“Estoy harto de todos y todas”

Estimados amigos, no soy bueno para la escritura ni mucho menos, pero quiero escribir y compartir esto sólo para desahogarme, como se dice comúnmente. Estoy con las pel… o, mejor dicho, con la paciencia por el suelo con la situación que vivimos hoy en nuestro país. ¡Es increíble! Estoy harto de los “6, 7, 8”, Víctor Hugo, Moyano, etcétera, etcétera, que dicen que todo está bien. Estoy harto de los Lanata, los Nelson Castro, los Longobardi, los Magnetto, etcétera, etcétera, que dicen que todo está mal. Estoy harto de todas las “personalidades” del espectáculo político de profesión “opinólogos”, como Tinelli, Mirtha Legrand, Andrea del Boca y cuanto analfabeto cívico pulula por nuestro candelero de celebridades. Estoy harto de toda la llamada clase “dirigente”, que no dirige nada. Y, finalmente, estoy harto, claro, de la quietud y mansedumbre de nosotros, “los ciudadanos de a pie”, que aceptamos todo como trágico destino tanguero de un “Cambalache discepoliano”. Ahora, parafraseando a Serrat: “…harto ya de estar harto…”, y con la bosta hasta las rodillas, ¿qué nos queda? Nada, sólo soñar con alguna mágica solución para liberarnos de esta lacra. Puestos a pensar, y alejándome un poco del centro del problema, veo que todos los personajes mencionados (a título de ejemplo, porque son miles), que supuestamente son los que marcan rumbos y tendencias de nuestra sociedad, tienen su negocio arreglado. Todos tienen sus trabajos, sus beneficios, sus vacaciones top… (como quien dice, “tienen la vaca atada”), lo cual les permite siempre mantener y hasta mejorar su bienestar general y el de sus familias –claro que a costa de “vendernos” el circo que nos mantenga entretenidos y dopados–. Abajo, bastante abajo, quedamos nosotros, que somos convidados con bombos y platillos cada cuatro años para decidir (¿?) a quién le toca subyugarnos, a modo de un filme tipo “Juegos voraces”. Y ahí vamos alocados, tomamos partido y nos destruimos entre nosotros mismos, por unos y otros, como si de un Boca-River se tratara. Y no es así. La realidad es que se trata de a quién le damos el turno para que nos oprima y exprima en nombre de una idea “superadora”, un “modelo”, una “ideología”, o como sea que lo llamemos pero que ni sabemos en qué consiste. Escuchamos hablar mal de nuestros próceres (desde San Martín hasta Roca). Pero como sociedad no supimos rescatar nada de lo bueno de cada uno y ver eso reflejado y repetido en alguno de nuestros líderes de hoy (desde Alfonsín hasta la fecha). Poquísimas excepciones son apenas reconocidas y homenajeadas por la población por sus virtudes, pero ninguno elevado a la altura de futuro prócer. ¿Ya percibieron que hoy todos critican a nuestra presidenta por su egocentrismo? ¡Ocurre que en el resto de los espacios de oposición que la critican nadie quiere ceder nada! Todos quieren ser el primero. Eso sí, ¡para la foto! Para poner la cara y hacerse responsable siempre hay otro, ¡o un abogado con un recurso pronto para presentar! ¿Ya se anoticiaron de que los legisladores trabajan sólo tres días a la semana (un tercio del año descontados los días de receso), haciendo “articulaciones políticas”? ¿Qué es eso? Tramando cómo hacer para mantenerse en el lugar de argentinos que buscamos proyectos para emprender y líderes para apoyar y no miserables caudillos conductores de rebaños. Bueno, con las debidas disculpas, por todo esto estoy harto de todos y todas… Franklin Rubén Icazati, DNI 17.046.497 Brasil

Franklin Rubén Icazati, DNI 17.046.497 Brasil


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