El STJ confirmó la sanción para el psicólogo Marín

El Superior Tribunal de Justicia (STJ) confirmó la sanción que el Tribunal de Ética del Colegio de Piscólogos le impuso a Claudio Marín, denunciado por su actuación en un caso de abuso sexual. A Marín se le reprochó en ese proceso haber desempeñado un doble rol. Como terapeuta de un hombre condenado por abuso sexual, a quien visitó en la cárcel mientras purgaba pena y como psicólogo de su hija adolescente, quién también era víctima.

En la primera cámara Gesell, la adolescente relató el abuso sexual ocurrido en una salida transitoria. El padre ya estaba condenado por otro abuso en perjuicio de su hermana. Luego de la intervención de Marín, la víctima, llamativamente, levantó la denuncia. Después de un largo proceso muy controvertido, el hombre fue condenado por segunda vez y le unificaron las penas en 20 años de prisión.

Marín fue denunciado por el querellante de esa causa ante el Tribunal de Ética y finalmente terminó suspendido por dos años para ejercer la profesión en junio de 2018. El profesional sancionado llevó al caso a la Cámara Civil de Cipolletti y luego al STJ. Inició un proceso contencioso administrativo y pidió como “medida cautelar” que quedará sin efecto la sanción hasta que se resolvieran todos los planteos.

Recientemente el máximo órgano provincial de Justicia no hizo lugar a esa petición por lo que el psicólogo continua suspendido. Los jueces afirmaron que está en juego “el interés publico” y “la protección a la salud de los ciudadanos en el ejercicio ético de la psicología”.

Marín también fue denunciado por la jueza Sonia Martín ante el Tribunal de Ética en otra polémica causa en la que estuvieron imputados Rubén López y Luis Abtamovich, luego absueltos por otro Tribunal. Durante el trámite de esa causa, la jueza le advirtió al psicólogo que moderara las declaraciones publicas respecto de la intimidad de la paciente que supuestamente había sido víctima de abuso sexual.

El psicólogo consideró que la magistrada se había inmiscuido en cuestiones inherentes a su profesión y también la denunció ante el Consejo de la Magistratura, expediente que meses después fue desestimado.

Si bien no se pudo confirmar oficialmente, sobre el psicólogo pesaría otra denuncia formulada desde el fuero de Familia por violación al secreto profesional (un hecho similar al de la causa López).

A raíz de su actuación, las organizaciones sociales que trabajan con las víctimas de abuso sexual escracharon el año pasado al psicólogo y lo persiguieron por uno de los pasillos del edificio del fuero penal arrojándole huevos.