La planta nativa que estalla en flores amarillas y transforma tu jardín
Es ideal para quienes buscan un jardín colorido, de bajo mantenimiento y con beneficios para la biodiversidad urbana.
Floración explosiva: la planta nativa que llena tu jardín de amarillo sin casi riego
Con su impactante floración amarilla, la Brea es un árbol que se destaca por embellecer espacios secos y pobres en nutrientes. Antes de que aparezcan sus hojas, brotan cientos de flores amarillas que transforman cualquier rincón en un paisaje vibrante.
Originaria de zonas áridas del norte argentino, como el Chaco Seco y el Monte, esta especie resiste climas extremos, prospera en suelos pobres y requiere muy poca agua una vez establecida.
Ideal para jardines con bajo consumo de agua
A diferencia de otras plantas ornamentales que exigen cuidados intensivos, la Brea es autónoma y resistente. Su tronco y ramas, de un particular verde claro, mantienen atractivo todo el año, incluso fuera de la época de floración.
Además, sus flores no solo aportan belleza: también atraen abejas, mariposas y aves, convirtiendo tu jardín en un ecosistema lleno de vida.
Un refugio para la biodiversidad urbana
Sumar especies nativas como la Brea tiene beneficios que van más allá de lo estético. Esta planta favorece la fauna local, alimenta a aves granívoras con sus semillas y genera sombra estructural para otros cultivos o especies menores.
Su capacidad de adaptarse sin problemas al entorno urbano la convierte en una aliada clave para promover jardines sustentables y con menor huella ambiental.
Cómo integrarla al diseño de tu jardín
Para potenciar su crecimiento y floración, se recomienda plantarla a pleno sol. Con una altura de hasta 9 metros, su copa puede usarse como estructura natural, brindando sombra y volumen.
Su propagación es sencilla a partir de semillas, lo que permite multiplicarla en otros espacios o compartirla con vecinos que también apuesten por la jardinería nativa.
Una planta con historia y valor etnobotánico
Además de su valor ornamental, la Brea sorprende por su sustancia gomosa, dulce y comestible, que brota cuando su tronco sufre heridas. Este rasgo la conecta con antiguos usos tradicionales de los pueblos del norte argentino.
Combinada con otras plantas de floración violeta o púrpura, su color amarillo crea composiciones visuales impactantes, ideales para quienes buscan un diseño con contraste y armonía.
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