El cierre del matadero de la meseta deja a la deriva a 350 productores de cerdos

Mensualmente pasan por sus instalaciones unos 4.000 animales. Existe temor de que los crianceros empiecen a faenar en lugares no habilitados y sin los controles necesarios.

La clausura del matadero municipal de Colonia Nueva Esperanza por el ente provincial de productos alimenticios (Cippa), despertó gran preocupación en los pequeños y medianos productores de la zona, Plottier, China Muerta, Senillosa y Centenario. Creen que esto va a lograr que los crianceros empiecen a faenar en lugares no habilitados.

El matadero ocupa un punto estratégico geográficamente donde puede atender las necesidades de más de 350 productores pequeños y medianos. Su clausura deja un vacío desde Arroyito a Vista Alegre.

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Mensualmente se atiende a 4000 animales que pasan por las instalaciones del matadero para luego ser insertados en el mercado, y ante la imposibilidad de acceder a la faena, siguen significando gasto para los productores.

Un criancero de Productores Neuquinos (Proneu), Alberto Schrul reconoció que el matadero juega un papel vital en la cadena de los productores como él, a tal punto que “toda mi producción pasa por el matadero, si no tengo matadero no tengo trabajo, no tengo qué comer, tengo que vender todo lo que construí estos años y dedicarme a otra cosa”.

La faena en lugares no habilitados es una de las preocupaciones del cierre del matadero.

Particularmente Schrul faena 10 animales por semana, pero desde la clausura no puede seguir adelante con su trabajo. Además contó que en su misma situación conoce a más de 50 productores, pero estima que el número es mucho más grande.

Un productor de Plottier, Ricardo Godoy contó que, entre conejos, cerdos y gallinas lleva alrededor de 30 animales por semana al matadero. “Antes de llegar a este eslabón de la cadena, tenemos que proveerles una alimentación balanceada a los animales y todos los controles veterinarios necesarios, lo cual demanda una inversión importante”.

Otro criancero de la zona, Roberto Gawryluk expresó que “con esta clausura ahora van a empezar a vender animales faenados en lugares particulares y los van a vender a un costo que nosotros no podemos competir”.

Para el uso de las instalaciones del matadero los productores que no pertenecen Asociación de Fomento Rural pagan 300 pesos por cada cerdo.

“Si no se resuelve nada pronto, esta clausura da a lugar a faenas clandestinas, donde se va a insertar mercadería que no va a tener los mismos controles que nosotros le hacemos a los animales, y que son procesados en lugares que tampoco cumplen con las habilitaciones necesarias”, precisó Schrul. Y cerró que “esto va incidir directamente en el precio, y con lo que nosotros invertimos no podemos competir”.


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