Explotó una planta láctea en Viedma: dos heridos

Fue en la mañana de ayer, por una falla en uno de los equipos. Los afectados son empleados, pero sólo tuvieron heridas leves.

VIEDMA (AV)- El edificio de La Fundación, un verdadero ícono de la industria láctea regional, quedó destruido ayer como consecuencia del estallido de una caldera que afortunadamente sólo arrojó dos heridos leves. El accidente se registró alrededor de las nueve ante una falla en uno de esos equipos, lo que provocó una onda expansiva poniendo en riesgo la estructura de un sector de casi 200 metros cuadrados del establecimiento. Algunos escombros volaron unos 80 metros mientras que el estallido se escuchó en tres kilómetros a la redonda, desprendiendo luego un hongo de vapor.

Sólo dos personas que se encontraban en otra dependencia resultaron lastimadas. En el lugar trabajan otras cinco pero se encontraban alejadas de la zona donde ocurrió el siniestro. Los dos heridos fueron alcanzados por los efectos del estallido recibiendo escoriaciones leves, por lo que fueron trasladados para sus curaciones al hospital Zatti.

La planta está ubicada a unos cinco kilómetros al oeste de la ciudad, dentro de la colonia agrícola que pertenece al Instituto de Desarrollo del Valle Inferior (Idevi). Si bien se encuentra rodeada de predios destinados a pasturas, justo enfrente funciona la estación experimental del INTA, cuyo personal no resultó afectado.

El establecimiento fue construido por el Idevi a principios de la década del '70 y venía operando en forma continua en los últimos 10 años. Procesaban allí unos 5.000 litros diarios, abasteciendo de leche fluida en sachet y derivados a diversos puntos de la provincia de Río Negro y el partido de Patagones.

En la actualidad, uno de sus propietarios, Gustavo Farah, estudiaba una serie de inversiones destinadas a reforzar la infraestructura para mejorar las normas de calidad ambiental y buscar nuevos mercados del turismo extranjero en Puerto Madryn y Calafate con productos de alta ca

lidad. Cuenta con un total de 17 empleados. Farah explicó que el accidente se produjo en una caldera reciclada y que cada ocho meses tenía un mantenimiento. Contó que «estaba funcionando a la perfección y no sé qué pudo haber ocurrido» agregando que «según me informó el operador -quien se salvó de casualidad-, la caldera se apagaba en momentos que el reloj de presión sube a los ocho kilogramos y al reducirse la presión a cuatro vuelve a encenderse».

Apuntó que el empleado «observó que el reloj marcaba seis y por lo tanto decidió abrir una canilla de agua para mantenerla alimentada, tras lo cual siguió con otras tareas en otro lugar del edificio, y pasados 10 minutos voló todo, es decir o no anduvo el reloj o la válvula de seguridad que ventea el vapor cuando pasa de los ocho kilos» aunque «hasta ayer (por el jueves) funcionaba todo bien».

Este tipo de situaciones fue corroborado inicialmente por el comisario Jorge Lavezzo, titular del Cuerpo de Bomberos, que envió hasta allí una dotación con fines preventivos.

También se decidió apuntalar el edificio cuya estructura corre peligro de derrumbe, hasta que sea totalmente reparado, como ya lo dispuso el empresario.

En el lugar se hicieron presentes funcionarios del Ministerio de Producción para ofrecer apoyo.

A raíz de la paralización de actividades, cuya lapso no fue contemplado inicialmente, la empresa consiguió colocar el volumen crudo en industrias del Norte del país para evitar mayores perjuicios en la producción de los cuatro tambos que abastecían hasta ayer a esa usina.


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