El dolor ganó la calle en Villa La Angostura

La muerte de "Chichí" Irízar conmocionó a todos en la apacible ciudad cordillerana

El féretro de María de los Angeles fue llevado a pulso hasta el cementerio angosturense.

VILLA LA ANGOSTURA (AB).- Algunos pudieron considerar exagerado que el intendente Roberto Cacault decretara tres días de duelo municipal por la muerte de María de los Angeles Irízar, pero esa idea equivocada sólo pudo anidar en la mente de personas que no conocían a «Chichí», ni la relación que tenía con los habitantes de Villa La Angostura. Durante ese lapso no habrá actividades deportivas, y también fueron suspendidos otros eventos artísticos y culturales, porque un clima de luto sincero se instaló en la comunidad. La vida se detuvo ayer en esa apacible villa cordillerana, para que cerca de la mitad de sus habitantes pudiera dar el adiós postrero a su hija y deportista dilecta, y cerca de 400 personas acompañaron el cortejo fúnebre que recorrió a pie gran parte de la localidad, hasta llegar al cementerio local. Se observaban lágrimas en cientos de ojos, y se adivinaba el dolor que oprimía los pechos a cada paso. «Nos repondremos de este dolor de ausencia, que no es de pérdida. Hasta luego. Volveremos a soñar, a crecer y a disfrutar nuestros sueños, y seguirás palpitando en nuestras vidas», sentenció el cura Rubén Capitanio, párroco de Villa La Angostura, al oficiar el responso de cuerpo presente. Irízar, junto a sus amigos y compañeros de equipo, Ignacio Di Lorenzo y Martín Paredes, volvía de una competencia de aventura en Entre Ríos -donde ganaron el «Desafío El Palmar»- cuando sufrió el fatal accidente.

Les correspondía un recibimiento glorioso, acorde con la importancia de ese nuevo lauro, pero cerca del mediodía, los bomberos de La Angostura hicieron sonar sus sirenas para anunciar la llegada de los restos de la eximia atleta. La velaron en el Gimnasio Municipal, escenario de sus primeros desafíos, ante un incesante desfile de vecinos que no alcanzaban a expresar sus sentimientos sin romper en llanto.

Florencia era su compañera de estudios en la carrera de Educación Física con orientación en actividades de montaña, y no encontró palabras para expresar su dolor. Y es que el Centro Regional Universitario Bariloche, de la Universidad Nacional del Comahue, ya ha sido duramente golpeado por la tragedia en los últimos meses. Allí estudiaban los nueve jóvenes que perecieron víctimas de la avalancha del cerro Ventana, y allí estudiaba «Chichí» junto a su novio, Martín Paredes. Ambos se aprestaban a culminar sus estudios, antes de fin de año.

«Chichí» Irízar integraba junto con su novio, Martín «Totuco» Paredes, de San Martín de los Andes, e Ignacio «Rata» Di Lorenzo (también de Villa La Angostura), el equipo «Corredor Andino», que lograra destacadísimos puestos en las competencias multidisciplinarias y de aventura en el país. Todos sus compañeros estuvieron presentes para tributarle el último adiós.


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