El Sub-23 argentino perdió con Chile y quedó fuera de Sydney 2000 

La selección pagó caro un error defensivo en el final y cuando se pensaba en los penales. Los trasandinos acertaron en su planteo y consiguieron una histórica clasificación.

LONDRINA (DyN, Enviado especial) – Una jugada desafortunada del arquero Cristian Muñoz terminó ayer por dejar afuera de Sydney 2000 al seleccionado argentino Sub-23, ya que el 1 a 0 marcado por Reinaldo Navia le sirvió a Chile para obtener una clasificación histórica, para alegría extra de los brasileños.

A los 41 minutos del segundo tiempo, el remate de Rodrigo Tello desde fuera del área grande se le escapó al arquero y Navia llegó antes que Gabriel Milito. Fue el golpe decisivo.

Pero la eliminación de los argentinos de ninguna manera fue por falta de suerte, ya que en el Preolímpico falló tanto en los resultados como en el juego.

De los siete partidos afrontados los dirigidos por José Pekerman, perdieron tres veces -dos en la etapa decisiva-.

En cuanto a la calidad de su nivel, lo más valioso se vio durante el segundo período del desquite ante los uruguayos.

Por lo expuesto, Argentina fracasó y pagó muy caro la imposibilidad de dar el fútbol para el que potencialmente puede.

Pareció que iban al desempate por penales con Chile, hasta que pateó Tello, se equivocó Muñoz y Navia definió el acompañante sudamericano de Brasil para los Juegos en Sydney.

Cuando el paraguayo Carlos Amarilla marcó el final de la etapa inicial en el estadio «Do Café» sobrevoló la sensación de que Argentina podría haberse ido en ventaja al descanso. Sin embargo, su falta de contundencia y el cerrojo defensivo que le opuso Chile lo impidieron.

Los dos salieron con planteos similares, con cuatro defensores, tres volantes de contención, dos enganches y un sólo delantero de punta. Empero, la diferencia radicó en la actitud esgrimida por ambos. Mientras Argentina al menos intentó siempre y buscó el desequilibrio, los chilenos -apoyados por el público brasileño- buscaron imprimirle un ritmo cansino al desarrollo.

Estructurado para esperar la falla rival, Chile se agrupó en su campo y cuando tuvo la pelota en escasas oportunidades la utilizó con sentido ofensivo. Prueba de ello, su única aproximación fue a los 31, con aquel disparo de Rodrigo Núñez que se fue altísimo.

En los primeros veinte minutos, el manejo de Mariano Messera y la insistente búsqueda del intermitente Pablo Aimar pusieron en aprietos a los chilenos.

A los 38, cuando Amarilla paró el partido para que los jugadores se refrescaran (la temperatura alcanzó los 32 grados), Argentina había creado real peligro en apenas dos ocasiones. La primera fue un remate de Aimar que Javier Di Gregorio alcanzó a manotear al córner. Y la segunda, una entrada franca de Esteban Cambiasso que Cristian Alvarez le alcanzó a tapar con lo justo.

En el segundo tiempo, a los dirigidos por Pekerman les costó muchísimo establecer un dominio profundo.

Argentina prevaleció de un modo más territorial, pero Chile se animó a salir de contraataque y complicó un poco más. Inclusive, a los 14 minutos, hubo un penal de Diego Placente contra Héctor Tapia que ignoró el árbitro.

Quedó claro que el que más buscó la clasificación directa fue el equipo argentino, mientras que Chile pareció predispuesto para desempatar por penales.

A Argentina no le salió nada bien y a los chilenos el plan les salió perfecto.

Pekerman vivió su día más triste

LONDRINA (DyN, Enviado especial) – Con la tristeza dibujada en el rostro por la no clasificación para los Juegos Olímpicos de Sydney, el técnico del seleccionado argentino Sub-23, José Pekerman, hizo ante la prensa una leve autocrítica de la derrota ante Chile por 1 a 0.

«Es muy prematuro realizar una autocrítica profunda, pero lo cierto es que nunca pudimos encontrar un equilibrio como equipo, sabemos las razones pero no lo podemos decir y nunca lo vamos a hacer público», sorprendió Pekerman en sus declaraciones.

«Este es el día más triste en mi carrera como entrenador. Me siento el responsable de esta mala experiencia, pero estoy seguro, porque los conozco muy bien, que los futbolistas van a superar este mal trance», comentó.

Igualmente, Pekerman se apuró en señalar que «éste no es un seleccionado juvenil, es un seleccionado profesional y hay determinadas situaciones que obligan a un análisis diferente con relación a los juveniles. Es mucho más difícil planificar esto que cualquier mundial juvenil».

Cuando se le preguntó a Pekerman si la decisión de dejar a Riquelme en el banco era táctica, el entrenador señaló que «a Román le pedimos el mayor esfuerzo para jugar contra Brasil y así y todo no lo vi bien. Ante Chile no jugó porque no estaba bien, y si no estaba bien no valía la pena hacerlo jugar».

«Desde finales del «98 hasta ahora no tuve todo el apoyo para trabajar con los juveniles, esta nueva realidad del fútbol, donde un jugador de 18 años podía ir a un Mundial Sub-20 y ahora no, porque es profesional y sus equipos lo necesitan. Las condiciones cambiaron mucho», se defendió.

«No pudimos llegar a los Juegos Olímpicos de Australia, pero en este ciclo hemos conseguido muchísimas cosas. Hay que recoger todo lo que hemos hecho, esta actuación debe servir de lección al fútbol argentino», recalcó el técnico.

Los brasileños dieron la vuelta olímpica

LONDRINA (DyN, Enviado especial) – Tal como se esperaba, Brasil se clasificó ayer aquí campeón invicto del Preolímpico, aunque en la fecha final fue incapaz de ganarle a Uruguay, que le hizo partido y le empató 2 a 2.

Brasil es el merecido campeón del Preolímpico, porque fue el equipo que tuvo la delantera más goleadora, la defensa menos vencida, las mejores individualidades, como Ronaldinho y Alex, e hizo valer la localía, en especial cuando se puso en marcha la etapa decisiva.

Después de las dudas que se plantearon en la primera fase, el conjunto de Wanderley Luxemburgo se impuso con claridad.

En este cotejo con los uruguayos Brasil sacó una rápida ventaja porque, a los 5 minutos, Fabio Bilica alcanzó a rozar un tiro libre lanzado por el exquisito Alex y ese toque fue suficiente para batir a Fabián Carini.

Después pareció que la fiesta iba a quedar incompleta, porque en el primer cuarto de hora del segundo período convirtieron Ignacio Risso y Gustavo Varela para Uruguay.

El invicto lo salvó Fabio Junior, y entonces sí Brasil festejó con plenitud.

Luego de la conquista del Preolímpico, los futbolistas locales celebraron ovacionados por las treinta mil personas que ocuparon las tribunas y recibieron la copa de manos del presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CSF), Nicolás Leoz.

Los chilenos, subcampeones y con pasaje para Sydney, también ingresaron a la cancha para ser premiados y resultaron aclamados.

Los jugadores argentinos ya habían regresado a la concentración en el hotel Bristol, por lo que de ninguna manera participaron de la ceremonia, a pesar de haber finalizado en la tercera posición, aunque insuficiente para logar la clasificación para la competencia de setiembre.

La fiesta fue para los brasileños y chilenos y todo el dolor y la decepción quedaron para los integrantes del grupo comandado por José Pekerman.


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