Escuelas de Neuquén abiertas en tiempos de pandemia

Los docentes debieron reinventarse. Aparecieron nuevas formas de enseñar. El camino requirió esfuerzo y nuevos desafíos. Testimonios de quienes están al frente de las aulas virtuales.

“Escuelas abiertas en tiempos de pandemia”, es por estos días, uno de los conceptos más importantes. Cuando las aulas físicas se cerraron, se abrieron miles de espacios nuevos en los que docentes, alumnos, familias y vínculos se reinventaron.

El trayecto no fue fácil, pero en la actualidad, casi la totalidad de las escuelas tiene contacto permanente con sus alumnos, utilizando diversas modalidades. (Ver aparte)

¿Cómo fue ese camino?, mejor escuchar las voces de quienes siguen educando durante el aislamiento.

Cada uno de los testimonios es traído por una sola voz, pero compartido por todas las entrevistadas.

“La pandemia produjo cambios personales y laborales. El hogar pasó a formar parte del escenario de ambos aspectos. Esta situación inesperada nos convocó a reorganizar los horarios para cumplir con ambas obligaciones”, dijo Liliana Chamorro, docente de primaria. “Las clases pueden ser grabadas solo por la mañana muy temprano mientras mi hijo aún duerme y las correcciones de los trabajos de les estudiantes deben ser realizadas con sonidos de “Dragón Boll, Cartoon Network o algún yutuber de fondo”, agregó Verónica Contreras, profesora del área de Servicio Social Familiar, de la Universidad Nacional del Comahue.


«Los padres no son docentes», pero si una ayuda importante. (FOTO: Florencia Salto)

Acomodados los horarios, espacios y rutinas familiares y laborales, fue necesario pensar en la forma de impartir conocimientos de manera virtual. Cosa no tan sencilla cuando esa tarea se compone de una parte pedagógica y otra afectiva, la relación cara a cara con el estudiante.

Fue necesario reinventar los vínculos. “Con la pandemia cambió todo desde el abrazo, el acompañamiento desde el afecto, el apoyo constante para que logren sus metas, las sonrisas, los momentos de disfrute como jugar en el patio, las construcciones con arena y el contar un cuento bajando con la imaginación”, contó Paula Barbich, maestra de nivel inicial.

Y aquí llegó la reinvención. Aparecieron nuevas formas y las plataformas Zoom, Jitsi y Skape se volvieron protagonistas. Pero también aparecieron nuevos desafíos.

“En la búsqueda de estrategias apropiadas para llegar a los y las niñas mis compañeras y yo tuvimos que recurrir a tutoriales y capacitaciones de Zoom, Classroom, cómo hacer videos, cómo editarlos. Darnos el tiempo de poder administrar efectivamente nuestro tiempo para atender mails, hacer las videollamadas, poder hacer los recortes de contenidos más adecuados para estas nuevas formas de educar”, contó Paula León, maestra de primaria.

Todo eso requiere tiempo, recursos propios entregados a los otros, esfuerzo personal y compromiso con la tarea que se realiza. La carga horaria se desdibuja, no importa qué hora es cuando un alumno llama para consultar por una duda. A toda hora se atiende. Se sabe que el contacto con el docente es fundamental para ayudar a los estudiantes a llevar de la mejor manera esta nueva forma de aprender, lejos de los patios y de los abrazos a la entrada de la escuela.

“Cuando miro hacia atrás descubro que en diez días mi vieja computadora de escritorio encontró lugar en el placard y fue reemplazada por una note que es más rápida y que además permite que puedas trasladarte a diferentes ámbitos del hogar de acuerdo a las actividades del resto de los integrantes de la familia. Me atraparon en simultáneo más de cinco programas instalados que antes no necesitaba para trabajar. Llegué a tener ocho pestañas abiertas al mismo tiempo”, agregó Verónica.


Retrato que realizaron estudiantes universitarios para reflejar las nuevas formas de egresar. (FOTO: Gentiliza)

Superado el casillero de la tecnología, los docentes pasaron al próximo, uno de los más complejos: reinventar los vínculos. Y allí las estrategias son varias. Las llamadas telefónicas personales a cada alumno para saber cómo está, cómo se siente, qué cosas necesita cada familia. Trasladar los festejos de cumpleaños en un aula a las pantallas, “porque el saludo de los amigos es fundamental en estos tiempos”, aseguran.

También fue necesario prestar atención a los contenidos de Educación Sexual Infantil, violencia intrafamiliar y consumos problemáticos, entre otros. Desde el Consejo Provincial de Educación se diseñaron plataformas y capacitaciones para docentes y alumnos para continuar con la difusión de esta información esencial.

Y aquí se termina esta nota, pero no el trabajo de los educadores. Hay otras aristas y muchas historias para contar. Tal vez en una próxima edición.

207
escuelas rurales funcionan en la provincia de Neuquén. A sus alumnos se les acerca material impreso para las tareas.
1.700
estudiantes concurre a las instituciones bajo la modalidad septiembre-mayo.

480
directores y supervisores se capacitaron durante la cuarentena, de manera virtual. 240 docentes se sumaron a las charlas brindadas por el CPE.

Casi el 100% de los chicos está conectado con sus docentes

Las clases presenciales se suspendieron el 16 de marzo. En 75 días, desde las áreas educativas de la Provincia se logró que en el nivel inicial, más del 90% de los estudiantes estén conectados con sus jardines, de ese total más del 80% tienen conexión digital, al resto se llega con cuadernillos impresos. En primaria, más del 80% tiene conexión con sus docentes, también en diferentes modalidades. En el porcentaje restante, existe un contacto permanente con las familias.
Desde el Consejo Provincial de Educación se realizó un relevamiento del alumnado de toda la Provincia para determinar modalidades de llegada. Son de manera digital, a través de cuadernillos impresos, que en el caso de las escuelas rurales, los transportistas que antes llevaban a los chicos a las escuelas, hoy pasan por los hogares para entregar las tareas y los módulos alimentarios y luego pasan a retirar los cuadernos para acercárselos a los docentes.
“Pero hay casos de chicos que sí tienen computadora pero no internet. En esos casos, se armó un operativo para que los contenidos de los docentes sean volcados en un pendrive que llega a los estudiantes para que puedan realizar su tarea”, explicó Viviana Buamscha, coordinadora de Planeamiento y Trayectorias Escolares del CPE.
Uno de los primeros desafíos de los funcionarios fue el cierre de ciclo de las escuelas “septiembre-mayo”, que este año finalizará en junio. La funcionaria comentó que se articuló con el equipo que trabaja en apoyo a los docentes y a las escuelas, la elaboración de cuadernos pedagógicos con actividades específicas para completar el plan educativo anual.
Si los docentes tuvieron que reinventarse, los funcionarios también. “En el cumplimiento del derecho al conocimiento de los alumnos nos tuvimos que reinventar todos”, dijo Buamscha. Así el CPE creó el Equipo de Atención y Orientación a las Instituciones Educativas, integrado por profesionales de diferentes áreas desde pedagogos hasta psicólogos, que se dedican a sostener la escuela abierta en tiempos de pandemia.
“Escriben documentos que luego se envían sobre maltrato, abuso, cómo detectarlos y cómo actuar en la virtualidad. Un indicador te llega en la presencialidad, cuando vez a un niño que llega triste. Hoy a través de una pantalla no es tan fácil detectar. Este equipo trabaja en eso con otras herramientas”, explicó la funcionaria.
Las capacitaciones también son parte del programa “pandemia”.

“Lo que se pierde con este nuevo modo de dictar clases es el encuentro, el poder percibir como transcurren si infancia”.

Paula Barbich, es maestra de nivel inicial. Trabaja en el público y en el privado.

“La educación es presencia, vínculo. La magia que sucede en las aulas es única. Este contexto demando un cambio de 180 grados”.

Paula León, es docente del nivel primario. Trabaja en la Escuela 2.

“Impartir conocimientos no es solo transmitirlos, sino hacerlo sobre la base de un acercamiento afectivo”.

Liliana Chamorro, docente de escuela primaria. Es maestra de quinto grado.

Análisis. Los chicos no están solos

La pandemia por el coronavirus puso en jaque al mundo entero. Nadie quedó a salvo de este virus desconocido y tan expansivo. Cuando comenzaron las clases en marzo; a las escuelas, colegios y universidades llegaron los docentes con una planificación lista para ser aplicada en las aulas, abrazo de por medio con sus alumnos y en un espacio reducido donde el calor del entusiasmo se palpaba en la piel. A los pocos días, llegó la cuarentena, las instituciones cerraron sus puertas y todos nos quedamos en casa para evitar la propagación del virus.

De las entrevistas publicadas en esta nota se desprenden conceptos importantes para entender la tarea docente en tiempos de pandemia. Invirtieron tiempo, más del que pasaban en las aulas físicas. Destinaron dineros de su bolsillo para mejorar o adquirir la tecnología que no necesitaban para dictar las clase presenciales. Se capacitaron en nuevas formas de conectarse y aprendieron nuevas metodologías pedagógicas. Invirtieron parte del tiempo familiar en un nuevo contacto con sus alumnos y familias. Y al costado, pasaba la ayuda a los hijos en las tareas escolares, el manejo de las ansiedades y todo lo demás, común a cada habitante de esta pandemia.

Hay que pensar que detrás de cada niño, niña, adolescente, joven y adulto que hoy tiene sus clases, en diferentes modalidades, existe un equipo de docentes trabajando para él. No es tarea menor.

Rosana Rins


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