El tiempo empieza a apremiar a Macri

Que el plan ya haya muerto no sería todo: la suba del dólar podría acelerar la inflación de abril y mayo. No hay futuro para Macri si no consigue dominar esas dos variables.

Y encima, el viernes una corte de apelaciones de Nueva York rechazó un recurso de la Argentina y dejó en libertad a una jueza de esa misma ciudad -Loretta Preska- para que ponga en marcha el juicio por la expropiación de YPF, en 2012, durante el segundo mandato de la ahora escritora exitosa Cristina Kirchner. Preska heredó el juzgado que ocupó Thomas Griesa, el hombre que administró por más de 15 años los juicios de los fondos buitres por el default de la deuda. Obstinaciones de la historia reciente. Podría costarle al país 3.000 millones de dólares.

El gobierno discutía en esas horas en Olivos en una mesa por Vaca Muerta cómo acelerar la producción de gas y petróleo y cuál es la manera más expeditiva de eliminar trabas administrativas a las exportaciones. “YPF no puede perder un día de exportación”, dijo allí el presidente Macri, otra vez en su versión enérgica. Las cámaras industriales y los gremios volvieron a cuestionar la prórroga del decreto que autoriza la importación de equipos usados en defensa del trabajo argentino. Pero las petroleras defendieron la necesidad de avanzar en un régimen que les permita de una vez dar el salto y crecer en escala, como en el modelo Eagle Ford, en Texas. El gobierno nacional y el de Neuquén las acompañaron. Esto apenas está arrancando, coincidieron, y cuando se ponga en marcha “no va a dar abasto toda la industria nacional”, se escuchó decir allí.

Hablar de ese ámbito es como hablar de otro país. Tal vez lo sea. En medio de la crisis y del vértigo que han sumado en estas horas los mercados conviven diferentes Argentinas. La de los hidrocarburos no convencionales es una de ellas. La fragmentación como señal de época, el fenómeno del que ha venido hablando desde sus ya lejanos orígenes el Pro, acaso se manifieste también de esta forma.

El revés de YPF en los tribunales de Nueva York venía a cerrar una semana que habitaba desde hacía tiempo las pesadillas del gobierno. Se precipitó por una suma de factores, algunos autoinfligidos, otros más previsibles. El desenlace fue una muestra más de la perplejidad que despierta la dirigencia argentina en el mundo.

Hubo un clamor entre los empresarios para que el presidente decline su candidatura. Esa relación es una de las más extrañas e indescifrables de este tiempo.

La primera señal llegó el Jueves Santo, hace diez días, después de que el gobierno presentó su programa de congelamiento de precios y tarifas. Sin mercados en la Argentina por el feriado, la respuesta a ese plan llegó desde el exterior: el riesgo país que califica a los bonos argentinos alcanzó el día siguiente un récord en la era Macri y cayeron hasta un 7% las acciones de las empresas argentinas que cotizan en Wall Street. Hay quienes atribuyen esa reacción a la encuesta de la consultora Isonomía que se conoció ese mismo jueves y que otorgaba a Cristina Kirchner amplia ventaja sobre Macri en un eventual balotaje. ¿Fue el laboratorio de Jaime Durán Barba el que filtró esa medición para agitar el temor a un regreso del cristinismo? El martes se anunció la salida de “Sinceramente”, el libro de la senadora Kirchner, golpe de marketing y anticipo de su candidatura. Lo que ocurrió en adelante está más fresco: el dólar y el riesgo país entraron en una montaña rusa que solo se detuvo el viernes.

El dólar trepó casi un 10% desde entonces. Un salto inesperado y fatal para el programa de precios acordado entre el gobierno y las empresas para una lista de productos de primera necesidad, alimentos, sensibles a las fluctuaciones de la moneda norteamericana. Que el plan ya haya muerto no sería todo: la escapada del dólar podría acelerar el índice de inflación de abril, que ya se esperaba alto, y el de mayo, en el que el gobierno cifraba expectativas de consolidar una baja. No hay futuro para el presidente si no consigue dominar esas dos variables.

Los caminos se angostan y el tiempo empieza a apremiar a Macri. Hoy espera un revés en las PASO de Santa Fe, donde su candidato podría quedar cuarto. Las principales voces del gobierno tuvieron que salir a diario a ratificar que irá por su reelección. Con los ojos puestos en María Eugenia Vidal, hubo un clamor de los empresarios para que el presidente desista de su candidatura. Esa relación será indagada como una de las más extrañas e indescifrables de este tiempo.


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