Historias en pandemia: Reconstruir los lazos de familia en medio del aislamiento

Dos bonaerenses tuvieron que dejar todo y mudarse a Roca para estar cerca de sus hijos, en medio de la pandemia. La angustia y la incertuidumbre por el aislamiento, condenó a muchos abuelos a la soledad. La mirada del Observatorio de Personas Mayores.


Silvia Viggiani (74) y Osvaldo Basso (77) son oriundos de Buenos Aires. La pandemia los encontró alejados de sus familiares y decidieron cuidarse siguiendo las medidas de prevención con el aislamiento. Así, realizaron la celebración de sus bodas de oro en soledad. Sin visitas, las conversaciones fueron solo a través del teléfono de línea, por largos meses.

Ante el contexto sanitario y la inseguridad que se encrudeció, la única salida era para comprar alimentos en el local más cercano. Para preservar su estado de salud, Osvaldo había dejado de asistir como contador en un estudio.

Con la primera ola de la pandemia la depresión afectó. Así que decidimos enfocarnos en jardinería para pasar el rato. Tenía una selva”, comentó Silvia Viggiani.

La primera visita que recibieron fue para la cena de Navidad. Decidieron hacer un festejo con su hija y su yerno roquense, ya que las medidas se habían flexibilizado. El reencuentro fue emotivo. Echaban de menos las bromas y risas en familia. Pero antes de que vuelva su hija al valle, los sorprendieron.

“Siempre decíamos con mi pareja que nuestros últimos años teníamos que pasarlo en Roca por nuestra hija, para estar acompañados. Y así fue. Luego de la cena mi yerno empezó a guardar nuestras cosas en cajas y así comenzamos a hacer la mudanza”, indicó la mujer.

Silvia y Osvaldo viajaron a Roca para el feriado del 24 de marzo. A los días se anotaron para vacunarse con la Sputnik, y en menos de dos semanas le confirmaron el turno. Recibieron la primera dosis y aguardan la segunda para mayo.

“Tenía mis dudas, pero mi marido no. Nos vacunamos por temor, por nuestra edad principalmente”, expresó.

La pandemia les permitió acercarse a sus vínculos más íntimos. Se enriquecen con la presencia de las personas con las que se comparte el día a día, y disfrutan de recorrer el río, las bardas y los largos paseos en familia. “La caminata por el Canalito es divina para nosotros. La tranquilidad es importante. Y acá en Roca la conseguimos”, reflexionó Silvia.

Uno de los momentos más esperados para Silvia, días atrás en Roca. Foto: Emiliana Cantera

La realidad de las personas mayores


La covid-19 atravesó los vínculos familiares de diferente manera en los hogares roquenses. Si bien las distancias se modularon, en algunos casos por motivos de salud o debido al contexto familiar, puede que una residencia sea la mejor alternativa.

Desde el Observatorio de Políticas Públicas para Personas Mayores de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Fadecs) plantean que psicológicamente el aislamiento perturbó y modificó las relaciones, y en muchos casos, ocasionó deterioro para las personas mayores.

La clase social y sexual impacta de manera diferente con la violencia. Las mujeres son más resilientes porque de tratan de comunicar lo que le pasa, y los hombres tienen más dificultades”

María Inés García, Observatorio de Personas Mayores

“Lo que se ha recrudecido son las relaciones de violencia intrafamiliares y la falta de contacto externo dificultó el pedido de ayuda. El tener que realizar todo trámite mediado con la tecnología es un impedimento para muchos”, expresó María Raquel Calvo, vicedecana de la facultad.

Las tecnologías de la información son necesarias en el quehacer diario, donde influye el nivel de estudios, ingresos, el acceso a conexiones de internet y a aparatos adecuados.

Muchas personas necesitan compañía y estar frente a una computadora no les satisface. Se debe de pensar en políticas que pongan en juego la diversidad que existe dentro de las personas mayores”, indicó Daniela Salas.

La tercera edad se vio más afectada, pero son los que más se han cuidado porque saben de su vulnerabilidad”

Amelia Tomassini, Observatorio de Personas Mayores

La autonomía para las personas mayores, las disparidades en la protección social y la atención médica, así como la falta de poder de decisión, exacerbó brechas y desafíos económicos.

“En algunos hogares, el único ingreso que llega todos los meses es la jubilación que muchas veces de parte de la familia se produce un abuso porque le controlan los gastos, además de invadirles sus hogares donde pierden el acceso a comodidades”, comentó María Inés García, ex legisladora de Río Negro.



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