Fabiola embarazada: la curiosa anécdota de Alberto Fernández al ser padre por primera vez

El presidente debió ser socorrido a la par de su anterior pareja durante el parto de Tani, porque "no estaba preparado para eso".

Esta no será la primera vez que el presidente Alberto Fernández sea padre; de hecho, ya lo es de Tani Fernández Luchetti (26), junto a Marcela Luchetti. Por eso, la confirmación del embarazo de Fabiola Yañez trajo de vuelta una anécdota del mandatario durante el parto de su primogénito.

Es que, entonces, tuvo una fallida participación. «Veo una gota de sangre y la paso muy mal. No soy un tipo preparado para eso», anticipó el jefe de Estado al recordar el episodio, que contó en una entrevista a Filo News en agosto pasado.

Ese 16 de diciembre, cuando estaba por nacer Tani, «vino una enfermera medio sargentona, me dijo bueno, bueno, vamos a llevar a la mamá a la sala de partos. Usted viene, ¿no? No, no, dije yo no, no lo tenía previsto. ‘¿Cómo que no va a venir? ¿La va a dejar sola?’, me dijo”, relató el presidente.

Finalmente, la agente sanitaria “me llevó de prepo al parto. Y la verdad es que creo que el obstetra me vio entrar, creo que el tipo se dio cuenta que lo mío no era eso y me hizo parar atrás del respaldo de la cama«.

«Y vi que el obstetra por ahí empezó a juguetear. Y de repente hizo así y vi que tenía las manos llenas de sangre. Fue lo último que recuerdo. Caí redondo desmayado”, recordó Fernández.

Así fue que finalmente las miradas se centraron en el padre de la criatura. Al desmayarme caí sobre esos aparatos, para colgar el suero, que tienen como una pata, y son de hierro duro. Caí, y me partí la cabeza”, dijo el mandatario.

“Me despertaron y ahí me sacaron. Escuchaba al obstetra gritar ‘para qué hacen entrar a los padres si no están para esto‘. Y bueno», relató entre risas.

Una vez curado y suturado, el presidente tuvo miedo de perder el conocimiento por segunda vez, ahora al ver a su hijo recién nacido.

“Lo pusieron en una mesada de acero inoxidable. Le metieron una manguerita para absorber no sé que cosa. Y ahí dije no, no me voy porque me desmayo de vuelta y ahí me fui y estuve media hora hasta que tuvo color y estuvo todo bien. Y ahí volví. Ya lo disfrute”, concluyó.


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