Los restos hallados en Neuquén aportarán datos de poblaciones milenarias

El director de Patrimonio Cultural, Carlos Cides, brindó datos sobre el descubrimiento que se conoció ayer.  Los investigadores creen que agregará información sobre agrupamientos humanos que vivían en la cuenca del Limay.

El hallazgo de los restos óseos en una obra de Neuquén capital disparó una serie de especulaciones sobre su origen. Ayer se conoció que el descubrimiento tiene valor arqueológico. Es el primer descubrimiento en la ciudad y se cree pertenecerían a una mujer, de hace más de 100 años. En vivo el director de Patrimonio Cultural, Carlos Cides, informó que a partir de este hecho, se tomará como procedimiento llamar a la Dirección para que ellos realicen la investigación.

El director indicó que ayer a las 17:30 fueron convocados por el fiscal general José Gerez, pues el equipo a cargo de la excavación en el terreno de calle Lanín sospechaba que se trataba de un descubrimiento arqueológico. Señaló que se tratan de restos óseos que tendrían «entre 100 y más años».

Cides agregó que ya hay investigaciones en la provincia sobre comunidades que datan de 2.000, 4.000, 6000, 7.000, 9.000 y 12.000 años. Los restos encontrados «pueden formar parte de ese agrupamiento humano«.

“Tenemos investigaciones de comportamientos de bloques de agrupamientos humanos, que se movían a la vera de los ríos y la cuenca del Limay está dando muchos aportes de esto.  La importancia de este es que es el primero de la capital. No nos había ocurrido así que el equipo está muy expectante de la información que pueda llegar a aportar”, subrayó.

Carlos Cides expuso que el poblamiento que circulaba por la zona era nómade, trasladándose cerca de los arroyos y por aquí corría uno de ellos». Al respecto marcó que «hay determinaciones que servirán de referencia para poder dar certezas y comparar este hallazgo con investigaciones hechas en la cuenca del río Limay”.

Ahora los próximos datos concluyentes vendrán a partir del trabajo del equipo de investigación. Cides dijo que por ahora es difícil estimar tiempos ya que «es un largo proceso». Aunque señaló que en las próximas horas se preparará un informe que se elevará al fiscal José Gerez.

Amplió que «a simple vista por el tamaño de la cadera es una mujer» y agregó que algunas investigadoras comentaban que «incluso hay que revisar muy bien la estructura ósea porque puede haber alguna malformación».

Los restos fueron trasladados al laboratorio de la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural ubicado en El Andén para fines científicos y culturales. Contó que los investigadores podrán acceder al esqueleto, pero remarcó que tendrán prioridad los estudiantes de la Universidad Nacional del Comahue.

Uno de los puntos que lamentó Carlos Cides es que cuando el equipo de Patrimonio Cultural acudió al lugar ya había sido removido parte del entorno y «es algo que aporta mucha información».

Lo ocurrido dijo que abre una puerta para terminar de ajustar con  el equipo de criminalística y el equipo forense de la provincia «para que ante un hecho así nos llamen desde el principio».

Cides recordó que la dirección de patrimonio es la autoridad de aplicación ante estos hallazgos.



El hallazgo de un esqueleto en el patio de una vivienda fue el primer descubrimiento arqueológico de la capital neuquina, pero no el primero de la provincia. Carlos Cides recordó que hace unos 20 años se vienen encontrando algunos de los tesoros escondidos en el suelo de Neuquén.

Indicó que hubo hallazgos de este tipo en El Chocón, Plottier, Senillosa, en Chos Malal y en la zona de Barreales. Esos descubrimientos datan de comunidades antiguas de hasta 12.000 años. Cides señaló que tras la investigación van a poder determinar si el esqueleto encontrado corresponde a uno de esos periodos, pues todavía no está establecida la fecha exacta de muerte.

El director señaló que a través de estudios de radiocarbono pudieron corroborar que los restos hallados en esas localidades datan de 2.000 a 12.000 años de antigüedad. 

Cides relató que así se ha podido descubrir cómo se movían los poblamiento, pues indicó que eran comunidades nómades, que se ubicaban a la vera del río. Informó que eran poblaciones recolectoras y cazadoras de animales autóctonos como el choique y el peludo.

Con firmeza dijo que el descubrimiento de ayer da cuenta de un «entierro ancestral», por la forma y la ubicación del cuerpo. Sobre el proceso de sepultura comentó que en el sitio no se halló «otros elementos que acompañen al cuerpo, aunque sí se encontraron algunos fragmentos de valvas y cosas que determinarán los investigadores si son parte del ajuar y si corresponden con algún rito del entierro”.



Para la Dirección de Patrimonio Cultural, este hallazgo en plena pandemia «fue algo increíble», ya que se trató del primer descubrimiento arqueológico en el ejido de Neuquén. Pero están seguros que el suelo neuquino esconde muchos secretos, sólo que no siempre son advertidos a las autoridades.

Cides explicó que suele suceder que las empresas constructoras encuentran este tipo de restos, pero no los denuncian por temor a que les paralicen la construcción.

Enfatizó que lo ocurrido en el día de ayer es un claro ejemplo de que los procedimientos no entorpecen los desarrollos inmobiliarios, ya que en menos de 48 horas pudieron develar el misterio. Pidió que ante cualquier encuentro arqueológico se de intervención a la Dirección, pues son hallazgos de importancia cultural, patrimonio de toda la sociedad.


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