El sueño de Joaquín está en marcha

Joaquín Salicioni parece un adolescente más al que le gusta jugar al tenis. Pero una vez que comienza a hablar se nota que es diferente. Seguro de lo que es y lo que quiere ser, este joven de 15 años es una de las promesas del deporte regional y sueña con dar el salto. Va por la buena senda, porque ya está en el puesto 13 del ranking nacional. El camino comenzó hace cinco años, cuando este joven decidió entrenar en el Lawn Tenis Club General Roca, “porque venía mi hermano”. Desde ese momento participó en torneos G3 zonales, G2, y G1, en el que participan los 20 mejores del país. Además jugó en Paraguay, Chile y Uruguay. Así, entrenando todos los días y cumpliendo con las tareas escolares, fue mejorando sus performances. Y se dio la gran chance de instalarse en Tandil, una ciudad tenística por excelencia. Planeado “en familia”. La llegada a la tierra de Juan Martín Del Potro no fue azarosa. La familia a pleno había decidido que era el momento de emigrar. “Hacía dos años, habíamos arreglado que a los 15 me tenía que ir si quería seguir con el tenis”, dijo Joaquín. “Probé en un par de academias. Fui a Córdoba pero no me gustó y por un amigo que estaba en Tandil fui y me decidí. A fines de marzo, hizo las valijas y marchó. La familia quedó en Roca y se lo extraña. “Nos cuesta porque es chico, no es natural que se vaya un hijo a los 15, pero acá no tenía mucho para hacer. Tenía que tomar otro rumbo”, afirmó papá Adolfo. La vida en Tandil. Joaquín entrena en Independiente y su día se reparte en tareas de gimnasio más cuatro horas de tenis. Las obligaciones escolares las lleva adelante por internet. Su profe en Marcelo “Negro” Gómez, ni más ni menos que el primer DT de Delpo. El joven comparte tareas con unos 40 tenistas que tienen entre 12 y 18 años. Todos cuentan con apoyo psicológico y el acompañamiento de los docentes. La parte afectiva se completa con las familias que alojan a los chicos que llegan de otras ciudades del país a perfeccionarse en el club. Con estilo propio. Con soltura, Joaquín cuenta que días atrás pudo hacer ejercicios físicos con Diego Junqueira y que se cruzó con Juan Mónaco en el club. Además del contacto con importantes representantes del deporte, destaca el acceso a torneos más importantes y la posibilidad de “pelotear con chicos que juegan muy bien y tienen más potencia”. Sin pudores, Joaquín acepta el desafío de la comparación y dice parecerse a Willy Cañas “porque es un chico que corre y corre, no se calienta mucho adentro de la cancha”. El sueño comienza a cumplirse. Joaquín tiene sus metas claras y día tras día trabaja para cumplirlas. “Me quiero dedicar a esto y entreno a full”, dice. Parece un adolescente más. Pero detrás de esa imagen hay un ser que derrocha esa humildad que tienen quienes trabajan arduo por sus objetivos. Que no aceptan trabas. Que dejan volar su imaginación con las certezas de las recompensas que da el esfuerzo. El sueño está en marcha. (María Elena Larroulet, especial para Río Negro)

A los 15 años, Joaquín Salicioni decidió dedicarse en pleno al tenis para llegar a ser profesional.


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