El Siam Di Tella que sigue recorriendo las calles de Roca

Emilio González es un mecánico de 74 años. Con poco dinero y repuestos que consigue por Internet, mantiene vivo uno de los autos nacionales más importantes de la década del ‘60.

Pocos son los autos viejos que aún circulan por las calles de la ciudad, pero el coche que maneja Emilio Julio Gonzáles, tal vez sea uno de los más antiguos.


Es de color negro, salpicado con manchas de óxido y de techo blanco. Tiene el frente casi intacto, con sus dos grandes faroles, de fuerte paragolpe metálico y su clásica parrilla frontal que asoma como si fuese una boca que muestra todos sus dientes y por supuesto la “S” que identificó a la empresa.


Es un Siam Di Tella 1500, modelo ´61, emblemático auto argentino utilizado por miles de taxistas porteños e inmortalizado con un monumento en barrio Puerto Madero, junto a un canchero chofer de campera y corbata.

El monumento de Puerto Madero


Lejos de aquellas glorias, Emilio aún mantiene vivo parte de esa historia.
Mientras estaciona cerca del canal principal de riego, el hombre cuenta que tiene 74 años y que es mecánico desde siempre.


“Yo nací entre fierros. Mi padre supo tener estación de servicio en Puerto Madryn y taller de chapa y pintura. Era peronista y el día que cayó Perón, se tuvo que ir porque en el barrio eran todos radicales”, dice riendo.
Con un “Ford T” y una “Chevrolet 40” se vinieron hacia el valle rionegrino, donde los esperaba un tío que tenía a cargo una chacra.


“Mi papá no sabía casi nada del tema, pero fue aprendiendo y luego que mi tío se fue, cansado de las heladas, se hizo cargo de una plantación de tomates, pero nunca dejó los fierros”, cuenta.
Con esa base, Emilio Julio se dedicó a la mecánica, actividad que comparte en barrio Quinta 25, con sus hijastros.


De allí suele bajar al centro de Roca a realizar trámites o a darse una vueltita con su pintoresco vehículo.
“Yo tenía una moto, pero me decían que tenía que usar casco y a mi no me gustaba. Además ya me daba frío andar con la moto. Mi hijo me dice un día que cambiaban un Siam Di Tella por una moto. Ni lo dudé y se la cambié. Hace tres años le hice motor y ahora está necesitando un cambio de aros”, dice.


“¿Cómo consigo los repuestos? Los pido por Internet. En Córdoba se consiguen. Me los mandan y lo arreglo”, afirma el hombre, que a pesar de la edad trata de no quedarse en el tiempo.
Emilio admite que “de vago” no le colocó el tanque de nafta y que anda con un bidón de cinco litros. Que tiene todos los papeles, excepto la transferencia porque no sabe donde encontrar al dueño original, ya que el auto vino de Bahía Blanca.


Don Gonzáles arranca su viejo auto y se despide, perdiéndose lentamente por la Avenida Roca hacia Quinta 25, con una parte de la historia que se resiste a desaparecer.


Historia de la empresa SIAM

En 1910 el inmigrante italiano Torcuato Di Tella junto a los hermanos Allegrucci, fundaron la sociedad SIAM (Sección Industrial de Amasadoras Mecánicas), para la fabricación de amasadoras de pan, dado que en Buenos Aires se prohibía el amasado manual. El éxito de la empresa alentó a sus dueños a expandir la actividad hacia otras áreas de negocio, llegando a fabricar las exitosas heladeras eléctricas SIAM.


En 1948 Di Tella falleció y dejó un emporio industrial.
En la década del ‘50 mediante un acuerdo con la firma italiana Lambretta empezó la fabricación en Argentina del popular scooter, conocido en Argentina como Siambretta.


En 1959, la integración de la empresa en el Régimen de Promoción Automotriz, le permite producir bajo licencia modelos de la British Motors Corporation, creándose la empresa “Siam Di Tella Automotores S.A.” El automóvil elegido para iniciar la producción local fue el Austin A-60, denominado en Argentina Di Tella 1500.


La planta fue inaugurada en marzo de 1960 y el dos de Abril del mismo años salió el primer Di Tella 1500 de la cadena de montaje. A septiembre ya se habían vendido mil vehículos. A finales de 1961 la empresa ya empleaba a 2.000 personas.


A pesar de lo exigido por el Régimen político del momento, las unidades fabricadas poseían un bajo índice de piezas nacionales y la empresa se vio en dificultades financieras. Como consecuencia redujo sus niveles de producción. En 1966 se hizo la primera convocatoria de acreedores y posteriormente fue retirada la denominación SIAM de toda la línea de producción: el “1500” y el “pick up Argenta” y un año después cerró sus puertas.


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