El gobierno defiende a su embajador divorciado

El Vaticano impide asumir a Alberto Iribarne y no le otorga el placet por ese motivo.

El Gobierno nacional salió ayer a defender al designado embajador ante el Vaticano, Alberto Iribarne, a quien la Santa Sede aún no le otorgó el placet presuntamente por ser divorciado, y consideró que nadie debería ser «condenado» por ese motivo.

El ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, reprobó el posible rechazo de Iribarne, al calificar como «un hombre ejemplar» a su antecesor en la cartera.

La demora en la aprobación de Iribarne constituye un obstáculo en la relación del Gobierno con el Vaticano, que desde hace unos meses comenzó a enviar señales hacia la Iglesia para recomponer una relación que sufrió altibajos durante la gestión de Néstor Kirchner.

El momento de mayor distancia se produjo cuando Kirchner revocó el nombramiento del obispo castrense Antonio Baseotto por cuestionar la postura antiabortista del entonces ministro de Salud, Ginés González García, y también mantuvo cruces sobre el rol que tuvo la Iglesia durante la última dictadura militar.

Sin embargo, el gobierno parece haber dado un viraje en su estratégica postura ante las autoridades eclesiásticas que comenzó a evidenciarse durante la campaña presidencial de Cristina Fernández.

En los días previos a los comicios de octubre, la Presidenta dejó sentada su posición respecto a la interrupción voluntaria del embarazo y recalcó que «siempre» se definió en «contra del aborto», en tanto evitó referirse a la unión civil entre personas del mismo sexo.

Una vez que asumió, procuró mantener ese buen trato con la Iglesia, y citó al cardenal Jorge Bergoglio y otras altas autoridades eclesiásticas, para concretar el primer encuentro formal del Gobierno con la Iglesia en mucho tiempo.

Es por eso que el entorno de la Presidenta se muestra ahora sorprendido por la complicación surgida en la aprobación del placet de Iribarne, presuntamente rechazado por su condición de divorciado.

«No conozco a nadie que circunstancialmente no haya tenido suerte en su matrimonio que tenga que ser condenado por esa razón», afirmó Aníbal Fernández, en defensa de su ex compañero de Gabinete.

Al ser consultado sobre la situación que involucra al ex ministro, cuyo placet se presentó en diciembre pasado, Fernández aclaró: «No soy un ducho en la materia, es un tema para tener mucho cuidado y esperar que se resuelva», aunque se apresuró a juzgar a Iribarne como «una persona ejemplar».

El ministro de Justicia insistió en considerar a su antecesor como todo «un señor desde el punto de vista que se quiera verlo».

De ser aceptado finalmente su nombramiento por el Vaticano, Iribarne reemplazaría ante la Santa Sede al actual embajador Carlos Custer, que se aleja de sus funciones por cuestiones de salud.

A casi dos meses de la asunción del nuevo gobierno, ya fueron aprobadas la mayoría de las designaciones de embajadores que se realizaron, como la de Ginés González García en Chile o de Guillermo Nielsen, en Alemania; y solo quedaría pendiente el consentimiento en el caso de Iribarne y del actual cónsul en Nueva York, Héctor Timerman, para la representación diplomática en Estados Unidos.

Según trascendió, el canciller Jorge Taiana redactó una lista con nombres de representantes de otros países ante la Santa Sede que están separados, para demostrar que el caso de Iribarne no es una excepción, y se mencionó que los actuales embajadores de Cuba, México. Guatemala y Suiza ante el Vaticano son divorciados. (DyN)


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