Empezó la cosecha de peras en el Valle, con buen tamaño y sanidad

Una buena porción de chacareros ya puso en marcha la recolección con buenas perspectivas. Sostienen que con calidad les espera una temporada alentadora. Hay otros productores que recién largan el lunes porque esperan mejor tamaño de la fruta.

Ezequiel Farías acomoda la escalera sobre la hilera de peras Williams que esperan ser cosechadas. La recolección comenzó la semana pasada con mucha expectativa en medio de un año complejo por la pandemia del coronavirus. Si todo va bien, un 80 % de esta producción será exportada, mientras que el resto se destinará al mercado interno. En algunas chacras de la región ya están cosechando. Otros productores más pequeños eligieron iniciar lunes próximo, una vez que la fruta tenga un mayor tamaño.

En las hectáreas ubicadas sobre calle José Adaro y Lago Traful, al sur de la ruta 22 de Roca, Ezequiel arrancó su jornada a las 8. En esta pandemia trabajar en la fruticultura a sido su única alternativa. (Ver Aparte)
A pesar del contexto sanitario, los productores tienen buen ánimo. “El que tuvo la suerte de que no le haya caído piedra como algunos productores de Roca, tiene fruta de buena sanidad y un buen tamaño para empezar. Hace varios años que no había a la salida del sello el tamaño que tiene hoy la Williams”, destacó Daniel Pérez, presidente de la Cámara de Productores de Roca.

El referente señaló que todavía viene llegando la primera tanda de 10 mil trabajadores “golondrina” del norte para levantar la cosecha. “Los colectivos de Tucumán vienen llegando bien, pero los que vienen de otras provincias como Corrientes, Entre Ríos y Misiones están un poco complicados por las restricciones de circular desde la 1 y hasta la 6. Algunos han hecho un parate pidiendo que los dejen circular”, explicó.
Señaló que la temporada de la cosecha de pera estará terminando la última quincena de febrero. El presidente de la Cámara de Roca dijo que “el año pasado la cosecha fue complicada porque cayó granizo, varios productores han tenido liquidaciones que no han cubierto la expectativa ni el costo de producción”.

Martín Borocci es un productor de Allen que tiene 50 hectáreas de fruta de las cuales el 70% son peras y el resto manzanas. Para él la temporada pasada fue buena porque los retornos para pera como manzana le “sirvieron para recuperar el aliento luego de años complicados. La pera tuvo valores aceptables para seguir trabajando”, dijo.
Borocci mencionó que en la chacra siempre se han manejado con las medidas sanitarias en cuanto al personal en especial con el inicio de la poda. “En mi chacra se les pidió que trabajaran bien separados y los resultados han sido buenos porque no hemos tenido casos positivos”, comentó.

La chacra da trabajo a mucha gente. La clave es el cuidado de la fruta que se recolecta. Foto Juan Thomes.

El productor dijo que van a trabajar para que los obreros del norte respeten los cuidados y evitar problemas. “Es una época complicada y cada empleado vale oro, vamos a poner los elementos necesarios para que no haya contagios”, reiteró.
El chacarero contó que trabaja con una exportadora y el año pasado envió 1.300 toneladas entre peras y manzanas. “Parte fue al mercado interno y otra al extranjero, eso lo define la empresa”, mencionó.
Consideró sensato que se flexibilizaran los protocolos para el ingreso de los golondrina. “Estoy a la espera de los trabajadores de Tucumán, por suerte se flexibilizó el protocolo, era ridículo que el turismo pueda ingresar sin test negativo y que a la gente que viene a trabajar se le exija”, dijo.

Leandro Arcos es un productor de Roca y junto a su padre manejan unas 35 hectáreas de peras, manzanas y duraznos en la zona de Stefenelli.
“La fruta viene bien, con un buen tamaño, podrían haber sido mejores con unos días más de calor, pero venimos bien. En todas las variedades se espera una buena cosecha. En cuanto al precio todavía no sabemos cuáles van a ser los valores”, expresó.
Para el joven chacarero el año pasado fue una buena cosecha con buenos con rindes y calidad. “Este año también tenemos buenos calibres”, señaló.

Leandro llegó a la chacra por herencia familiar, “antes mis viejos cuando arrancaron eran verduleros, pero lo que es horticultura lo abandonamos hace unos 8 años, hacíamos cebolla”, recordó.
El fuerte de la familia es la fruticultura. Sin embargo comentó que hace un tiempo viven un clima de incertidumbre con “los precios y las tormentas que todavía nos acechan. Esto hace que uno se ponga nervioso”, expresó.

Carlos Zanardi, presidente de la Cámara de Productores Agrícolas de Fernández Oro señaló que anualmente se vienen produciendo en la región unos 1,2 millones de toneladas de fruta, de las cuales la mitad son de pera.
Zanardi tiene cuatro hectáreas de peras en una chacra en el límite de Fernández Oro con Cipolletti.
“Quienes tienen más de 500.000 kilos ya empezaron a cosechar, los demás esperamos que tenga el mejor tamaño posible y si da la situación cosechar en una sola pasada”, señaló.

Una opción de trabajo en la chacra en plena pandemia

El impacto económico por la pandemia del coronavirus se hace sentir en la región y muchos han tenido que buscar actividades alternativas para poder llevar el sustento a sus familias.
Ezequiel Farías tiene 23 años y es uno de los tantos trabajadores que debió reconverstise. Si bien antes ya había realizado tareas en la chacra, también se desempeñaba en la construcción y en la metalúrgica. Sin embargo, desde el año pasado no encontraba trabajo en esos rubros y solo en la chacra tuvo su respuesta a su necesidad laboral.

“Esta es la segunda temporada que me toca cosechar, cuando comenzó la pandemia la única opción que tuve fue la chacra”, contó.
El joven tiene dos hijas de dos y siete años.
Contó que comenzó pelando postes, raleando, limpiando acequias, “te vas adaptando”, expresó.
El cosechador mencionó que ahora le resulta muy fácil usar la escalera, “al principio te falta equilibrio, pero a los días le agarrás la mano”.
Su jornada comienza a las 8 horas y para a las 12, luego desde las 14 y hasta las 18 continúa cosechando.
César Santos es otro recolector que por primera vez está trabajando en la chacra.

“Al principio no me gustaba, no conocía el trabajo, pero ahora que arranqué le agarré el ritmo. Antes trabajaba en la construcción, vendía tortas fritas y pan casero”, contó.
El muchacho de 27 años, dijo que hace un tiempo estaba desempleado y en la chacra encontró una salida laboral. “Estoy acostumbrado a levantar cosas pesadas, por ser la primera vez que uso la escalera vamos bastante bien”, dijo.

César vive en el barrio Quinta 25 y de lunes a sábado recorre unos 20 kilómetros en bicicleta entre la ida y la vuelta a su trabajo. “Tardo un poco más de 40 minutos, traigo algo para picar y seguir laburando”, expresó conforme.
Los dos con cuidado eligen cada pera mientras llenan de a poco los bins. La temporada de cosecha les trajo el trabajo que necesitaban para seguir adelante y sostener a sus familias.


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