Estacas semimaduras

Poseen tejidos jóvenes y son fáciles de enraizar. Forma de hacerlo.

Uno de los hobbies favoritos de los “locos por las plantas” es sin duda la obtención de plantas a partir de gajitos obtenidos (o afanados, perdón… hurtados) de otros jardines, paseos públicos o traídos de los viajes… suele haber valijas tipo verdulería.

Pero una cosa es un gajito de geranio, malvón o clavel, que enraíza con suma facilidad y otra muy distinta cuando se trata de arbustos leñosos o semileñosos o incluso de árboles. Lo habitual son estacas de madera obtenidas en invierno, pero el problemón es que el éxito es esquivo… entonces hay que buscar alternativas y una muy interesante son las estacas de madera semimadura obtenidas entre noviembre y diciembre, tiernas pero no tanto.

Todo ser vivo se compone de tejidos y estos a su vez se especializan en cumplir diferentes funciones. En una planta, el tejido de sostén se vuelve corchoso con el tiempo para, justamente, sostener al vegetal… cuanto más viejo (corchoso) el tejido, más le va a costar asumir otra función como, por ejemplo, desarrollar raíces para la absorción de agua y nutrientes.

En primavera comienza la brotación y si se toma una estaca de una vara nueva, será muy tierna y habrá mayor riesgo de que se pudra por exceso de agua en los tejidos. En cambio si se espera hasta el fin de la primavera estará semimadura, es decir será aún tierna pero sin exceso de agua y con tejidos juveniles capaces de asumir otra función.

Esa madera semimadura tiene aún una buena cantidad de savia con sustancias nutritivas en los tejidos, que provocan la brotación de sus yemas … y aquí radica el problema que lleva a muchos fracasos, porque se cree que ya “prendió” cuando en realidad está sobreviviendo con las sustancias de reserva y cuando estas se agotan, muere fulminada.

La solución es entonces procurar que el consumo sea lento, dando así tiempo a que se formen raíces y al mismo tiempo que las hojas existentes o que se estén formando puedan fotosintetizar y alimentar a la estaca.

Para ello es necesario que tenga luz para hacer esa asimilación y una elevada humedad para ralentizar la pérdida de nutrientes a través de la transpiración… ese es el sentido de la “cámara húmeda”.

TEODORICO HILDEBRANDT

eljardin@rionegro.com.ar

Arriba, izquierda, botella traslúcida sobre una estaca a enraizar y su brote al mes. La etapa crítica es la rustificación, quitando la tapa (o perforando) de a poco, después de los 60 a 90 días. A la derecha y abajo, planta extraída de raíz que se protege para darle tiempo de afianzar sus raíces.

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