El eterno retorno del arte fotográfico
Uno de los grandes de la fotografía, Eduardo Gil, está en Bariloche para impartir un taller en el marco del Mes de la Fotografía. Antes conversó con <b>DeBariloche.</b>
CULTURA
Claudio Andrade
candrade@rionegro.com.ar
Como un privilegiado espectador de su tiempo Eduardo Gil ha visto ir y venir tendencias dentro del universo cada vez más ancho de la fotografía contemporánea. Según recuerda a principios del siglo XX ya se discutía con vehemencia acerca de la masificación del acto fotográfico. “Se volvió popular una cámara que costaba entre 1 y 8 dólares”, explica Gil considerado uno de los grandes en su oficio. El fotógrafo se encuentra de visita en Bariloche para dar un taller en el marco de la XVII edición del Mes de la Fotografía que se desarrolla entre el 26 de septiembre y hasta el 26 de este mes. “No sé, en la actualidad no hay forma de definir una buena imagen. En el pasado había algunos valores que hoy no existen. Hoy lo que sirve es el texto y el contexto que acompaña a la imagen, su entorno”, reflexiona Gil al ser preguntado acerca cómo podría definir un especialista como él una buena foto.
Gil viene del fotoperiodismo y alguna vez besó los labios esquivos de la publicidad (“me aburría como una ostra estando en un estudio”) pero su trabajo ha virado con mayor fuerza hacia el foto arte o el arte sin más protocolos. Décadas caminando pasillos de redacciones le enseñaron lo complejo que puede resultar esta profesión condenada a reinventarse constantemente. Con hombres y mujeres que viven siempre al filo del abismo laboral. “La queja que se escucha viene del fotoperiodismo, de la idea de que cualquiera hace una fotografía. Pasó con hechos dramáticos como las Torres Gemelas. Pero frente a esto es necesario repensar la imagen. La vanalización del quehacer nos nutre no nos amenaza. En otras épocas se tuvieron los mismos temores”, asegura.
La obra de Gil está marcada a fuego por el búsqueda de líneas precisas, por contornos provistos de una energía invisible. Sus fotografías son como pequeños y austeros relatos de la realidad. Como refranes de campo. Canciones urbanas expresas en profundas notas de blues. Paisajes vacíos interrumpidos por la grandeza de un detalle perfecto. Y, a su vez, rostros llenos de una honestidad propia del desamparo. Arte que no pretendía ser arte en medio de la nada. Personas, personajes, sus miradas y, al fin de cuentas, las nuestras.
“Antes había que justificar el uso del color y hoy hay que justificar el uso del blanco y negro”, piensa elaborando una imaginaria lista de cambios generacionales. “Siempre hay algo que trasciende dentro del verdadero hecho artístico. Pero con el desarrollo de las técnicas se puede especular y el resultado también es engañoso. No basta con lo visual. Están presentes el texto y el discurso”, indica.
El currículum de Gil es un libro. Un cuadro expresionista que se vuelve elástico gracias a internet. Baste decir su obra participó en más de 200 muestras a lo largo y ancho de todo el mundo, que es un reconocido maestro y que algunas de sus más destacadas fotografías viven entre las paredes de prestigiosos museos.
-La fotografía se ha vuelto, en tanto concepto bien atado a la sociedad, una “cosa” mucho más compleja. ¿Hacia dónde va todo esto?
-Va justamente hacia un lugar complejo. Desde lo profesional es una apuesta porque el “ser” fotógrafo, solamente fotógrafo está en vías de extinción. Las nuevas tecnologías son una necesidad en la profesión, hoy el video es una herramienta mucho más eficaz que la fotografía para contar ciertas historias. Si uno no entiende eso se va a quedar en el pasado.
* El Taller “La Fotografía en el panorama del arte contemporáneo” es dictado por Eduardo Gil desde ayer y hasta el 12 en la Sala Frey (Centro Cívico). Más información en: http://www.mesdelafotografia.com.ar
DeBariloche
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