Cómo tener una lavanda en macetas: consejos para disfrutar su aroma y belleza en casa
Fácil de cultivar y con múltiples beneficios, la lavanda es una planta ideal para balcones, patios o interiores con buena luz. Claves para cuidarla en maceta y lograr que florezca.
Cultivar lavanda en casa puede ser más simple de lo que parece. Esta planta aromática no solo embellece cualquier espacio con sus tonos violáceos y su perfume inconfundible, sino que además atrae polinizadores, repele insectos y aporta calma. Aunque suele crecer en jardines amplios, también se adapta muy bien a las macetas, siempre que se tengan en cuenta ciertos cuidados básicos.
¿Qué tipo de maceta necesita la lavanda?
Lo primero que hay que saber es que la lavanda necesita un buen drenaje. Es fundamental elegir una maceta con orificios en la base y, si es posible, colocar una capa de piedras o trozos de cerámica antes del sustrato para evitar el exceso de agua.
El tamaño también importa: al ser una planta de raíces profundas, lo ideal es un recipiente de al menos 30 centímetros de profundidad.
Qué tierra usar para plantar lavanda

La lavanda no tolera suelos muy húmedos ni pesados. Por eso, se recomienda usar un sustrato suelto, aireado y pobre en materia orgánica, como una mezcla de tierra negra, perlita y arena gruesa. No hace falta abonarla con frecuencia: un pequeño refuerzo con compost o fertilizante orgánico una o dos veces al año será suficiente.
Dónde ubicarla: luz y temperatura
La lavanda es una planta que necesita mucho sol. Si la vas a tener en el interior, ubicala cerca de una ventana que reciba al menos 6 horas de luz directa por día. En balcones o patios, lo mejor es exponerla al sol de la mañana.
Aunque resiste bien el frío, las heladas intensas pueden dañarla, sobre todo si está en maceta. En ese caso, conviene resguardarla cerca de un muro, bajo alero o incluso ingresarla por las noches en los días más crudos del invierno.
Cuánta agua necesita
Uno de los errores más comunes al cuidar lavanda en maceta es regarla en exceso. Esta planta es muy resistente a la sequía y prefiere el ambiente seco. Lo ideal es regarla cuando la capa superior del sustrato está bien seca al tacto. En invierno, puede pasar varios días sin necesidad de agua.
Evitá mojar las hojas o las flores al regar, ya que la humedad acumulada favorece la aparición de hongos.
Cómo podarla para que florezca más
La poda regular es una aliada clave. Al terminar la floración, conviene cortar las varas florales secas y recortar ligeramente el follaje para estimular nuevos brotes. Una buena poda anual, a fines del invierno, también ayuda a mantener la forma y vigor de la planta.
¿Se puede tener lavanda en interior?
Sí, siempre que tenga mucha luz natural. No es una planta para rincones oscuros o húmedos, pero en espacios ventilados y luminosos puede desarrollarse sin problemas. Su aroma, además, ayuda a generar ambientes relajantes y frescos.
Otros beneficios de tener lavanda en casa
Además de su valor ornamental, la lavanda es conocida por sus propiedades relajantes. Se usa en infusiones, aceites esenciales, sahumerios y hasta como repelente natural. También es útil en la huerta urbana, ya que aleja plagas como los pulgones y atrae abejas y mariposas.
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