Gobierno turco intentaba revertir el descrédito

ESTAMBUL (AFP).- El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, movilizaba de nuevo ayer a sus partidarios decidido a resistir por todos los medios a la justicia, a sus rivales y a la calle, en un momento en que Turquía se hunde en una crisis por el escándalo político-financiero que salpica el gobierno. Erdogan tenía previsto dirigirse a sus partidarios en Manisa (oeste), un día después de que la policía interviniese en Estambul, en Ankara y en una decena de ciudades del país para dispersar a varios miles de personas que exigían la dimisión del primer ministro y del gobierno. Ese mismo día el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), en el gobierno, contaba con una nueva jornada de deserciones entre sus filas. Los eslóganes de los manifestantes, los violentos incidentes con las fuerzas del orden, los gases lacrimógenos y las barricadas recuerdan a la revuelta antigubernamental del pasado junio en torno a la plaza Taksim de Estambul. Según abogados locales, la policía detuvo a 70 personas el viernes por la noche en la ciudad más grande de Turquía. “El gobierno debe dimitir por este robo, por toda esta corrupción”, indicó Yagmur, una estudiante que se manifestaba en Estambul. “Ahora lo sabemos todo, pero aún no han dimitido […] Vamos a defender nuestros derechos y continuaremos en las calles”, señaló. En Estambul y en Ankara, las manifestaciones reunieron a los mismos grupos de jóvenes, muy politizados, que en junio desafiaron al gobierno durante tres semanas. Frente a las protestas en las calles, Erdogan utilizó la misma estrategia aplicada hace seis meses para apagar las protestas y denunció antes miles de partidarios en Estambul un “complot” contra él.


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