“En este conflicto sólo mueren los pobres”

Langlois describió su cautiverio en la selva colombiana.

AP

SAN ISIDRO, Colombia (AP).- El periodista francés Romeo Langlois aseguró ayer, al ser entregado por las FARC tras un mes de cautiverio, que en el conflicto armado interno colombiano no hay ni buenos ni malos, que ambos bandos consideran estar en el lado correcto y “que sólo mueren los pobres”.

Los rebeldes aprovecharon la entrega del francés para dar discursos, colgar pancartas llamando al cese del conflicto y ofrecer un almuerzo comunitario con seis vacas, en una ceremonia que ha ocurrido en pasadas liberaciones, pero que con poca frecuencia son vistas porque en esta oportunidad se dio acceso a medios internacionales.

Para algunos analistas, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se aprovecharon de la ocasión, como en el pasado lo ha hecho el mismo Estado, pero que sin que esos actos de publicidad o propaganda varíen la realidad o el balance concreto del conflicto armado. (Ver contexto)

Langlois, de 35 años, al menos 10 de ellos radicado en Colombia, dijo que vio morir a menos de un metro suyo a un sargento del Ejército que era un hombre humilde convencido de su lucha y que más tarde, al estar en poder de la guerrilla, también habló con los insurgentes, igualmente convencidos de su actitud.

Hasta ahora no se ha informado si Langlois, soltero y sin hijos, viajaría a Francia de inmediato para reencontrarse con sus padres. El gobierno no ha comentado la liberación, que demandó desde un inicio. “Pobres matándose entre pobres, es supremamente trágico. Ya esto lleva 40 años, buenos y malos no hay’’, dijo el reportero francés, colaborador independiente de la televisora France 24 y Le Figaro.

En pantalones oscuros, camisa de manga larga de un verde agrisado y con pequeñas decoraciones negras sobre los hombros a forma de charreteras, Langlois llegó pasado el mediodía en una camioneta Toyota Land Cruiser verde a San Isidro, en el departamento de Caquetá y a unos 480 kilómetros al suroeste de la capital colombiana.

En medio del tumulto de personas llegadas desde distintos caseríos y rebeldes uniformados y con armas al hombro, Langlois dio unas primeras declaraciones llevando una pequeña cámara de video en su mano derecha .

Al ser consultado sobre qué lección le dejaba lo vivido, respondió: “no necesitaba de esta experiencia para conocer el conflicto colombiano ni para conocer la guerrilla. Ya llevo mucho tiempo en esto, lo que me queda es la convicción de que hay que seguir cubriendo este conflicto y que conmigo se hizo mucha política de muchos lados’’.

Poco después, sobre una tarima instalada por los moradores de San Isidro, Langlois lanzó críticas para ambos bandos: tanto para la guerrilla que quiso debatir sobre la libertad de expresión mientras lo mantenía retenido, y a las autoridades que parecen ignorar las duras condiciones en que viven los moradores de estos poblados, sin carreteras y sin electricidad. “Yo no comparto esa decisión (rebelde) de ‘guardarme’ (retenerme) 33 días… me parece que se impuso una vez más la política sobre cuestiones humanitarias’’, dijo Langlois “ Yo estaba en este operativo (antidrogas) porque el trabajo de uno como periodista de grabar y cubrir toda las partes del conflicto”, aseguró.

El periodista dijo que tanto el gobierno como la guerrilla “intentaron hacer política” con su situación.


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