciudad cada vez se extendió más y la gente adoptó el automóvil para desplazarse».

Monitoreo

Por su parte, el asesor regional en control de contaminación del aire de la oficina sanitaria de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Marcelo Kork, sostuvo que para lograr «un diagnóstico fidedigno es necesario que todas las ciudades cuenten con una red de monitoreo para medir los gases emanados del transporte en los centros urbanos y evaluar sus efectos en la salud».

Al referirse a los efectos que la contaminación del aire urbano produce sobre la salud humana, el especialista mencionó como patologías más frecuentes el asma, cáncer, bronquitis crónica y enfisema pulmonar y afecciones vasculares que van desde infartos hasta accidentes cerebrovasculares. (Télam)

Es necesario hacer un estudio previo

«La ausencia de evaluaciones de impacto ambiental que producen las obras y la falta de reservas naturales, para albergar la biodiversidad argentina, son dos grandes falencias con las que se tropieza al procurar mejorar la calidad del medio ambiente argentino», afirma Juan Carlos Chebez, director de la delegación regional Nordeste Argentino y presidente de la Asociación Aves Argentinas.

En Viedma, se apunta a resolver la primera falencia. La realización de estudios de impacto ambiental antes de emprender obras públicas para reforzar la infraestructura turística del balneario El Cóndor, se constituyó en la principal recomendación de un seminario sobre Urbanismo y Areas Costeras, desarrollado en la villa marítima.

Del encuentro participaron representantes de diversos organismos públicos municipales y provinciales, de la junta vecinal, prestadores de servicios y profesionales.

Durante las exposiciones quedaron en evidencia algunas cuestiones negativas y positivas del balneario. Entre las primeras se destacó el hecho de permitir que los autos bajen a la playa de los acantilados donde provocan perjuicios a la colonia de loros barranqueros, una de las más importantes de la Argentina.

Entre las cuestiones positivas se valoró las características naturales que tienen las playas viedmenses. La geóloga Mariana Camino, del Centro de Geología de Costas de la Universidad Nacional de Mar del Plata, destacó el alto nivel de preocupación que se observa en la comunidad respecto de los problemas de impacto ambiental y recomendó la elaboración de estudios profesionales serios como requisito previo a la realización de nuevas obras públicas. (AV y Télam)


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