“Es terrible que nos arranquen de al lado de nuestros bebés”

En el Hospital López Lima de General Roca anoche trasladaron a las mujeres con bebés internados en neonatología de la residencia en la que estaban, a un lugar a 15 cuadras de allí. Reclaman que no pueden estar lejos de sus hijos. Desde el hospital sostienen que por la gran demanda de camas generada por el covid deben buscar un lugar a pediatría.

Mientras en las calles nadie se detiene, los casos de coronavirus suben en el Hospital de General Roca y para poder atenderlos, se mueven las estructuras. Hace un tiempo, en el área de pediatría se armó una Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) para atender a enfermos de covid y ahora levarán el servicio a la residencia de madres. Desde el hospital sostienen que se están reorganizando como pueden en una situación compleja.

La residencia está pegada a la neonatología. Allí viven las mamás de los bebés que nacen y deben permanecer internados por mucho tiempo. Algunas son de otras ciudades y durante la pandemia, su permanencia allí es más solitaria que nunca. Están aisladas, solo tienen contacto con sus hijos cada tres horas y con otras mamás en su situación.

Hace unos días, comenzaron a sentir rumores de que las sacarían de allí para llevar a ese lugar a pediatría. Veían algunos movimientos extraños pero no pensaban que se concretaría. Anoche les dijeron que se preparen que las llevaban a vivir a otro lugar, a unas 15 cuadras de allí y se desesperaron. Reclaman que no pueden estar lejos de sus hijos, a los que deben amamantar y asistir cada tres horas.

Consultada sobre el tema, la directora del hospital, Ana Sanesi explicó que la decisión fue tomada por todos los jefes de los servicios que trataron de buscar la mejor solución. “Pediatría necesita un espacio y allí funciona la UVI. No podemos sacarlos porque pensábamos que el rebrote iba a ser para marzo y ya vemos que empezaron a subir los casos y no salimos del primer brote”, dijo.

Agostina es de Campo Grande y con su bebé, acaba de cumplir un mes en el Hospital. Su bebé nació con 750 gramos, de 24 semanas. Anoche cuando fueron a buscarla para pasar la noche en otro lugar, se resistió y se quedó sola en los pasillos del hospital.

Las madres se contienen entre ellas.

“Es el minuto a minuto a minuto. Estábamos en la residencia, donde hay una habitación y una cocina común. Ayer nos dijeron que a las 22 debía estar lista porque nos llevaban a otro lugar. Ellos corren riesgo todo los días y necesitan de nosotras, que estemos cerca, toman nuestra leche”, sostuvo con preocupación.

María Emilia, de Villa Regina a su lado, estaba muy angustiada. Contó que para poder entrar a ver a sus bebés se tienen que vestir con camisolines, cofias barbijos, solo les quedan las manos libres para tocarlos. Fuera de la pandemia, las mamás tienen momentos para hacer contacto piel con piel (CPP), pero ahora no se puede.

“Mi bebé nació de 27 semanas, pesa 1,040. Nos levaron anoche y nos trajeron a las 9 de la mañana. A las 12 no pudimos venir. Todos los días , cada horario que entramos, nos encontramos con algo diferente. Capaz que entrás y está bien y a las tres horas se complicó algo, si eso pasa y estamos allá llegamos tarde a todo”, dijo.

Pasar la noche lejos para todas fue un infierno. Explican que sentían que los abandonaban. Que estar pared de por medio es otra cosa, porque sienten que están con ellos. “Nos trajeron 7:30, a las 8 entramos a sacarnos la leche y a las 9 entramos a ver a los bebés. Pero a las 6 ellos se alimentan y no pudimos estar para pasarle su lechita”, relató María Emilia.

Quieren permanecer cerca de los bebés

La directora del hospital, por su parte, destacó que se analizaron muchas soluciones pero ninguna es 100% óptima porque la demanda es muy grande. No se puede achicar camas y vieron que la sala de madres podría servir para pediatría, porque las llevarían a un lugar cómodo con un vehículo del hospital y las entradas necesarias para estar con sus bebés.

A su lado, Mónica se secaba las lágrimas y contaba que es de Los Menucos, y hace dos semanas está ahí. Su bebé nació con 27 semanas . “Que nos saquen de acá es horrible. No puedo ni agarrarlo y dejarlos ahí es terrible. En la casa estamos todas juntas, nos acompañamos. Estoy sola, sin familia, con mi bebé. No me quiero ir de acá. Salir es peligroso”, dijo.

Vanesa Quiroga es de Roca, estuvo en la terapia con sus bebés mellizos perdió uno y el otro ya está en pre alta. Más tranquila, apoyaba a sus compañeras porque sabía lo que están pasando. “Ellas no tienen familia cerca, me duele porque estuve en el lugar de ellas. Yo estuve un mes y una semana, es un proceso muy largo, se vive el día a día. Queda lejos donde están, unas 15 cuadras, ellas tienen que quedarse acá”, aseguró Vanesa y a su lado, Zaira, que también es de General Roca asentía.

Agostina en la Residencia

“Llegué con covid y decidieron hacer una cesárea de urgencia, ahora ya estamos en pr-ealta. La baba nació con 1.440 kg, al ser de la ciudad tengo la posibilidad de ir y volver, pero creo que es más riesgoso estar afuera y después entrar a estar con los ellos que están tan delicados”, relató Zaira.

Todas pedían que las dejen quedar en la residencia. Aseguraban que ese lugar fue creado para eso y que, sobre todo en un momento de pandemia, sienten seguridad de estar ahí y poder estar el mayor tiempo posible con los bebés que las necesitan.

Sostienen que van a re acondicionar un sector para que puedan pasar el día allí, tomar mates. Mañana van a tener una nueva reunión para evaluar lo que pase. “Nadie quedó en su lugar. Todos están incómodos. El escenario es malo y tratamos de brindar una respuesta, pero en febrero tenemos todas las diarreas y las demandas de pediatría. Las mamás no estarán mal”, concluyó Sanesi.


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