Hora clave para la deuda: llega el FMI y Guzmán lleva su plan al Congreso

Será este miércoles. Es la primera misión del Fondo con el nuevo gobierno. Además, el ministro presentará el programa económico, aval a la oferta a los bonistas.

En el juego de póker con los acreedores -así calificó Alberto Fernández las negociaciones por la deuda-, el gobierno de juega esta semana una primera mano fuerte. El miércoles llega la misión del Fondo Monetario Internacional y el ministro de Economía presenta los lineamientos del “Análisis de Sostenibilidad” de la deuda pública en el Congreso, que marcaría el inicio formal de las tratativas con los tenedores privados. El Ejecutivo llega a esta semana con puntos altos y bajos: durante su gira por el exterior, Fernández recibió el respaldo de mandatarios europeos, y el espaldarazo político del Congreso nacional, que aprobó la ley para renegociación de la deuda con jurisdicción extranjera; por otra parte, pesa el fiasco de la negociación de Buenos Aires con sus bonistas y el fracaso del bono con el que buscó canjear deuda la Nación.

“No es verdad que no tenemos plan, no lo contamos porque estamos en plena negociación. Sería descubrir las cartas. Estamos jugando al póker y no con chicos”, respondió Fernández la semana pasada ante la pregunta de un alumno en Francia, en una de sus actividades en suelo parisino, al cierre de un viaje consagrado casi exclusivamente a la deuda. El presidente obtuvo el respaldo de palabra de los mandatarios de dos países con peso en la conducción del FMI: la canciller alemana, Ángela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macrón.

En simultáneo, el ministro de Economía Martín Guzmán se reunió con la directora del Fondo, Kristalina Georgieva, tras lo cual confirmó, como se había anticipado, que la misión del organismo -con el que Argentina tiene una deuda por u$s 44.000 millones- estará trabajando en el país del 12 al 14 de febrero. Ahí el primer frente de negociación: según trascendió, el Fondo -con quien se puede discutir más bien extensión de pagos que una “quita”- pretende sí que el gobierno consiga “quita” con los bonistas privados, que, según los datos que se manejaron en el Congreso, suponen una deuda de u$s 130.000 millones, de los cuales este año vencen u$s 63,800 millones.

A esta altura, se desconoce la contracara de las negociaciones, es decir, cuál sería el compromiso que asumirá el gobierno en términos de política económica interna que garantice el pago. A eso se refiere Fernández cuando habla de guardarse las cartas. Argentina hoy no tiene Presupuesto.

De acuerdo al cronograma que lanzó el ministerio de Economía, Guzmán estará en el Congreso entre el 12 y el 17 de este mes para presentar los lineamientos del plan para negociar la deuda, luego de lo cual iniciará un período de 10 días de reuniones con tenedores de bonos “sobre la base de esos lineamientos”. La oferta llegaría, se prevé, la segunda semana de marzo y se buscaría un acuerdo antes de fin de mes.

Dos antecedentes disparan las alarmas de cara a la negociación con los bonistas: por un lado, la negociación del gobernador Axel Kicillof con los acreedores de Buenos Aires quien, luego lanzar ofertas sin éxito y también críticas a los fondos de inversión, terminó pagando el vencimiento completo; por otro lado, en la misma semana, un fracaso de gobierno nacional, que sólo logró canjear el 10% del total de un bono por $ 100.000 millones, esto es, alrededor de u$s 1630 millones.

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Rubinstein: “Sin plan, todo va peor”


Gabriel Rubinstein, economista, director de GR y Asociados.

P: Fernández dice que hay plan, pero que no lo muestra. ¿El plan económico depende completamente de la deuda?

R: Si entrás en un default va a haber un grado de nerviosismo importante, van a seguir más las brechas cambiarias y se va a registrar en los precios, nadie va a querer invertir, la economía va a entrar en un período más recesivo. Eso no quiere decir que no puedas hacer nada y todo dependa de la deuda, pero sí la deuda es el principal tema. Para tener una negociación exitosa tenés que tratar de exhibir lo mejor posible un plan de políticas coherentes en materia fiscal, inflacionaria, de crecimiento, etc. Si tenés un buen plan, la negociación es más fácil, si no tenés ninguno todo va a peor.

P: Para acordar, ¿que compromisos se pueden llegar a tomar?

R: Después de una abrupta caída de los bonos, está la mesa servida para lograr un buen acuerdo, pero eso requiere una idoneidad de parte del gobierno que por ahora por lo menos no ha exhibido. Los bonos pasaron de 100 a 40, y si los bonos valen 60 después de una restructuración, los bonistas van a estar aceptablemente satisfechos porque la pérdida fue muy grande. Entonces le podés infringir una pérdida a los bonistas, que sería lo que harías si le pagas menos intereses y extendés los plazos, podrías lograr que tu carga de deuda sea mucho más llevadera y al mismo tiempo que la pérdida que sufran los bonistas no sean tremendas.

P: ¿Qué antecedente deja la negociación en Buenos Aires y el hecho de que no hubo gran aceptación del canje que propuso Nación?

R: Son dos fracasos del gobierno, de Kicillof y del ministerio de Economía. El de Kicillof fue más resonante porque se puso en la postura “no pago” y al final “son todos malos pero igual les pago”, o sea, fue muy mala la negociación. Para terminar como terminó no tendría que haber dicho nada. Y sobre el bono dual, que se dijo primero que se prorrogaba por el gran interés externo y al final el interés de los bonistas llegó al 10%, un fracaso. Fue una mala propuesta y por lo tanto estaba condenada al fracaso, no hablaron suficiente con los fondos para asegurarse un grado de adhesión inicial, hicieron una mala gestión.

P: ¿Cuánto pesa en la discusión que se viene ahora?

R: Por lo pronto, le baja credibilidad al gobierno argentino y va a tener que esmerarse para hacer propuestas coherentes y no cosas que vayan a rechazos claros. Esperemos que de acá en adelante mejoren, como un equipo que empezó mal, perdiendo 2 a 0 y en el segundo tiempo puede darlo vuelta, pero arrancás peor que un 0 a 0. Lo importante es lo que pase en este mes y medio, pero empezaron mal. En otras cosas empezaron bien, porque dieron una señal de responsabilidad fiscal, que es importante.

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D’Atellis: “El peligro de default existe”


P: ¿El punto más sensible son los bonistas o el FMI?

R: Son los bonistas. El FMI esta en una situación de cierta meaculpa, es consciente de que el crédito que le otorgó a la Argentina fue un error. Ahí el acuerdo es más político, y creo que el Fondo está dispuesto a firmar un nuevo acuerdo sin mayores condicionamientos. El caso de los acreedores privados es más difícil, porque tenés una mezcla de intereses económicos donde los tipos van a pelear a más no poder para evitar una quita de capital, y hay una lógica de algunas fondos muy grandes -y esto se vio en Buenos Aires- que también responden a intereses más grandes, que están en pie de guerra con el gobierno actual. La deuda está muy atomizada y hay jugadores muy fuertes: el fondo Fidelity, que complicó la discusión en Buenos Aires, tiene bajo administración en todo el mundo alrededor de 450 mil millones de dólares en activos financieros, diez veces las reservas del Banco Central de Argentina. No le movés la aguja por 250 millones de dólares.

P:¿Qué marca para la negociación nacional lo que sucedió en Buenos Aires y el fracaso del canje del bono de Nación?

R: Uno de los grandes tenedores del bono dual es el fondo Blackrock. Estos fondos están acostumbrados a jugar al límite, manejan capitales muy grandes. Entre Blackrock, Fidelity, Allianz, Franklin, tienen cerca de u$s 25 mil millones de deuda argentina, tienen posibilidad de complicarte cualquier acuerdo de reestructuración, considerando las cláusulas de negociación colectiva que obligan a tener entre 66 y 75% de aceptación. Buenos Aires es una alerta sobre una negociación muy dura que se puede generar con la deuda nacional. Si alguno de estos fondos tienen intención de empujarte al default, pueden terminar haciéndolo. Algunos dicen que los tenedores pierden con el default: no, ojo que estos fondos no pierden nunca, porque al final pueden ir por el camino legal, los fondos buitre, y tienen posibilidad de cobertura, seguros contra default, cosas que pueden hacer que incluso empujándote al default ganen mucho más.

P: ¿Qué tan grave es el escenario? ¿Cuál es el peligro real de caer en default?

R: Es un peligro que existe, y no es menor. Si estos fondos no están dispuestos a cooperar, a aceptar un proceso de reestructuración que implique una quita, a ceder, si tienen una postura firme, de empujarte al abismo y jugar con eso, bueno, la tenemos muy complicada. Porque Argentina no tiene la posibilidad de evitarlo pagando. A partir del 31 de marzo los números empiezan a no dar, y mirando los vencimientos, para mayo, si no lograste arreglarlo, ya empezás a no poder pagar y terminás en default. Esa probabilidad existe. ¿Es baja? No, la verdad que no. Y todo el resto está supeditado al resultado de esto, cualquier plan económico.

En números

US$ 320.000
millones es la deuda pública total de la Argentina, según datos del Congreso Nacional.
US$ 130.000
millones es la deuda de la Nación con acreedores privados.

US$ 63.800
millones de deuda privada vencen solo en este 2020. Para el 2021, el vencimiento es de US$ 40.400 millones.

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