El rock desde adentro en “Éramos tan modernos”

Gustavo Álvarez Núñez indaga en los grupos y solistas que le dijeron no al establishment y a la industria buscando la identidad de un movimiento de 50 años

“Éramos tan modernos-Costumbres argentinas de decir NO – De Moris a Babasónicos”, es el nuevo libro del escritor y músico Gustavo Álvarez Núñez, cuyo germen, según explicó el autor, “es trazar un linaje de esas apuestas artísticas que en ciertos momentos de sus trayectorias le dijeron no al establishment, a la industria, al star system”.

Lejos de pretender contar la historia del rock argentino en forma cronológica, Núñez indaga aquí en la identidad de un movimiento a lo largo de 50 años, desde una mirada sensible y personal que evita los lugares comunes, proponiendo una especie de ensayo sobre la modernidad y la disidencia.

“El punto era detenerme en ciertos momentos, en ciertos discos, en ciertas canciones. No presumir del carácter totalizante de muchas indagaciones sobre el devenir roquero argentino, sino trabajar con los fragmentos, con las rupturas; sin que la cronología marque el ritmo, sino que fuese la escritura y la apuesta por una cadencia hipnótica la que llevase el mando”, indicó en charla con Télam Álvarez Núñez.

El libro comenzó a gestarse en 2006 y fue tomando nueva forma hasta hoy; en él aparecen cuestiones como las internas, los cambios, los choques entre músicos y bandas, y las curiosidades que van desde Moris contra las imposiciones de la industria musical en su clásico “De nada sirve” a Tanguito negándose a grabar “La balsa” por su éxito descomunal.

En charla con esta agencia, GAN, como también se lo conoce, habló acerca del nuevo sentido que cobra este trabajo en la actualidad, sobre el motor que lo llevó a escribirlo, del vínculo del movimiento con el poder, y acerca de cómo la llegada de internet hizo que el rock nacional pasara a tener importancia a nivel internacional, entre muchas cuestiones.

P- ¿Qué representa publicar este libro en este momento, después de 14 años de su gestación? ¿Creés que el hecho de que sea editado hoy le da otro sentido a este texto?

R- El desafío estuvo puesto en la reescritura. Porque de ese libro original quedó la mitad y un poco más. Y tuve que adecuarlo a otra respiración, menos beligerante, más reflexiva. Había algo en la escritura, en mis tiempos nuevos, que tenía que empatarse con ese material antiguo. Había algo de lo hipnótico que tenía que vencer a la cronología, al mismo tiempo. Y por esas cosas del destino, dialoga con la miniserie “Rompan todo” (reciente estreno de Netflix, que en seis capítulos apunta a contar la historia del rock latinoamericano), se mete en muchos de los agujeros que deja. Así que tal vez tenía que salir en 2020 y no antes.

P- ¿Qué fue lo que te motivó a sumirte en el universo del rock nacional, con sus cambios, su identidad, sus internas?

R- Estudié Letras en la UBA y en un seminario sobre Estudios Culturales con Silvia Delfino en 1993 comenzamos a gestar con un pequeño grupo de compañeras y compañeros un mapa de observaciones y comentarios alrededor de la identidad roquera. Después cuando fui editor musical de Los Inrockuptibles, seguí profundizando en las distintas construcciones y en los distintos imaginarios. Hasta que me puse a trazar un linaje de esas apuestas artísticas que en ciertos momentos de sus trayectorias le dijeron no al establishment, a la industria, al ‘star system’. Ese es el germen de este “Éramos tan modernos”.

P- ¿Cómo describirías el proceso de escritura? ¿Puede decirse que el libro invita al lector a conocer el rock desde adentro?

R- En su momento, escribirlo fue adentrarme en un territorio en que se mezclaban las omisiones como los exabruptos, y donde fui buscando mi voz en relación con ciertas postergaciones que quería eximir de ese vacío. Del Tanguito que negaba el éxito de “La Balsa”, como si el éxito fuese una maldición o algo de otros. Del Virus que fue leído mal y estigmatizado en plena debacle de la dictadura cívico-militar. Y así. El propósito se redondeó con las entradas sobre varios artistas como Babasónicos y Estupendo que continuaron el legado de Virus: cuestionar el rock desde adentro, ponerlo patas para arriba.

P- En el libro está presente el vínculo del rock con la política y el poder hasta el presente; cuenta cómo peleó contra el poder y como se transformó en poder. También indaga en los protagonistas de este movimiento y en cómo ellos van contando la historia argentina a través de sus canciones, sus posturas. ¿Dónde pensás que radica hoy la importancia de este libro?

R- Más que trabajar sobre la realidad política y el rock, me metí en la política del rock, en los distintos momentos donde se puso en conflicto la identidad roquera, donde se trenzaron y transaron distintas miradas alrededor de lo establecido y el lugar de la modernidad. La modernidad como ruptura. La violencia de lo nuevo. La disidencia como forma artística. Sí, algunos conceptos se emparentan con el marco político, pero eso se lo dejo a “Rompan todo”, que solo puede leer el rock como una emergencia de la realidad política. En “Éramos tan modernos” focalizo en las políticas roqueras porque son las que hacen que la llama aún esté encendida.

P-También resulta interesante tu mirada sobre diferentes artistas, como el caso de Litto Nebbia, que atraviesa la historia del rock desde sus inicios, “amado y ninguneado, respetado pero no del todo reconocido”, llegando a un presente en el que el presidente Alberto Fernández canta y toca una canción suya…

R– En principio, intenté armar un linaje de desencantados, de artistas que no encajaron, de músicas y sonidos que pusieron en entredicho lo establecido, que pusieron en conflicto su lugar en el mundo.

Agencia Télam


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