El “supercepo”, puesto a prueba tras una semana de tensión

Los analistas coinciden en que será clave que a partir de mañana los bancos vuelvan a operar normalmente para el acceso a la compra de los US$200 mensuales. Malestar con el Banco Central.

Sede del Banco Central, en la city porteña

Ante el reinicio paulatino de la operatoria del dólar que comenzó el último viernes y que se estima que estará normalizado totalmente a partir del inicio de la semana, el punto central es si se permitirá mantener la creciente tendencia de compra de dólares que viene registrando desde hace ya tres meses.

“El tema aquí pasa por ver si los clientes de los bancos que busquen comprar dólares a través del homebanking van a poder operar o si continuarán las trabas, o si serán aprobadas las operaciones o no”, comentó a Río Negro el especialista y analista de mercado, Christian Buteler.

El último viernes se reinició de a poco la operatoria en los bancos con el dólar ahorro, después de haber quedado cortada las operaciones en un virtual “feriado cambiario”, por las imperfecciones que tuvieron el Banco Central, la AFIP y la Anses, en la implementación del denominado “supercepo”.

Fue en definitiva una semana donde estuvo cortada la operatoria, lo que generó un escalada de rumores y tensión en el mercado, marcando días realmente difíciles para el equipo económico.

Datos

US$870
millones perdió de reservas en lo que va del mes el Banco Central.
US$515
millones se perdieron en depósitos bancarios entre el martes 15 y el miércoles pasado

Los números son elocuentes y generan una creciente preocupación entre los economistas y empresarios.

Hasta el viernes, el Banco Central perdió en el mes de septiembre unos 870 millones de dólares de reservas monetarias.

Desde que se implementó el supercepo, en la noche del 15 de septiembre hasta el 23 se perdieron unos 515 millones de dólares en depósitos, con el agravante que precisamente ese último día el público retiró de sus cuentas bancarias unos 200 millones de dólares.

Otro dato realmente preocupante es que el último viernes, tras retomarse la operatoria del dólar ahorro, las reservas del Banco Central cayeron unos 148 millones de dólares.

A su vez, en la semana se llegó a un pico del riesgo país que superó los 1.400 puntos básicos, marcando un desplome de los nuevos bonos emitidos por la Argentina para la reestructuración de su deuda, en tanto que las acciones de empresas locales en el mercado de Nueva York tuvieron caídas promedio superiores al 5 por ciento.

“Hay un clima de gran desconfianza. Por eso, a partir de esta semana el Gobierno debería brindar algunas señales para descomprimir la tensión que hay en el mercado”, dijo un operador bursátil.

En medio de este cuadro de situación, el dólar paralelo rozó la semana los 150 pesos, para terminar finalmente el viernes algo más bajo en 145 pesos.

“Hay un clima de gran desconfianza. Por eso, a partir de esta semana el Gobierno debería brindar algunas señales para descomprimir la tensión que hay en el mercado”, comentó un importante operador bursàtil.

Por lo pronto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio el último jueves un claro respaldo al Gobierno, al asegurar que a principios de octubre llegará una misión del organismo para iniciar las negociaciones de un nuevo acuerdo con la Argentina.

Esa declaración realizada el jueves por Gerry Rice, vocero del Fondo Monetario, descomprimió un poco la tensión en el mercado cambiario y de allí la leve baja en el precio del dólar en el cierre de la semana.

De todas formas, la implementación del supercepo cambiario ha generado grandes cortocircuitos dentro del Gobierno.

Se sabe que en el comienzo de la última semana la vicepresidenta Cristina Fernández se reunió en la Quinta Presidencial de Olivos con Alberto Fernández, y según admitieron fuentes de Gobierno, la conversación abarcó el tema del supercepo, con un tono “considerablemente tenso”.

Paralelamente, en los últimos días recrudecieron los rumores sobre las grandes diferencias que mantienen el ministro de Economía, Martín Guzmán, y el presidente del Banco Central, MIguel Pesce.

Dentro del Gobierno se comentó que varios funcionarios del “ala política” no ocultan su fastidio con Guzmán y con Pesce.

Según las mismas fuentes, a Guzmán “le pasan factura por haber errado en forma grave su previsión acerca de la tranquilidad al mercado que traería la reestructuración de la deuda”.

“A Pesce se le recrimina la forma en que se implementó el supercepo, los pifies e imperfecciones que provocaron que no funcionara la operatoria del dólar ahorro”, agregó.


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