El cambio de conductas es el primer paso hacia el consumo eficiente

El uso racional de la energía, la aplicación de equipos y electrodomésticos modernos son las claves del ahorro. Se pueden reducir más de un 60% los costos.

Eficiencia energética no es algo que se pueda generar sino más bien tiene que ver con la reducción de pérdidas existentes en los procesos de transformación de una energía a otra. Cuando se habla de eficiencia energética lo que se busca es lograr obtener mismas prestaciones con menor consumo, es decir, menor costo.

A través de la aplicación de nuevas tecnologías se puede reducir el consumo hasta un 50% en lo que es industria y el sector edilicio. Sin embargo, sin invertir un solo peso se puede ahorrar hasta un 10% solo aplicando conductas de uso racionable de la energía.

“Dentro de lo que es eficiencia energética tenés dos grandes ramas. Una tiene que ver con el consumo racional, es decir conducta y la otra es el consumo eficiente que tiene que ver con la tecnología. Cuando se arranca de cero, los cambios de conducta producen mejoras importantes, rápidas y sin costo”, aseguró el gerente de Servicios de la División DM, de la multinacional ABB, Carlos Bondoni en diálogo con “Energía On”.

El 10% de ahorro que se puede obtener con el cambio de conductas tiene que ver principalmente con la utilización correcta de aires acondicionados, iluminación y calefacción. “El cambio de conducta, cuando la gente adopta una nueva cultura, no te sirve más. Ese es el punto en que lo único que te queda es la aplicación de tecnologías”, remarcó.

Casi todo el confort, bienestar y desarrollo de las sociedades modernas van de la mano del consumo de energía”.

Carlos Bondoni es el gerente de Servicios de la División DM de la multinacional ABB.

En todos los pasos de la cadena de transformación de la energía se producen pérdidas. La generación de electricidad a través de fuentes eólicas, solares, nucleares e hidroeléctricas producen menos pérdidas que la electricidad a través de la combustión.

“Nunca vamos a poder tomar una forma de energía y convertirla en otra con un 100% de aprovechamiento. Pero también es interesante tener en cuenta que un motor de combustión tiene una eficiencia energética entre el 30 y 40 % y uno eléctrico está arriba del 96%”, remarcó.

En una de las plantas de ABB en Argentina lograron en seis años una reducción del 28% en el consumo. Y 9% de ese ahorro fue por cambios de conducta. “Este es un valor corregido porque en el medio sumamos más metros cuadrados de planta. También se tuvo en cuenta cómo fueron los veranos e inviernos respecto a los años anteriores. Tuvimos un importante ahorro”, indicó.

Si vos arrancás con luminarias viejas, podés lograr ahorros del orden del 20% y 40%. Otra cosa es el bombeo de fluidos. Si vos podés regular la velocidad del motor, tiene un potencial de ahorro que puede llegar al 50% dependiendo de qué tipo de válvula de control que tengas, agregó Bondoni.

Con los electrodomésticos es más sencillo que con las herramientas industriales porque en general todos tienen un etiquetado IRAM. “Tenés potencial de ahorro en cosas tontas como es mejorar los aislamientos. Es difícil cuantificarlos. A veces lo que te produce más ahorro es lo que es más fácil de implementar”, dijo.

En el mercado no hay ninguna herramienta o tecnología nueva de tipo disruptiva en eficiencia energética. “El catálogo de las cosas que se pueden hacer es básicamente el mismo, vamos mejorando, pero las recetas son las mismas”, cerró Bondoni.

La generación distribuida elimina las pérdidas en el transporte 

En general los centros de generación de electricidad están alejados de los puntos de consumo, si bien las centrales térmicas suelen estar más cerca, los parques eólicos y las centrales hidroeléctricas están en los extremos de la ciudad.

“En el 2009 la Argentina tenía un 14% de pérdidas en transmisión y distribución de energía eléctrica. Es decir que si El Chocón ponía 100 MW a mi casa llegaban 86 MW”, ejemplificó Carlos Bondoni de ABB.

Las pérdidas tienen que ver principalmente con que el país es geográficamente grande y con una característica de los cables que tienen un porcentaje de pérdida por metro. “La generación distribuida lo que te permite, entre otras cosas, es tener la generación más cercana al punto de consumo, por lo que te permite casi eliminar esas pérdidas”.

Algunas líneas en Argentina están saturadas por lo que si aumenta la demanda en los centros poblados no se la podrá cubrir con los centros de generación actuales. “El hecho de tener generación cerca del área metropolitana a vos te permite reducir el costo de transporte y hacer una instalación más barata”, indicó Bondoni.

Si bien Nación reglamentó la Ley 27.424 de Generación Distribuida antes de fin de año, no todas las provincias están adheridas. Y el gobierno no puede obligarlas a hacerlo porque entraría en conflicto con las cooperativas. “No podés dar una normativa general, ahí es donde se empieza a complicar todo lo que es el manejo de la generación distribuida”, cerró Bondoni.


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