El libro por el que los fans de la cerveza artesanal mueren

Sus protagonistas, los emprendedores de la zona andina... para saborearla mejor.

Un registro vivo de un fenómeno que es tendencia, negocio y pasión.

El libro Birra Cerveceros de la Argentina, de Nicolás Harry Salvarrey, con fotos de Guido Piotrkowski, retrata a los protagonistas de la movida artesanal que no para de crecer en todo el país. Muestra a los hombres de la cerveza en su elemento, con sus palas en la mano, rodeados de gigantes fermentadores de acero inoxidable, metiendo la nariz en un manojo de lúpulo.

Es una excelente introducción al mundo de la cerveza en general y al de la cerveza Argentina en particular que gusta a los fans de esta bebida como a los que no tienen la menor de idea de qué se trata este boom emprendedor.

“Hay un rasgo común en muchos cerveceros: su disfrute no es vender su producto sino que lo pruebes. Lo que más disfrutan es compartir su birra”, contó Harry Salvarrey a la prensa.

El autor del libro en primer plano, con amigos, saboreando birra artesanal.

Harry -o Nicolás como informa su DNI)- es periodista y sommelier y visitó varias veces Bariloche para incluir nuestra zona andina en su relevamiento. “Sin Bariloche ni Mar del Plata “no existe” la cerveza artesanal en Argentina”, sostiene. “Antares y Blest son grandes responsables de que hoy tengamos esto. No solo por lo que hicieron con la cerveza sino con los cerveceros. Durante un tiempo, las cervecerías más grandes, como Antares o Berlina, prestaban sus habilitaciones a las más chicas para importar equipos o insumos. Eso no lo ves en ningún lado: para ellos, que hubiera nuevos cerveceros era la salvación”, ha comentado.

Al recordar de cómo nació este libro en su mente comparte que le llamaba la atención esa cercanía entre cervecero, producto y consumidor. “Me parece fascinante y algo único de este mercado. Al cervecero es muy probable que te lo cruces en un bar. Incluso, si lo buscás o le escribís por Facebook, seguro te contesta. Los cerveceros artesanales buscan optimizar sus métodos, recursos y equipos, para acercarse a algo más industrial. Pero lo que lo hace artesanal no es eso sino la cercanía, el trato, el amor y la pasión que le ponen. Eso me fascinó y le encontré otros puntos en común con algo que me gustó siempre, que es la música. Hay muchos paralelismos entre una banda y un productor de birra independiente”, declaró a un diario porteño.

Unas de las páginas interiores de Birra.

“Cuando me acerqué a esto, me convertí en asesor de amigos y me di cuenta de que les recomendaba una birra y no se la acordaban. En la pizarra tenés veinte opciones, que mañana son otras. No tenés logo o una forma de relacionarte con la marca, porque la mayoría no embotella. Quise hacer un libro que contara la historia de los cerveceros como una buena forma de acortar esa brecha y de que la gente se acordara de la birra que tomó. Pietro Sorba me inspiró mucho. Durante mucho tiempo íbamos a comer a los bodegones que están en su libro. Lo abríamos al azar, leíamos la historia e íbamos. Saber que el dueño es hijo de un tano que vino en barco en el ‘39 no es lo mismo que ir sólo a comer. Mi idea era generar una experiencia distinta para el consumidor”, acotó.

Birra

Editorial Planeta

376 páginas


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