El gobierno apuesta ahora al diálogo con Bergoglio

Ruegan en la Rosada que el cardenal de la Argentina no vaya a ocupar un cargo en El Vaticano. Temen que en su reemplazo la Iglesia coloque a un ultraconservador. Base

BUENOS AIRES (ABA).- Pese a la mala relación entre el presidente Kirchner y cardenal primado de la Argentina, Jorge Bergoglio, en el gobierno ruegan para que el Papa Benedicto XVI, no designe a éste en ningún cargo en el Vaticano para que se pueda quedar, a partir de noviembre, al frente de la Conferencia Episcopal.

Son evidentes los signos de tirantez entre la Iglesia Católica y las autoridades políticas. Se han buscado canales de aproximación, pero llamativamente siempre ha sido Bergoglio el que los ha cortado.

«No es un hombre fácil el cardenal. Detrás de su apariencia humilde, hay una personalidad compleja», describió ante este diario uno de los diplomáticos encargado de los vínculos con los diferentes cultos.

Se recuerda que en oportunidad de la asunción de Benedicto XVI, estando el presidente en Roma, el cardenal rechazó una invitación para encontrarse. «Fue un gesto de Kirchner que Bergoglio desaprovechó», se lamentaron en la Rosada.

Por otra parte, estaba pendiente una reunión del cardenal con el jefe de gabinete, Alberto Fernández. A último momento, el religioso dio a entender que el funcionario no estaba a su nivel. «No entendemos las actitudes del cardenal», rezongan.

La indefinición en el tema del vicario castrense Antonio Baseotto, sin un horizonte de solución, endurece las posiciones.

A pesar de las fricciones, en la pingüinera creen que Bergoglio, en última instancia, se inclinará al diálogo y que podría tener con el presidente algunos puntos coincidentes. Se espantan en el gobierno con un «cambio radical» en la conducción local de la Iglesia.

«¿Se imaginan a la Iglesia piloteada por (Héctor) Aguer?», se preguntan.

Algún exagerado planteó, para ese caso, «romper relaciones con el Vaticano».

Con ello, dan a entender que la figura del obispo de La Plata, ultraconservadora, sería una mala señal del Papa hacia Kirchner.

Las especulaciones sobre Bergoglio por ahora son sólo eso, especulaciones.

Algunos expertos sostienen que el cardenal Ange Sodano, podría quedarse un año más en la estratégica Secretaría de Estado del Vaticano y que si se produce su retiro «nunca iría a parar allí Bergoglio, y menos siendo un jesuita».

En todo caso, le asignan posibilidades para que dirija la Congregación para la Doctrina de la Fe, cargo que ocupa el actual Papa. A lo largo de este mes, Bergoglio se enterará en Roma, mientras se realiza el sínodo, si cambia de destino o retorna a la Argentina.

Si permanece en Buenos Aires, lo más probable es que a partir de noviembre presida la Conferencia Episcopal, tras la renovación de autoridades.

Dentro de la Iglesia hay también mar de fondo. Se estima internamente que tiene muy poca presencia en los grandes asuntos nacionales y que solo la voz de Bergoglio, de tanto en tanto, se alza fuerte y marca una línea de pensamiento. El caso del ex obispo de Santiago del Estero, Juan Carlos Maccarone, además, ha golpeado fuerte y la dejó sin reflejos. Para el año próximo está prevista la jubilación de una docena de obispos, por lo que habrá que salir a buscar nuevos referentes católicos.


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