Embarazo y sustancias: el desafío de bajar los casos en hospitales públicos

El consumo de tabaco en Río Negro es alto: 13 de cada 100 mujeres. En menor medida, el alcohol y las drogas. Pero la labor médica y social en hospitales públicos está logrando resultados. Los serios riesgos para el bebé y otra estadística que inquieta: más nacimientos fuera de término y con bajo peso.

Las estadísticas oficiales de Río Negro muestran que el consumo de sustancias en el embarazo como alcohol, tabaco y drogas como marihuana y cocaína; es un problema de Salud Pública que se repite todos los años y en reiterados casos.

La evolución es posible mediante la temprana detección y el acompañamiento de todo el sistema, no sólo desde lo médico, sino desde lo psicológico y social. El desafío planteado, es llegar antes.

Según las cifras aportadas por la coordinación del Programa Materno Infantil del Ministerio de Salud de Río Negro, la sustancia que más presencia tiene es el tabaco, en segundo lugar el alcohol y por último, las drogas como la marihuana y cocaína.

El tabaco, es por lejos, el mayor problema registrado en relación a las otras sustancias. En 2018, un 13,1% de las mujeres embarazadas fumaban tabaco en el primer trimestre de gestación en los hospitales públicos de Río Negro. En otras palabras, 13 de cada 100 mujeres embarazadas fumaban cigarrillo durante los primeros tres meses de embarazo. Un 5.9 % siguió fumando en el tercer trimestre de embarazo, también en 2018.

Estos datos muestran no sólo la cantidad de casos, sino que se redujo la cantidad de fumadoras a medida que avanzaba el embarazo. Mientras que 13 de cada 100 fumaban en el primer trimestre, siete dejaron de hacerlo en el último tramo y seis, continuaron (en relación a 100).

En tanto, una problemática aún mayor es la exposición a tabaco ambiental, la cual también pueden generar serias complicaciones. En este periodo, en promedio, un 14,5% de las mujeres embarazadas eran fumadoras pasivas.

En este mismo año de análisis, se registró que el porcentaje es menor respecto al consumo de bebidas alcohólicas. Un 2% de mujeres embarazadas consumían alcohol en el primer trimestre y un 0.6 % mantuvo ese consumo aún hasta el tercer trimestre de embarazo.

Fotos: Gonzalo Maldonado

En cuanto a drogas ilícitas, por ejemplo marihuana y cocaína, se registró que el 1,9% de las mujeres embarazadas consumían este tipo de sustancias en el primer trimestre de gestación. El consumo disminuyó a 0,8% en el tercer trimestre, es decir, un poco más de la mitad de las que consumían pudieron abandonar la droga.

Sin embargo, la doctora Alejandra Romero, coordinadora del Programa Materno Infantil de Río Negro, aclaró que este número corresponde sólo a las pacientes que declaran su consumo, ya que se presume que hay una franja de muchas otras que no lo admite.

Aún así, “hay pocos casos complejos de consumo de sustancias y no se registran ingresos de recién nacidos en los servicios de Neonatología por síndrome de abstinencia”, aseguró.

El problema del consumo de sustancias no se registra solo o aislado, sino asociado a otros. Según indicó la médica, no se registran internaciones en Neonatología únicamente por este diagnóstico, sino que se da en comorbilidad, es decir, sumado a otras patologías como prematurez o enfermedades de transmisión vertical, tal como la sífilis.

La franja etaria más propensa a este tipo de hábitos es la de entre 20 y 35 años. Es en las mujeres de estas edades en las que más se registraron este tipo de consumos problemáticos para la salud. “No tanto en las adolescentes, contrariamente a lo que se podría pensar”, analizó Romero.

10 a 55
años es el rango de edades reproductivas, según el Ministerio de Salud de Río Negro

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Problema de fondo


“Cuando la mujer está en período de gestación, se encuentra movilizada por los cambios corporales y, asimismo, por la proyección subjetiva que realiza sobre su rol materno y su futuro hijo, es decir, cómo asumirá su maternidad”, aseguró la médica consultada.

En ese lapso de su vida, la mujer -quien pudo haber elegido o no la maternidad- vive, convive y se desarrolla en una sociedad que tomó como parte de sus hábitos el consumo de drogas, las cuales en reiteradas ocasiones llevan a la adicción.

Fotos: Gonzalo Maldonado

En este sentido, el consumo de sustancias no es ajeno a las mujeres que quedan embarazadas. Prolongar este hábito durante la gestación, reviste un riesgo doble, no sólo para la mujer sino también y especialmente para el niño por nacer.

Sería pertinente hablar de “consumo problemático de sustancias”, explicó la profesional, y saber que esta situación en las mujeres embarazadas “tiene que ver con una realidad social y no específica de esta población”, argumentó. Aún así, “el embarazo (…) requiere algunos cuidados especiales y evitar sustancias tóxicas que tienen consecuencias tanto para el feto como para la madre”, expresó.

“Muchas veces no se admiten estos hábitos, en especial si se trata de drogas ilícitas, por vergüenza o por desconocimiento de los efectos”

Alejandra Romero, coordinadora Programa Materno Infantil

El riesgo mayor sería subestimar el problema y negar el consumo. En ocasiones queda “debajo de las alfombras” y se oculta por diferentes razones.

Abordaje: una mirada social


Ante la complejidad del problemática, los profesionales recomiendan abordarlo desde una mirada integral, anteponiendo la necesidad de acompañar a la mujer.

“Hay que trabajar la empatía. La mujer no debe sentirse juzgada o cuestionada. Tiene que poder contarlo”, aseguró Romero. Lo principal es saber cuál es el ambiente social en el que vive la embarazada.

“Si vas de lleno al tema de las drogas ilícitas, te perdes mucha información. Hay otras actitudes tóxicas en las personas. Otras cosas que están cotidianamente y no deben pasar desapercibidas”

Alejandra Romero, coordinadora Programa Materno Infantil

Para esto se realiza desde el día 0 una Historia Clínica Perinatal para hacer el seguimiento a la paciente durante los controles de embarazo. “Esperaríamos que si el embarazo fue controlado, [la situación de consumo] se pueda controlar antes”, apuntó.

Fotos: Gonzalo Maldonado

Pero cuando los problemas continúan durante la gestación, “tratamos de abordar(los) desde consejerías y acompañamiento. Algunas logran solas, abandonar el consumo”, explicó la médica. Según la gravedad, se busca el abandono total del daño, pero si el cuadro es muy grave, “nos damos una estrategia de reducción de daños”, informó Romero.

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Efectos en el neonato


Todas las drogas mencionadas, incluso en las fumadoras pasivas, pueden provocar diversos riesgos durante el embarazo. Algunas de ellas se asocian con recién nacidos pequeños para la edad gestacional (PEG), defectos congénitos o problemas de conducta o aprendizaje.

Los PEG tienen 20 veces más probabilidades de morir en el primer mes de vida que los niños con peso adecuado. Los sobrevivientes a su vez, corren mayor riesgo de presentar discapacidades incluyendo retardo mental y parálisis cerebral.

El consumo de estas sustancias aumenta las posibilidades de que los riesgos sucedan, lo que no implica que necesariamente sucederán. Cada caso es particular y no hay reglas generales.

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Riesgos por el consumo de cocaína

  • Aborto
  • Parto pretérmino (antes de 37 semanas)
  • Restricción del crecimiento intrauterino (RCI)
  • Recién nacido pequeño para la edad gestacional (PEG).
  • Niño con perímetro cefálico más pequeño (menor desarrollo del cerebro).
  • Defectos congénitos (tracto urinario y posible cardiopatía congénita)
  • Aumento de desprendimiento prematuro de placenta normo inserta
  • Menor atención y reflejos del recién nacido
  • Excesivo llanto y temblores, poco o excesivo sueño, dificultad para alimentarse.
  • Posible síndrome de muerte súbita.
  • (Algunos de estos trastornos suelen ser transitorios y revierten en los primeros meses de vida)

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Riesgos por el consumo de tabaco

  • Bajo peso al nacer (BPN)
  • Embarazo prétermino
  • Malformaciones congénitas (malformaciones cardíacas, paladar hendido o labio leporino).
  • Síndrome de muerte súbita del lactante.
  • Patologías respiratorias (asma, bronquitis y neumonías a repetición)
  • Otitis, caries
  • Trastornos de conducta, de aprendizaje
  • Obesidad
  • Diabetes tipo 2
  • Adicción en la adolescencia.
  • Cáncer de pulmón en la edad adulta.

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Dejar de fumar antes o durante el embarazo, ayuda a reducir los riesgos. Por su parte, las mujeres que dejan de fumar en el primer trimestre tienen hijos de peso similar a los de las no fumadoras.

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Riesgos por el consumo de alcohol

  • Síndrome alcohólico fetal (SAF). Defectos físicos y psíquicos al nacer. Puede causar retardo mental, aborto, muerte fetal o bajo peso de nacimiento (BPN).
  • Bebés más pequeños para la edad gestacional. (PEG)
  • Alteraciones morfológicas (ojos y nariz pequeños, mejillas planas) o cardiopatía congénita
  • Síntomas neurológicos
  • Problemas del crecimiento (consumo en el tercer trimestre de embarazo)
  • Trastornos neurológicos menores en el recién nacido (consumo en la lactancia)

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El alcohol atraviesa la placenta y es metabolizado muy lentamente, por lo que los niveles en la sangre del feto suelen ser mucho más altos y permanecer por mucho más tiempo que en la madre.

Fotos: Gonzalo Maldonado

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Otras estadísticas que preocupan


En Roca, en los últimos tres años (de 2015 a 2018) aumentaron los casos de neonatos con Bajo Peso al Nacer (BPN) (que pesan menos de 2.500 gramos) y los que nacen pretérmino, es decir, con menos de 37 semanas de gestación.

Según el análisis de estadísticas oficiales, en Río Negro, un 10,89% de los bebés nacidos vivos en 2018, nacieron pretérmino, antes de las 37 semanas de gestación, mientras que en 2015 fueron menos, el 8,61%. En Roca, se pasó de un 8,48% a un 12,51% de los casos.

Respecto a los bebés con bajo peso al nacer (menos de 2.500 gramos), mientras que en 2015 un 6,7% nacía con BPN; en 2018 esta franja ascendió a 8,28% en Roca. A nivel provincial, en 2018 fueron el 6,51% de los nacidos vivos, mientras que en 2015 fueron el 6,58%.

Si bien estas afecciones en los neonatos son atribuibles a diversos factores en la salud de la madre y el niño; o complicaciones en el embarazo o parto; también podrían estar relacionadas a manifestaciones por consumos problemáticos.

En esos años, aumentó también la cantidad de casos de madres sin instrucción primaria (de 1,7% a 2,15%), sin seguro de salud (41,71% a 47,95%) y sin pareja al momento del nacimiento (10,95% de los casos a 13,92%).

Fuentes:

Informe y entrevistas con la dra. Alejandra Romero, coordinadora del área Programa de Salud Materno Infanto Juvenil del Ministerio de Salud de Río Negro en conjunto con el área de Salud Mental.

Ministerio de Salud de la Provincia de Río Negro. Departamento Provincial de Estadística. Sistema Estadístico de Salud. Estadísticas Vitales. Río Negro, año 2015 y año 2018


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