El piloto que conquista los caminos de la región

Bruno aprendió a conducir una moto antes de comenzar a leer. Este dato, que puede resultar curioso para cualquiera, está dentro de los parámetros de normalidad de su familia. Su papá David y sus hermanos también recorrieron los senderos de la región y le transmitieron su pasión por el motocross.

Hoy, con 18 años, busca hacerse un lugar entre los pilotos profesionales. Sueña con formar parte de un equipo y hacer que los circuitos de todo el país sean parte de su vida. Todo muy normal, al menos dentro de la familia Puentes.

El Campeonato Patagónico de Enduro es su objetivo inmediato. Durante el último fin de semana viajó junto a su familia, algo que terminó por convertirse en un rito, a la localidad de El Chocón, a unos 350 kilómetros de esta ciudad, para participar de la cuarta fecha de las nueve que se correrán durante el 2017.

Bruno marcha tercero en la tabla general, pero con una carrera menos. Es que no resulta sencillo para una familia costear el mantenimiento y los viajes que implican este deporte. Pero los Puentes son un equipo que no conoce de rendiciones: su papá, taxista de día y piloto de motos por la tarde, y sus hermanos eligieron dar un paso al costado para que pueda desarrollarse como corredor profesional.

“Tuvimos una charla y decidieron apoyarme a mi. Creen que soy el que tiene más condiciones”, explica con un poco de reserva. Él solo tiene palabras de agradecimiento para su padres: “son los que siempre están”, asegura.

El joven piloto les da argumentos de sobra para tanta confianza. La familia hizo un esfuerzo para invertir en una nueva moto, su papá vendió la suya, que le permitiera mantenerse en una competencia en la que no solo se puede depender del talento.

La última carrera no estaba en los planes de los Puentes. El cuadro de finanzas no era alentador. “Vimos que venía segundo en el campeonato con una carrera menos que el resto, nos ajustamos un poco y pudimos ir”, resume sobre el detallado cálculo que se hace antes de cada participación.

Y no defraudó. A pesar de sufrir un fuerte golpe tras un choque desde atrás, Bruno se repuso, finalizó quinto y se mantiene tercero en el campeonato. Podio asegurado.

Pasta de campeón

Bruno reconoce que aún no sabe que carrera universitaria escoger. Pero se muestra seguro cuando habla de su futuro deportivo: “la moto es algo que nos llama la atención. Queremos seguir así y ver hasta dónde podemos llegar”.

Pero un piloto no solo se forma dentro del circuito. Por la mañana estudia, descansa un par de horas y se sube a una camioneta para trabajar de repartidor. Al caer la tarde busca su casco, las botas y se sube a la moto para recorrer 25 kilómetros de caminos de montaña. El equivalente a una vuelta en una carrera del campeonato.

Recibe sugerencias, ajustan la suspensión de la moto o retocan el motor. Pilotos y mecánicos. “Tuvimos que aprender a la fuerza”, explica .

Bruno tiene todo por delante. Le sobran condiciones y apoyo: “cuando decís ‘tiro la toalla’, pero está tu familia alentando, te da más fuerzas para seguir”.

Números que suman

experiencia