Encendemos el horno y precalentamos a 180° C. Mientras tanto, separamos las yemas de las claras de los huevos.

Montamos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen. Agregamos la manteca blanda y batimos hasta que estos se integren.

Añadimos la harina y la levadura, ambas tamizadas. Montamos las claras a punto de nieve, con entusiasmo.

Incorporamos a la masa un tercio de las claras a punto nieve y mezclamos, sin cuidado, para aligerar la mezcla. El resto de las claras las unimos con cuidado, con movimientos envolventes de abajo arriba.

Forramos un molde redondo de 20 cm con papel de hornear, o lo engrasamos con manteca y un poco de harina. Vertemos la mitad de la masa y colocamos láminas finas de manzana. Echamos el resto de la masa y adornamos con la manzana que queda.

Espolvoreamos un poco de azúcar y horneamos durante unos 45 a 50 minutos.

Una vez cumplido este período, sacamos la torta del horno y la dejamos enfriar unos 15 minutos, antes de desmoldarla. ¡Lista para aprovechar!