Gustavo Garzón, en permanente desafío

El actor, que trae su primer unipersonal “Bufon”, el próximo fin de semana a Neuquén, Plottier, Cipolletti y Allen, habla de su oficio, de los medios, y de cómo cambiaron su vida sus hijos gemelos, que tienen Sindrome de Down y hoy son actores.

Redacción

Por Redacción

Te voy a contar una historia que te pertenece. ¿Por qué? Porque los actores nos pertenecen. Son parte nuestra, ingresan en nuestras casas a través de las pantallas, cenan con nosotros, nos reímos con ellos, lloramos. Nos identificamos con sus historias. Empatizamos. Copiamos modos de decir, frases. Inmortalizamos escenas.


Los actores son reflejos de una sociedad, del pensar y sentir de por lo menos algún sector de ella. Teatro, cine, televisión. Lugares donde la actuación vive, la realidad toma otra dimensión y nos dejamos llevar. Soltamos amarras y vivimos un ratito otras historias. Los actores nos hacen conocer autores maravillosos, que nos hablan de alegrías y sufrimientos de otros tiempos y también los de hoy.

Actuar es jugar. Tal vez sea una de las causas por las cuales hoy te hable de ellos. De los grandes jugadores que se volvieron profesionales en el arte de la expresión. Probablemente sea una de las razones de mi admiración. De tanto admirarlos, quise convertirme en uno de ellos.

Actuar es dejar un rato mi cuerpo para prestárselo a algún personaje. Construirle una modalidad de hablar, de moverse, de pensar. Un ejercicio maravilloso en el cual ocurren instancias invisibles que nos modifican como personas.

Hace años que hago teatro, acompaña mi labor de psicopedagoga. En pandemia me contacté con uno de los actores que me impactaron por su recorrido: Gustavo Garzón. Una de las imágenes que asocio en mi vida con él es la siguiente: Yo vivía sola en un departamento de Flores. Televisión blanco y negro (mi presupuesto no daba para más). Pocos programas que me atraparan. Descubro “Señoras y señores”. Garzón lo escribió, produjo y actuó. El programa me hacía pensar, reflexionar, era mi compañía. Amaba ese momento. Me enojé cuando dejó de transmitirse.

Nos encanta saber la vida de nuestros actores también, aunque en mi caso, confieso, soy desastrosa para esos datos. No tengo idea si están casados, solteros o separados. Si tienen mil hijos o ninguno. Con quién anda quién… Qué sé yo, carezco de ese estilo de curiosidad. Pero… Siempre existe un “pero”. En su caso, algo de su vida personal me atrapó. Es papá de cuatro hijos, 3 de ellos con una bella actriz que recuerdo con cariño, Alicia Zanca: Tamara, también actriz; Joaquín y los gemelos Mariano y Juan, cuya mamá es Ruth Alfie.

Garzón explicó que el gran cambio en relación a sus hijos llegó cuando “aceptó”. “Entender que no son como yo suponía que debían ser, sino como son”.


Mariano y Juan tienen Síndrome de Down. Esa historia me atrapó. Cuando me enteré por las noticias pensaba cómo se estaría modificando la vida a esos papás. Cuántas preguntas y respuestas iban a instalarse y cómo iban a crecer con esa experiencia si llegaban a superar los prejuicios y desafíos intensos.

En pandemia llegué a él, les contaba. Claramente en forma virtual. La experiencia fue excelente para mí porque aparte de profundizar ciertas facetas de actuación me permitió conocer a la persona. Será porque somos geminianos los dos, por la actuación, no sé. Me pareció una persona súper piola, sencilla y transparente. Valores que me aprecio cultivar en mi y me vinculan a otros. En este vínculo que con pasos seguros comenzamos a transitar, comenzamos a diagramar una visita a nuestro Valle. Presentar su unipersonal de “Bufón”; su primer espectáculo unipersonal. La primera vez que accede textos clásicos, dos obras del gran dramaturgo ruso Anton Chéjov.

No tardamos mucho en organizar agenda. Decidimos que será entre el viernes 12 y lunes 15 de agosto, aprovechando que es feriado. Recorrerá Neuquén capital, Plottier, Cipolletti y Allen. Agregamos para los artistas teatreros un taller en Cipo, en Espacio Pueblarte, Teatro Independiente. Claramente un fin de semana de lujo.

En algunas conversaciones me fue comentando algunas cosas que me parece súper interesante compartir con ustedes. Acerca de la obra, comentó que “implica para mí un desdoblamiento, un desafío de pasar del drama a la comedia. La primera es ‘El canto del cisne’, y la segunda ‘Sobre el daño que hace el tabaco’. Me encanta también la propuesta de llevar las palabras de este autor maravilloso, estas obras cortas que concentran tantos conceptos y palabras tan universales y atemporales. La esencia del ser humano. En mi adaptación respeté su poética, abordándolo con palabras más actuales y comprensibles. Estoy acompañado de un violinista de primer nivel durante las dos obras, que regala al público una maravilla de su arte”.

Puedo decir muchas cosas de Gustavo Garzón. Para las generaciones más jóvenes les cuento y para el resto, repasamos. Es actor desde 1978, trabaja y trabajó en cine, teatro y televisión. Se formó en la Escuela Nacional de Arte Dramático y en la Escuela Municipal de Arte Dramático. Produjo también “Casa Natal” para TV, otro ciclo unitario muy prestigioso. Muchos de sus trabajos son elogiados por la crítica nacional e internacional. Como director y guionista estuvo en “Por un tiempo”, “La ciento veinticinco” y “Down para arriba”; y está preparando un documental sobre el origen de Shakespeare, a filmarse en abril en Inglaterra; y un documental sobre una persona con síndrome de Down sanjuanina de 54 años.

Gustavo formó parte de muchas novelas y series de la televisión argentina, pero también es referencia sobre las tablas.


Participó en cuantiosas obras tanto en cine, como televisión y teatro. En tv. Ha formado parte de las ficciones “Son de diez”, “Solamente vos”, “Historias de un clan”, “El Marginal”, “Monzón”, “Socias” y “Todos contra Juan”, entre otras. En teatro se destaca en sus participaciones en “Casa Valentina”, “Buena gente”, “200 golpes de jamón Serrano” y “Días contados y más”.

Gustavo es actor, director, autor y papá presente. Tan presente que pudo encontrarse educando a sus hijos ante la pérdida física de Alicia, con el desafío que la discapacidad presenta. Contó que “al principio no tenía ni idea qué era el Síndrome de Down, fue un gran balde que me cayó en la cabeza. Tardé en despertarme porque no entendía qué me estaba pasando. Asustado, desconcertado. Pasado ese sofocón, para resumir, puedo decir que me enamoré de ellos. Ahora puedo decir que los amo con locura, con todo lo que eso implica. Empecé a buscar todas las formas para que tengan acceso a la felicidad, aprendí a conocerlos, saber qué deseaban. Creo que toda esa dedicación dio buenos frutos porque hoy tengo una relación hermosa, vivo solo con ellos. Viven su hoja de ruta, que les ayudé a diseñar porque es difícil que expresen claramente en palabras lo que necesitan. Siempre necesitan la ayuda de los padres, por suerte cada vez menos, han conseguido bastante independencia. Hoy son dos showman. En el escenario se encienden y potencian y bailan. Son muy agradecidos. Me llenan de orgullo”.

Además, explicó que para él “fue un cambio importante cuando acepté. Entender que no son como yo suponía que debían ser, sino como son. Esto para mi marcó el cambio, y me permitió construir el camino hacia la felicidad que después siento que pude construir”.

En esta misma línea, señaló que “gracias a ellos también construí una escuela de comedia musical para personas con discapacidad -que funciona a las mil maravillas-, y yo ahí también tengo mi núcleo social y es así mi vida. Sé que puede ser diferente al resto de los padres, para mi está bien así. Mientras en general los hijos se van cuando crecen en mi caso con ellos no es así, porque siempre van a ser un poco niños. Eso también está bueno porque tengo hijos para toda la vida, aunque me saque un poco de libertad. Estoy muy orgulloso de ellos y disfruto mucho de sus logros. Este es un mensaje que me gustaría transmitir a los padres con personas con discapacidad. Que sepan que se puede hacer todo, nunca tuve que dejar de hacer cosas por ellos. Siempre organizando y planificando para que todo pueda suceder. Ellos son mis compañeros y estoy muy feliz con ellos”.

Garzón opinó que “los medios de comunicación inciden en gran medida en los vínculos, más que la escuela. En la actualidad se ve reemplazado en cierta medida por las redes. Es un elemento muy delicado, fundamental en la comunicación. Ingresa a cada hogar y es necesario manejarlo con responsabilidad. Es una herramienta de penetración cultural muy importante porque determina los valores morales de una sociedad, la ética, ni hablar en el terreno político, determina el voto de la gente prácticamente. El tema es que la televisión está en manos privadas y se ha transformado en un negocio, excepto la televisión pública. La televisión es demasiado importante como para dejarlo en manos privadas. Tal vez suene antiguo mi discurso, porque la televisión pública casi no existe. Pero bueno, yo lo veo así aunque suene un poco setentista”.


En este análisis, sumó que “vemos una televisión mediocre, escandalosa, buscando rating a cualquier precio. Hoy casi no hay productos culturales, los actores ni músicos argentinos no están, es una realidad”. Y agregó que “nuestras expresiones argentinas más genuinas, más trascendentes, aquello que le da a la Argentina ser el epicentro de la cultura latinoamericana, por su teatro, por su cultura, no aparece prácticamente en la televisión. Se ve gente peleando, chusmerío. La política tratada de una forma ordinaria, berreta y busca pleito. Mucho deporte, demasiado. Aquello que cubre es la información que se ve condicionada por los intereses de los auspiciantes de los canales que son los que sostienen económicamente. Representa los intereses de ellos, ni siquiera de la gente. Esta modificación no sólo es de acá, el mundo atraviesa esta instancia, hacia es que podemos decir que la televisión se encuentra en un momento delicado”.

También explicó que “las series han reemplazado los productos de la televisión. La producción nacional se ve también condicionada por capitales extranjeros que imponen su patrón cultural. Nosotros trabajamos para plataformas más que nada americanas. Por un lado está bueno porque tenemos trabajo, pero no tenemos más opción que trabajar para plataformas más que nada americanas. Son las que marcan tendencia y dominan absolutamente el mercado audiovisual. El cine también ha caído mucho. La gente prefiere no moverse y mirar la película desde la cama”.

Eso mismo lleva a que “el cine de culto, de festivales ya no se ve. Creo que la cultura y el arte en cuanto a su comunicación audio visual está en un momento de retroceso, en su comunicación masiva”. “Por suerte existe la cultura en otros ámbitos, existe el teatro, el lugar de resistencia de la cultura. Donde podemos expresarnos, ese lugar sagrado del actor donde está en vivo con sus expresiones. También tenemos los recitales, un bar… La cultura sigue viva también por las elecciones que podemos hacer en bajarnos música de otros lugares. Las culturas plásticas tampoco tienen espacio en la televisión y siguen vivas”.

Desde mi lugar de estímulo al juego desde el teatro y desde cualquier espacio, no podía dejar de preguntarle qué pensaba él sobre que el teatro se de en el colegio. “El teatro es juego, tiene sus reglas serias y claras. Cuando deja de ser juego y es algo solemne y se pierde lo lúdico se desvirtúa. Como decía Pavlosky el teatro es llevar el juego al extremo, es la pasión por lo lúdico”, comenzó.

“Claro que debería estar en los colegios. Primero por la comunicación. Aquel tipo de comunicación que se establece en el teatro a veces no se establece en la vida. Esto de mirar a los ojos, de estar obligado a escuchar, a esperar que el otro termine para hablar. Creo que eso es muy educativo y necesario para todas las edades. Aprender a comunicar. En la vida nos interrumpimos, no nos escuchamos. Estamos pensando qué vamos a responder antes que el otro termine. En el teatro eso es imposible porque no te lo permite las reglas del juego. Cuando vos hablas, nadie más puede hacerlo. Cuando el otro habla, vos tenés que esperar. Si uno logra escuchar al compañero, el propio trabajo se potencia, por el simple hecho de escuchar. En la vida debería ser así. Por eso digo que el teatro es muy necesario, por esto y como herramienta para la educación”, comentó.


Y aprovechó para expresar que “también tendría que estar en los colegios el tema de la discapacidad. No solo en la inclusión. Comprender qué es la discapacidad, conocerla, cómo puede visualizarse, qué tipo de discapacidades y niveles existen. Eso permitiría que la gente crezca sabiendo de qué se trata y permite la integración, conocer las posibilidades. También las diferencias de género. Conocer y comprender nos permite integrar”.

Hasta acá les cuento acerca de este gran señor. Este actor que vive la vida construyendo cosas nuevas, desafiando obstáculos y transformándolos en oportunidades que lo alimentan. Es un placer y honor que nos acompañe en nuestro Valle. Este esfuerzo personal de gestión es mi aporte a la cultura argentina, a los teatros independientes y quienes lo conformamos.

Agradezco a cada persona, organismo y empresa que lo hace posible. Quienes tramitaron los pasajes, quienes alojan, brindan sus puertas para almuerzos y cenas.

Espero que puedan disfrutarlo.

Por Laura Collavini (lauracollavini@hotmail.com, Tel: 0299-154590293).-


La gira de Gustavo



Viernes 12: Teatro Arrimadero. Nqn. Capital

Sábado 13: El Zaguán. Plottier

Domingo 14: La Caja Mágica. Cipolletti.

Lunes 15: Taller de actuación. Espacio Pueblarte, Teatro Independiente.

Lunes 15: Teatro Esquilo. Allen.


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