Gritos e insultos en el final de un juicio por abusos en Viedma

La condena fue por un solo hecho y hubo reacción contra los jueces

Marcelo Ochoa

Cayunao fue condenado a cuatro años de prisión por tentativa de abuso, pero absuelto por el delito de abuso sexual agravado.

VIEDMA (AV).- Severas críticas a los jueces, lágrimas, gritos e insultos. Así finalizó ayer el juicio contra Gonzalo Cayunao de 24 años, denunciado por dos hechos de abuso sexual. Fue condenado a cuatro años de prisión en uno de ellos acusado por tentativa de “abuso sexual con penetración”, mientras que el Tribunal lo absolvió por la denuncia más grave, por “delito sexual agravado”. “¡No me explique nada! Este tipo violó a dos criaturas y lo dejan libre. A ustedes también les puede pasar y ahí veremos si absuelven”, sostuvo furioso un familiar de una de las chicas denunciantes ante la respuesta de la presidenta de la Cámara, Susana Milicich de Videla, a las primeras críticas a viva voz y mientras se retiraban de la sala de audiencias que estuvo colmada. “¡Avalaron la juventud que tiene para violar!” siguió gritando el hombre en los pasillos bajo la mirada de los judiciales que se asomaron y observaron la reacción poco frecuente en Tribunales. “¡Esta es la Justicia que tenemos en Viedma!”, manifestaron los familiares y amigos mientras descendían hasta el frente del edificio donde pegaron grandes carteles pidiendo la máxima pena para Cayunao y repitieron insultos contra el Tribunal integrado por Milicich, Eduardo Giménez y María del Carmen Vivas de Vásquez. La crítica reacción se centró en la absolución a Cayunao por el ataque por detrás a una joven que salía de un boliche en busca de un taxi. Fue golpeada, amenazada y obligada a practicarle sexo oral. La joven logró desprenderse y pedir ayuda, tras rogarle que no la golpeara más. En relación a la autoría del imputado Giménez concluyó en que “no puedo arribar al grado de certeza obligado para fundar racionalmente un juicio condenatorio. Ello a pesar de mi íntima convicción sobre aquella acreditación”. El resto del Tribunal coincidió con esta postura y con los argumentos que fundamentaron la duda, como que la víctima sostuvo que “creía que podría reconocer al imputado probablemente de perfil” y que lo describió como una persona delgada cuando “es un joven indiscutiblemente robusto”. No obstante, los tres camaristas coincidieron en condenar al imputado por “abuso sexual con penetración en grado de tentativa” por el otro hecho ocurrido también en cercanías de un boliche al que la joven había concurrido con su novio que luego de una discusión se fue solo en moto. Ella quedó en la vía pública y fue golpeada por detrás por el imputado. La aparición de un joven que pasaba por el lugar que increpó al agresor logró que éste se levantara y emprendiera la fuga. Esta situación fue observada por otros dos hombres que estaban en una combi que nada hicieron pero que luego reconocieron al imputado como el agresor.


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