El gobierno no cede pese a inhibición de bienes en EE. UU. por la deuda en mora

Apelarán, pues consideran que "es una presión para mejorar el pago".

El gobierno de Kirchner volvió a dejar en claro ayer que «no piensa ceder ante las presiones» ni cambiará su oferta de una quita del 75% sobre la deuda privada en mora, tras la inhibición de bienes del Estado argentino dispuesta por un juez de Estados Unidos, y que será apelada.

«La Argentina no piensa ceder ante las presiones, es algo que el presidente viene repitiendo permanentemente. Esta novedad de hoy (la inhibición de bienes) no le provoca al gobierno nada en particular», dijo el jefe de gabinete, Alberto Fernández, mano derecha del mandatario.

En la Rosada no temen tanto a la ola de embargos que amenaza con desatarse, sino al efecto o ruido que esta situación provoque en los mercados internacionales. Como simple muestra de lo que podría generarse, en el orden local, la Bolsa porteña acumuló en tres días una caída del 9% (ver recuadros).

Paralelamente, el G7 que nuclea a los países ricos siguió haciendo su juego para que la Argentina mejore la quita de la deuda. Deslizó que podría aumentar la presión sobre Buenos Aires, en una declaración final luego de su cumbre que se desarrolla en los Estados Unidos.

El G-7 emitiría este fin de semana una declaración intimando a la Argentina a negociar de buena fe con sus acreedores y a apurar las negociaciones.

Algunos países del G7 están convencidos de que el FMI consiguió un mal acuerdo con la Argentina, lo que se refleja en la imposibilidad de hacer objeciones a las metas cuantitativas, estrictamente cumplidas. Lavagna aseguró el miércoles que todos los puntos de la segunda revisión y los factores objetivos están cumplidos y por lo tanto están dadas las condiciones para la aprobación. Pero ya desde antes de la primera revisión, las discusiones entraron en el terreno más fangoso de las cuestiones políticas, lo que significa presionar por objetivos que no son los específicamente incluidos en la Carta de Intención. Entre ellos, la revisión del superávit para el 2004 para llevarlo al menos al 4% del PBI.

 

Golpe desde EE. UU.

 

Un juez del estado norteamericano de Maryland dispuso el jueves una inhibición a dos depósitos de la Fuerza Aérea y a otros dos de la Armada Argentina en los Estados Unidos, lo que representó la primera medida contra la Argentina tras los reclamos de los acreedores de la deuda en default en tribunales estadounidenses.

El ministro de Economía, Roberto Lavagna, minimizó la importancia de la inhibición. «Para nosotros, esta medida no tiene ninguna relevancia», aseguró a un grupo de periodistas, para luego agregar que «esto no es un embargo, sino una reserva de prioridad para el caso de que existan embargos» en el futuro.

Lavagna se reunirá el próximo lunes con el director gerente del FMI, Horst Köhler, para intentar asegurar la aprobación de la segunda revisión del acuerdo firmado en septiembre pasado.

En el mismo orden, el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, aseguró que el Gobierno «no piensa ceder ante las presiones» ni se moverá de la quita del 75 por ciento de capital; en tanto que el ministro del Interior, Aníbal Fernández insistió que «Argentina es capaz de pagar hasta acá».

En tanto, el titular del área de Defensa, José Pampuro, adelantó que se «va a apelar la medida» judicial. La demanda de los acreedores, en este caso se trataría de fondos buitres, disparó la inhibición por 270 millones de dólares, aunque el valor de los bienes más lo que contienen en su interior no

superaría los tres millones.

La inhibición es una medida temporal que impide el uso de los bienes reclamados pero no tiene la gravedad de un embargo, que es una incautación.

«La Argentina no piensa ceder ante las presiones, es algo que el presidente viene repitiendo permanentemente. Esta novedad de hoy (la inhibición) no le provoca al gobierno nada en particular», remarcó Fernández.

El ministro destacó que Kirchner «repite que el Gobierno está preparado para las presiones que se irán dando, son lógicas, se trata de fuertes intereses internacionales que se acostumbraron a vivir en una Argentina que ya no existe». «No podemos salir del default como se nos plantea, porque como se nos plantea vamos a repetir experiencias y vamos a comprometernos a pagar algo que no vamos pagar, y dentro de unos años el país repetirá la experiencia», subrayó Fernández.

(DyN, AFP y R. Central)

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