Cipolletti: Enojo tras la fuga de la mujer condenada por el crimen de Honores

La hija de Honores, Andrea, se mostró molesta y reclamó que la mujer gozaba de una domiciliaria, y señaló que ya contaba con dos intentos de fuga.

La mujer fue detenida por personal de la Brigada de Motoristas de apoyo de la Regional V. (Gentileza)

El pasado miércoles el tribunal compuesto por Julio Martinez Vivot, Florencia Caruso y Álvaro Meynet condenó a Irene Méndez por el homicidio calificado por alevosía y criminis causa de Eduardo Honores.

La mujer sabía que le esperaba una pena de prisión perpetua, pese a que aún no se realizó el juicio de cesura. Por eso al día siguiente rompió la tobillera que monitoreaba la prisión domiciliaria y escapó. No duró mucho y en menos de 24 horas fue apresada nuevamente.

Este viernes, mientras la imputada estaba aun prófuga, se realizó una audiencia en los Tribunales, y allí la jueza Sonia Martín dijo que no tenía competencia para revocar la prisión domiciliaria.

Méndez ya había escapado en otras ocasiones, por dos robos agravados en Neuquén. En un caso se fugó de un penal, estando embarazada, y tras regresar argumentó que solo había salido a ver a sus hijos. En el segundo caso, el oficial que controlaba la domiciliaria acudió a su domicilio y ella no estaba. Dijo que justamente se fue porque tuvo una discusión con él.

Irene Méndez fue encontrada culpable de homicidio calificado por alevosía y criminis causa. (Foto: Gentileza)

En contraste con esto, el juez Julio Sueldo resolvió que la mujer debía estar en su domicilio, y luego el juez Guillermo Baquero Lazcano ratificó esa decisión, el mismo que en su momento ordenó la libertad condicional de Matías Ezequiel Valdebenito, único imputado por el brutal homicidio de rugbyer Joaquín Vinez.

La tobillera de Mendez apareció tirada cerca de su vivienda, y ella fue apresada cerca del mediodía del viernes en el barrio El Manzanar, en Cipolletti, por personal de la Brigada Motorizada de apoyo de la Regional Quinta.

Andrea Honores, con una expresión de incertidumbre aguardaba alguna novedad sobre el paradero de esta mujer. Las pocas esperanzas de Justicia se extinguían con el paso de cada segundo. Malestar, enojo, indignación, fueron las palabras que pudo hilar para describir sus sentimientos, poco antes de que se conociera la detención de la imputada.

«Uno es víctima, y no tiene porque entender los tiempos procesales, los tiempos que jueces y fiscales manejan en sus decisiones», expresó con dificultad al emitir estas breves oraciones.

«Yo solo sé que quien maté a mi papá, y que unánimemente fue condenada por un jurado de tres jueces, en un juicio en el que quedó más que demostrado que asesinó con alevosía y premeditación a mi padre, se fue. Y lo hizo por una medida que otorgó en su momento un juez: Julio Sueldo y luego Baquero Lazcano lo ratificó», señaló. «Quiero que se responsabilicen de la decisión que tomaron», apuntó.

El homicidio de Eduardo Honores ocurrió el 7 de mayo de 2017, entre la medianoche y las cuatro, en su casa ubicada en la calle Villegas al 900, en Cipolletti. En ese contexto la acusada le habría disparado con un arma a la altura del tórax, lo que le provocó la muerte. El hecho habría sido para luego robar pertenencias y dinero en efectivo de la víctima, según la acusación de Fiscalía. 

Conmoción tras el hallazgo del cuerpo de Eduardo Honores, el 7 de mayo de 2017. (Foto: Archivo)

El juicio tuvo muchos virajes y se fueron descartando distintas hipótesis y lineas de investigación, así como también los posibles sospechosos. Inclusive por momentos sospecharon que se trataría de alguien del círculo intimo del fallecido.



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