Gasoducto Néstor Kirchner: se termina una obra clave salpicada por internas y demoras
Los últimos trabajos del gasoducto a Vaca Muerta avanzan según la planificación oficial. La obra estuvo repleta de polémicas.
La última soldadura del gasoducto Néstor Kirchner pactada para hoy es todo un hito para Argentina, que se prepara para atravesar un cambio estructural de su matriz, de la mano de una menor dependencia de las importaciones. Para Vaca Muerta es la llave para comenzar a desbloquear su verdadero potencial, aunque para alcanzarlo, la política deberá evitar los conflictos y las internas que demoraron el proyecto.
Contra todos los pronósticos, y en una carrera contrarreloj –por los retrasos en la licitación del propio oficialismo nacional- la fecha determinada como Apto Para Funcionar (APF) se mantiene para el 20 de junio. Pese a esto, se estima que el caño operaría a su máxima capacidad inicial, unos diez días más tarde.
Para la industria hidrocarburífera, esa fecha implica casi dos meses de atraso respecto del inicio del invierno petrolero, que comienza el 1 de mayo, por la mayor demanda de gas. Por esto es que, de igual manera, este año se realizaron importaciones de grandes volúmenes de Gas Natural Licuado (GNL).
Una vez terminadas las soldaduras, sólo restarán las pruebas hidráulicas para comprobar la integridad de la estructura que recorre cerca de 573 kilómetros entre Tratayén, Neuquén y Salliqueló, Buenos Aires. Este proceso es clave para cumplir con las fechas pactadas.
El proceso de diseño, licitación y adjudicación del proyecto estuvo repleto de episodios polémicos y no pudo saltar la grieta del oficialismo, pese a ser la obra de infraestructura más importante del Frente de Todos. Recibió críticas tanto desde afuera como desde el interior gobierno y hasta se llevó puesto a un funcionario clave.
Gasoducto Néstor Kirchner: el impacto en Vaca Muerta
La manera más práctica de resumir el impacto que generará la obra en los yacimientos de Vaca Muerta es que permitirá ampliar la producción de gas en 11 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d), que para el año que viene se duplicará.
En números
- 22
- millones de metros cúbicos de gas por día transportará el caño el año que viene.
Si bien del proceso licitatorio participaron la mayoría de las empresas operadoras de Vaca Muerta, hay tres compañías que tienen los compromisos más cercanos en el tiempo para llenar el caño: Pampa Energía, Tecpetrol y Pan American Energy (PAE). Entre las tres inyectarán casi el 85% (9,3 MMm3/d) del gas que transportará el caño, en su inicio. A principios de 2024 aparecerá YPF.
Hacia una integración energética regional
Teniendo en cuenta la magnitud de las reservas de shale gas de Vaca Muerta, y la producción actual, las obras de infraestructura que se inauguran (tanto en gas como en petróleo) resultan insuficientes en poco tiempo.
Sin embargo, la puesta en marcha del primer tramo del gasoducto, retrasado por la administración nacional de Mauricio Macri –que en sus inicios descreyó del potencial del shale– y tras las reiteradas postergaciones de la administración actual –producto de internas y fuego cruzado– es una medida que va en la dirección correcta de lo que pide el sector.
Los ahorros pronosticados permitirán equilibrar la balanza comercial energética (en un primer momento), aunque la verdadera apuesta de la industria es ir hacia un saldo comercial superavitario y la construcción de un mercado regional de exportación.
Para esto es fundamental la construcción del segundo tramo del gasoducto que, según confirmó Sergio Massa, el 20 de junio se lanzará la licitación de esa obra. Tendrá participación del sector privado y, además de la posibilidad de contar con inversión privada, el objetivo de las autoridades es que se trabaje en conjunto para desarrollar mercados externos a los que se apuntaría alcanzar con el nuevo caño.
La expectativa es abastecer a Bolivia, sumar más gas a Chile, y también llegar a Brasil que, al igual que Argentina, sufren la declinación de la producción boliviana.
De esta manera, el impacto proyectado para el corto y mediano plazo de la matriz de Argentina, sumado a que Vaca Muerta podrá empezar a mostrar su verdadero potencial, se configura una oportunidad única para el país.
Por este escenario es que la última soldadura del primer tramo del Néstor Kirchner es apenas el inicio de un objetivo más ambicioso que requerirá de menos barro político y mayor celeridad en la toma de decisiones estratégicas, sin mirar de reojo el calendario electoral.
La última soldadura del gasoducto Néstor Kirchner pactada para hoy es todo un hito para Argentina, que se prepara para atravesar un cambio estructural de su matriz, de la mano de una menor dependencia de las importaciones. Para Vaca Muerta es la llave para comenzar a desbloquear su verdadero potencial, aunque para alcanzarlo, la política deberá evitar los conflictos y las internas que demoraron el proyecto.
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