El regreso de un titán del GNL: cómo es el MK II, el barco clave que vuelve a la Argentina

El buque MK II marcará un punto de inflexión en las exportaciones de GNL al procesar un tercio de la actual producción de gas de Vaca Muerta. Pero se trata de un retorno: la embarcación ya estuvo en el país.

Podría decirse que el buque MK II, el barco fábrica más grande que procesará el gas de Vaca Muerta para exportarlo como GNL, está unido al destino exportador de Argentina dado que en su “vida previa”, como barco carguero, no solo ya estuvo en el país, sino que es uno de los metaneros más fotografiados, casi icónico para el sector.

Resulta que, la vida del MK II no comenzó con ese nombre. Su botadura al mundo se dio en abril de 2004, y en los casi 21 años que tuvo hasta marzo pasado, cuando reingresó a un astillero, se lo conoció como Fuji LNG, un buque metanero, de los que transportan el GNL que fue previamente licuado en otro lugar.

Con la bandera de Islas Marshall, el Fuji LNG ingresó en mayo de 2019 al puerto de Ingeniero White, en la zona de Bahía Blanca. Pero no lo hizo, como muchos otros metaneros, para traer gas importado a pedido de Enarsa.

El Fuji LNG llegó al muelle de Compañía Mega donde recibió hace seis años, lo que podría resumirse, como el sueño el sector petrolero argentino, ya que se trató nada menos que de la primera carga de GNL elaborada en el país.

En ese año y por pocos meses, YPF realizó una prueba piloto para licuar en la barcaza Tango parte del gas natural extra que en ese momento estaba entregando Vaca Muerta.

El buque está en proceso de reconversión en China.

La prueba fue escueta y con sabor amargo dado que a mediados de octubre del mismo año, YPF debió rescindir el contrato de alquiler a la belga Exmar por el barco fábrica Tango ya que las condiciones cambiaron y para peor.

El precio internacional del GNL se había desplomado hasta los 3 dólares por millón de BTU, haciendo polvo las expectativas de poder tener un margen, aunque mínimo de ganancias, y todo esto en la previa de la caída de la producción nacional de gas que comenzó por las medidas de control de precios y recortes a los planes de incentivos que Nación instrumentó en ese segundo semestre.

En total se realizaron seis cargamentos de GNL que se despacharon entre septiembre de 2019 y marzo de 2020 (incluyendo uno que compró Enarsa), y como se marcó, el primer cargamento de GNL argentino fue exportado por el buque Fuji LNG que en 2028 volverá a Argentina pero ahora en un nuevo rol.


La “segunda vida” del barco


Hace casi dos meses, el Fuji LNG hizo su último viaje, hasta el astillero Yantai CIMC Raffles, emplazado en la provincia de Shandong, en China. Allí el buque tendrá un largo proceso de reconversión, para dejar de ser un metanero, es decir un carguero de GNL, para convertirse en un barco fábrica de GNL, un FLNG.

Se espera que esta reconversión culmine en el tercer trimestre de 2027, es decir tras dos años de ser sometido a la transformación. En un plazo que es clave dado que poco después, en 2028 debe salir del astillero ya con su nuevo nombre: MK II con destino a Fuerte Argentino, en la costa rionegrina.

Un año antes, a fines del 2027 se espera que atraque en las costas ubicadas al sur de Las Grutas otro barco fábrica, el Hilli Episeyo, que ya tuvo hace algunos años su proceso de transformación.

El ahora rebautizado MK II, en su visita anterior a la Argentina.

Ambos buques ya fueron alquilados por un plazo de 20 años por el consorcio Southern Energy SA (SESA) una sociedad integrada por Pan American Energy (PAE) con el 30%, YPF con el 25%, Pampa Energía con el 20%, Harbour Energy con 15%, y la noruega Golar LNG, que es la propietaria de los barcos fábrica, con el 10% restante.

Pero la clave del MK II es su tamaño. El buque tiene casi tres cuadras de largo, exactamente 289 metros de eslora, y media cuadra de ancho, o 49 metros de manga como se dice en la jerga naval. Con varios pisos de altura, este coloso podrá procesar hasta 16 millones de metros cúbicos de gas natural por día, para que en el paso por sus sistemas sean enfriados hasta el punto que el gas se licúe y se convierta en GNL.

Para tener una dimensión de la importancia que tiene esa cantidad de gas a licuar, no solo basta decir que es prácticamente un tercio de toda la producción de gas que hoy tiene Vaca Muerta, sino que representa el equivalente a la máxima capacidad del gasoducto Perito Moreno (exNéstor Kirchner) si no se usan las plantas compresoras.

Esa capacidad de procesamiento es mucho mayor que la del Hilli Episeyo, que puede procesar unos 11,5 millones de metros cúbicos por día. Y es la suma de ambas capacidades lo que marcará que sí o sí antes del arribo del MK II las empresas que conforman el consorcio Southern Energy, tendrán que construir un nuevo gasoducto desde el corazón de Vaca Muerta, hasta la costa.

El Hilli Episeyo y el MK II serán los primeros barcos fábrica en entrar en operaciones en la costa de Río Negro, pero no los únicos. El plan integral Argentina LNG contempla otros cuatro barcos más que se emplazarán un poco más al sur, en la zona de Punta Colorada.


Podría decirse que el buque MK II, el barco fábrica más grande que procesará el gas de Vaca Muerta para exportarlo como GNL, está unido al destino exportador de Argentina dado que en su “vida previa”, como barco carguero, no solo ya estuvo en el país, sino que es uno de los metaneros más fotografiados, casi icónico para el sector.

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