Harry y Larry, vidas cruzadas por el jazz

Harry Waters (1976) es hijo y director de la banda del genio creativo de Pink Floyd. Comenzó su relación con el piano a los cinco años e incursionó en el blues, country y ragtime. Desde adolescente trabajó como pianista y dirigió diversos estilos, rock, funk, jazz. Con el HW Quartet, cuyo primer álbum salió en 2008 (la edición para Latinoamérica incluye dos tangos de Astor Piazzolla), viajó y tocó en numerosos festivales europeos.

En 2002 se sumó al grupo de su padre, participó en los tours “Dark side of the Moon Live” 06 y a partir de ese año se convirtió en director musical de Pink Floyd. Tocó y colaboró con Eddie Vedder de Pearl Jam, David Gilmour, Tom Jones, Nick Cave, Primus, The Grateful Dead, Marianne Faithfull y Ozric Tentacles, entre otros. En septiembre de 2015, Michael Melchiondo anunció que el nuevo tecladista de su grupo, Dean Ween Band, sería Harry, quien hoy reside en Los Ángeles, California. McNally y Waters, tras casi tres años de composición compartida, comenzaron en 2016 a girar, reuniendo dos amplios universos musicales que confluyen en temas de esencia jazz‑folk.

Larry John McNally se crió en Bangor, pueblo del estado de Maine, Estados Unidos, y comenzó su carrera en 1981 como guitarrista y cantante. Decidido a convertirse en músico profesional, llegó a Nueva York desde donde construyó una sólida trayectoria compositiva, alimentando con sus obras repertorios de Rod Stewart, Joe Cocker, Aaron Neville, Bonnie Rait, Chaka Khan, Bonnie Rait y The Eagles.


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