Incertidumbre por el futuro de Invap en la Bolivia sin Evo Morales

La empresa estatal rionegrina tiene en ejecución un contrato para la construcción de tres centros de medicina nuclear y tratamiento de radioterapia. Hay técnicos argentinos en La Paz y especialistas bolivianos que se forman en Bariloche. Nadie quiere hablar porque hay temor por la violencia política.

Con Evo Morales fuera de la presidencia de Bolivia, el futuro de uno de los tres grandes contratos internacionales en materia nuclear que tiene Invap entró en una etapa de enorme incertidumbre. Es tal la falta de certezas que nadie quiere hablar: ni los directivos de la empresa estatal rionegrina ni los médicos y técnicos bolivianos que desde hace meses se están formando en el Centro de Radioterapia de Bariloche.

En Bariloche hay diez especialistas de las áreas de oncología, radioterapia, física médica y bio-imagenología que se están formando en Intecnus, la fundación que creó la Comisión Nacional de Energía Atómica para operar el Centro de Radioterapia ubicado en la ruta 82.

Y en Bolivia hay entre 8 y 10 empleados de Invap, entre técnicos, ingenieros y físicos. “Había dos mujeres, pero las hicimos volver por precaución”, dijo un vocero de la empresa.

Hay un temor enorme entre las fuentes que, bajo promesa de anonimato, le dieron a “Río Negro” la poca información que se obtuvo. La violencia ejercida por las fuerzas armadas y los grupos parapoliciales que forzaron la renuncia del presidente y provocaron el golpe de Estado actúa como un veneno que paraliza y crea bozales.

Este diario habló de todos modos con agentes de la Agencia Boliviana de Energía Nuclear. Transmitieron el terror que se siente y la incertidumbre sobre el futuro.

En primer plano Vicente Campenni, CEO de Invap. Detrás, el entonces presidente Evo Morales.

El miércoles un médico de esa agencia dijo a través de una consulta telefónica que el Instituto de Medicina Nuclear de El Alto, la ciudad pegada a La Paz donde los seguidores de Evo son fuertes, está casi terminado (restan detalles), aunque ya está funcionando.

El centro de radioterapia de La Paz tiene un nivel de avance del 40% y el de Santa Cruz de la Sierra, de un 70%. Los datos aportados desde Bolivia fueron cotejados con una fuente de Invap en Bariloche, que también pidió que su nombre no se publicara.

El contrato de los centros de medicina nuclear en Bolivia es por 150 millones de dólares. El flujo de pagos fue hasta ahora constante y nadie en Invap se anima a arriesgar cómo continuará la ejecución del pacto comercial.

Algunos números

US$ 150.000.000
es el monto del contrato que une a la Agencia Boliviana de Energía Nuclear e Invap para la construcción de centros de radioterapia.
$ 7.500.000.000
facturó Invap en su último ejercicio, iniciado en julio de 2018 y finalizado en junio de 2019, según el balance aprobado hace un mes.

Para la empresa el ingreso de dólares es vital para sostener la estructura de 1.400 empleados, la mayoría de los cuales trabaja en Bariloche. Aunque deben liquidar esas divisas y transformarlas en un término perentorio en pesos, los contratos en dólares fueron un plus para la empresa en estos años. Además de Bolivia, la empresa tiene contratos con Brasil y con Holanda.

En Brasil trabajan en el desarrollo y construcción de un reactor nuclear. El acuerdo es por 35 millones de dólares.

En Holanda el contrato es por un reactor nuclear de investigación y producción de radioisótopos para usos medicinales, por 400 millones de dólares.


Flujo de fondos


Las obras en territorio boliviano avanzaron hasta ahora a buen ritmo. El contrato con Invap es por la provisión “llave en mano” de los centros de medicina nuclear. El diseño y la dirección están a cargo de la empresa con sede en Bariloche, pero la construcción es con empresas locales.

Para el gobierno de Evo Morales, se trataba de obras prioritarias. Por eso –explicaron en Invap– nunca hubo interrupciones en el flujo de los fondos.

“Las empresas que contratamos en Bolivia son dos y ambas trabajan muy bien, cumplen con los plazos, son serios y tienen alta calidad”, dijo el portavoz de Invap.


La posibilidad de reflotar el plan satelital argentino


Además de la incertidumbre en Bolivia, las autoridades de Invap se preparan para la nueva etapa política que el 10 de diciembre arrancará en nuestro país. Hoy la empresa es menos dependiente de los contratos con el Estado argentino, aunque su participación en los ingresos globales sigue siendo importante.

El “know how” que Invap adquirió en las últimas dos décadas en materia espacial no pudo ser explotado en toda su dimensión bajo el gobierno de Mauricio Macri.

Los especialistas bolivianos que se forman en San Carlos de Bariloche, una imagen tomada hace unos meses.

Hay un satélite de observación de la tierra, Saocom 1-B, que está aún dentro de la planta de Invap, en el este de Bariloche, y un proyecto de desarrollo de otro.

Además junto con una empresa turca, Invap diseña un minisatélite geoestacionario de comunicaciones, en procura de satisfacer la demanda de un mercado en crecimiento.

Cuando el primer centro comenzó a funcionar, Evo Morales recorrió las instalaciones.

En la empresa rionegrina, no obstante, creen que la asunción de Alberto Fernández en la presidencia abre la posibilidad de avanzar con la tercera versión de la familia Arsat, que también es un satélite geoestacionario de comunicaciones. La empresa estatal que explota los Arsat 1 y 2 “tiene ventas suficientes como para financiar el desarrollo del tercero”, dijo un vocero de Invap.


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