«El juez Iglesia Hunt me salvó la vida» 27-5-03

El remisero que se accidentó el viernes junto a Ernesto Iglesia Hunt, quien murió horas después en el hospital, aseguró que fue el magistrado quien lo liberó del cinturón de seguridad.

El remisero Humberto Villarruel se recupera de las heridas, tras el violento choque en el que murió el juez federal Ernesto Iglesia Hunt, en el que fueron impactados por una camioneta.
ROCA (AR).- «El juez Iglesia Hunt me salvó la vida. Yo me quedaba sin aire, y me desabrochó el cinturón de seguridad. Recién ahí pude respirar, pero él se desvaneció». Humberto Villarruel recuerda paso a paso el terrible accidente ocurrido el viernes pasado en la ruta 22, y en el que perdió la vida su acompañante, el juez federal Ernesto Iglesia Hunt.

Ambos viajaban en el remise de Villarruel, cuando una camioneta 4×4 se cruzó de carril y los impactó de lleno. En el choque también quedó involucrado un utilitario. El conductor de la 4×4 sufrió la quebradura de un brazo, y el del otro rodado resultó ileso.

«Ambos viajábamos con los cinturones de seguridad colocados», afirmó ayer Villarruel, desmintiendo la versión policial que se dio en su momento.

«Los cinturones funcionaron bien, y los respaldos de las butacas no se quebraron. Pero el golpe fue muy fuerte, muy seco», indicó.

Villarruel llevaba a Iglesia Hunt a Neuquén, donde el juez iba a subrogar a un colega del Tribunal Oral de esa provincia.

A pocos metros de cruzar el acceso Güemes de Allen, se produjo el trágico triple choque.

«Veníamos despacio. En el acceso a Allen (metros antes del accidente) estaba por subir a la ruta un Renault 12. Frenamos por si no nos había visto, y enseguida cruzamos un camión con caja playa. Desde atrás, apareció cruzada una camioneta… ya la teníamos encima y no pudimos hacer nada. Intenté sacar el auto a la banquina para evitar el golpe de frente. El doctor (por Iglesia Hunt) alcanzó a decir «Uy», e inmediatamente sucedió el choque», recordó ayer.

Como si fuera una película, Villarruel recuerda todo lo sucedido, ya que en ningún momento perdió el conocimiento.

«La camioneta nos pegó, y lo primero que vi fue la rueda que se le desprendía. Pensé que se metía por el parabrisas… parecía que había quedado suspendida en el aire… después no sé dónde cayó. La 4×4 se montó sobre el capot del auto, y por eso creo que volcó».

En el momento del accidente, alrededor de las 8.35 de la mañana, el dueño del remise aseguró que había bastante tránsito. Dijo que adelante de ellos circulaban dos vehículos pero a unos 50 metros. «De frente venían bastantes autos», dijo.

Tras el brutal golpe, Villarruel e Iglesia Hunt quedaron aprisionados en el auto. El golpe fue tan seco, que ambos se pegaron un cabezazo muy fuerte que les provocó lesiones sangrantes.

Tras el choque, el auto paró en la banquina, sin recorrer muchos metros. «La camioneta estaba volcada y dio dos vueltas como un trompo, con las ruedas para arriba. Luego dio otros dos giros más… fue cuando la chocó el utilitario», recordó.

Villarruel e Iglesia Hunt quedaron aprisionados dentro del auto.

«El doctor no me hablaba, pero me escuchaba. Yo le decía que me quedaba sin aire, el cinturón no me dejaba respirar. Iglesia Hunt se pudo desprender su cinturón de seguridad, y luego desprendió el mío. Fue como si me abrían los pulmones. Creo que no hubiera aguantado un minuto más… Iglesia Hunt me salvó la vida», reconoció.

El remisero aseguró que las puertas estaban trabadas. «Vi que Iglesia Hunt se recostaba contra mi cuerpo. Se había desvanecido. En un momento veo que viene alguien hasta el auto, se agarra la cabeza y se va… Yo rogaba que me abran la puerta porque no podíamos salir». Finalmente, las puertas delanteras fueron barreteadas, ya que se habrían revirado tras el golpe.

Aseguró que llegó la ambulancia, llevaron al juez federal y luego lo trasladaron a él, que tiene golpes en el pecho y la cadera por el cinturón de seguridad. También los cortes en la cabeza por el golpe con Iglesia Hunt, otra herida cortante en la rodilla, y dos dedos del pie quebrados.

Luego se enteró del desenlace fatal.

Hoy se pregunta por qué Iglesia Hunt no fue en el asiento trasero como él le ha sugerido.

«Hace cerca de cuatro años que trabajo trasladando a jueces. Iglesia Hunt no iba atrás «ni a palos», pero siempre se ponía el cinturón de seguridad. Era lo primero que hacía al subir al auto», aseguró.


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