En la senda de don Jaime

La organización trabaja con un objetivo claro: que la ciudad se convierta en un paraíso multicultural.

La Pastoral de Migraciones de Neuquén es hoy una organización cosmopolita que lleva consigo una larga y fuerte historia de compromiso político y el legado que dejó monseñor Jaime de Nevares. Las nuevas inmigraciones que recibe nuestra región resultaron una inyección de energía para continuar las tareas de ayuda en trámites burocráticos, acompañado de la conformación de políticas migratorias y de DD. HH que realiza la institución con los nuevos migrantes.

Jorge Muñoz habla como referente de la Pastoral y como migrante chileno que llegó empujado por la dictadura pinochetista a mediados de 1978.

Sin embargo antes que él, en la década del 60, llegaron los primeros chilenos que en general se dedicaban a trabajar en las chacras de la región por temporadas, lo cual les alcanzaba para vivir el resto del año en Chile.

Los primeros chilenos “son los que hoy están viejos, no están jubilados y se mueren en la más absoluta miseria”, relata Muñoz. Según reveló el censo del Indec en el año 2001 alrededor de 21.000 chilenos vivían en la región, muchos de los cuales estaban indocumentados.

“Nosotros ayudamos a hacer los papeles, que es un servicio básico que la Pastoral presta, pero sabíamos que no había que quedarse en eso”. La Pastoral se dedica además a la promoción humana, a partir de la inclusión en la institución de migrantes, y la gestión de políticas migratorias.

Esta última actividad se encuentra plasmada en la participación de la organización en la redacción de la convención por los DD. HH. de las personas mayores, en la ONU. Sin embargo el panorama actual de la Pastoral de Migraciones cambió, lo cual “nos tiene felices porque aprendemos mucho”. Muñoz comenta que “hay una comunidad silenciosa” que llega como los bolivianos, paraguayos, dominicanos, colombianos y migrantes de centroamericana “que por cultura iban a EE.UU”. Además han llegado cubanos y brasileros, además de asiáticos de Lao, Taiwán, China y Japón “que pasan desapercibidos porque no se relacionan con el resto”, explica Muñoz.

“Este año en particular, tomamos la decisión de hacer actividades públicas para compartir con la sociedad los enormes aprendizajes. Quisiéramos que en diez años esto fuera un paraíso porque así lo vivimos internamente”, lo cual esta siendo encarado a través de una escuela de idiomas.

Don Jaime De Nevares es el artífice y el espíritu de la Pastoral, quien para Muñoz dejó un legado político.

“Nunca oí hablar a alguien del desarraigo como a De Nevares: “Imaginate arrancar un árbol viejo y transplantarlo en otro lugar. Una fuerza mayor que lo vence y que luego intenta sobrevivir en otra tierra, con otros ingredientes, otros minerales… ese es por excelencia el común denominador del inmigrante”.

Lejos de las analogías, para Muñoz “la fuerza que te arranca de tu lugar y que hace sufrir a tus raíces es la pobreza, que cada vez es mayor y a su vez más compleja”.


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