«El punto de partida es hacer lo que me gusta»

Fabián Bielinsky presenta hoy su filme "Nueve Reinas".Es uno de los éxitos de taquilla de esta temporada.El director conversó con "Río Negro".

ROCA (AR).- «El punto de partida es hacer lo que me gusta y es lo que intentaré para la siguiente película. Toda mi vida fue así». Así se define Fabián Bielinsky, director de «Nueve Reinas», película convertida en el éxito cinematográfico del año.

Bielinsky, en un charla con «Río Negro», analizó diversos aspectos del cine nacional: sus dificultades, sus logros, y el esfuerzo que realizan los nuevos directores que son parte de una «generación que viene a renovar». Desde el viernes, Bielinsky junto a otros directores están participando del «Primer Encuentro Nacional de Realizadores» de cine nacional que se está llevando a cabo en la Fundación Cultural Patagonia.

¿Existe realmente un movimiento de nuevos realizadores?

– No. Yo creo que no. En general un movimiento tiene que ver con similitudes artísticas, formales. No es el caso. La coincidencia tiene que ver con las dificultades para producir.

¿Justamente, cuáles son las dificultades que encontró al hacer «Nueve Reinas»?

– A partir de haber ganado el concurso de guiones y que se hicieran cargo de la producción integral de la película, no hubo problemas. Antes, yo estaba con mi proyecto intentando que se atienda mi producto igual que todos los que realizan cinematografía independiente.

– ¿Es posible trabajar para una productora y además realizar cine independiente?

– Sí, porque uno no trabaja «para» una productora, en el caso mío por lo menos. Ellos sólo se deberían encargar de producir la película. La productora dice: «okey», vamos a producir tu proyecto, me interesa lo que vos querés decir, hacer, querés filmar, yo te lo voy a producir». En ese caso, si las condiciones son apropiadas, y queda perfectamente delimitada el área que cada uno ocupa, está todo bien. La industria cinematográfica, el cine industrial actual está hablando de eso de la relación ideal que existe entre un director que hace lo que quiere hacer, en condiciones de la máxima libertad posible y una productora que a su vez hace lo que debe, que es producir esa película pautada y llevarla ante los ojos del espectador.

– ¿Lo pudo lograr en «Nueve Reinas»?

– En mi caso fue exactamente así. Porque efectivamente «Nueve Reinas» nadie me la encargó, ni tampoco me la dieron para que la realice. Fue el resultado de lo que quería hacer. Con una productora que se encargó de todo, y yo que me dediqué a dirigir la película: Fue lo ideal.

¿Qué reflexión le merece el denominado sistema «media», que es el que determina el tiempo de proyección de la película en las salas?

-Antes había «media». Ahora ni siquiera está. El problema actualmente es que hay un absoluto y libre albedrío de los exhibidores para hacer con la película lo que se les antoja.

– ¿En qué lugar quedan las producciones nacionales frente a las producciones de Hollywood ?

-Queda en un lugar de desamparo, y de competencia desigual. Uno con una pequeña película argentina se ve obligado a competir con tremendos monstruos, lo que hace que el exhibidor decida por uno y no por el otro, relegando la producción nacional a horarios absurdos.

-¿Qué solución encuentra frente a este desamparo?

– Crear un consenso entre directores, productores y exhibidores para generar alguna clase de protección en donde las películas nacionales tengan algunas ventajas en cuanto a su permanencia en las salas.

«La respuesta que ilumina»

Albertina Carri es una joven integrante del PCI, inquieta, sencilla, hiperactiva, frontal, de decisiones rápidas. «No quiero volver a casa» -una mirada sobre la soledad- su primer y único largometraje que tuvo su pre-estreno nacional ayer en Roca, ya se proyectó en abril en el Festival de Cine Independiente de Buenos Aires, estuvo en Montreal y ahora va rumbo a Viena y Londres.

«Es una película en blanco y negro (70 minutos), dura, intimista. Es un cine difícil; sé que la gente no está acostumbrada a ver este tipo de filmes, los que tienen mayor cantidad de espectadores son de otro tipo».

«Está filmado de un modo opresivo, la historia está relatada opresivamente, no es un guión lineal, tiene varios quiebres temporales».

«Eso la complejiza, obliga a participar. La historia me pedía eso, no me importó demasiado, ni me importan hoy las dificultades que proponga».

«Desde el momento que escribí el guión, lo hice pensando en blanco y negro y con los saltos de tiempo absolutamente necesarios para el relato; por lo tanto toda la película fue rodada, compaginada para lograr eso».

«Presentarla en Roca me interesa mucho, porque me parecía una posibilidad bastante lejana que gente fuera de la Capital Federal pueda verla. Por lo general, cuando voy a un festival o a una muestra, no tengo grandes expectativas, sino que la vean, la entiendan y se lleven algo a casa».

«Es muy raro, pero cuando hago una cosa así -supongo que pasa en el arte todo- concibo una historia, la filmo, personalmente no pienso en la gente… Sin embargo, su respuesta, la devolución, es algo que ilumina, que me alimenta muchísimo; aunque sea lo contrario de lo que esperaba. Cierra el circuito e inspira, da muchas ganas de seguir trabajando. Aprendo, descubro errores».

– Actualmente, estás filmando un corto.

«De animación, sí. Es pornográfico, bastante complejo de realizar, con muñecos. Es un guión mío, yo presenté el proyecto a la Fundación Antorchas y me otorgaron el subsidio para realizarlo».

Eduardo Rouillet


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