Integridad electoral en las redes sociales

Hernán Gonçalves Figueiredo (*)

Los procesos electorales de los últimos años, en todo el mundo, pusieron de relieve cómo las nuevas tecnologías cambiaron el modo en que las personas nos conectamos, expresamos e informamos.


Campañas electorales, noticias y opiniones políticas, circulan intensamente a través de las redes sociales y otros entornos digitales, que permiten un acceso sin precedentes a la información.


Los tiempos de circulación y difusión de las noticias se aceleraron enormemente; existe la posibilidad de interactuar con los candidatos, y la realidad nos muestra que cada vez más ciudadanos se informan de cuestiones políticas y electorales a través de estos nuevos canales.


Al mismo tiempo, los avances tecnológicos plantean retos a las autoridades electorales, generados por la superposición de lo real y regulado (mundo offline) con lo virtual y no regulado (mundo online).


Uno de los desafíos más discutidos está dado por la posibilidad de que las nuevas herramientas sean malversadas para distorsionar información con el propósito de influir artificialmente en la opinión de las personas. El concepto de desinformación, sintetizado con el anglicismo “fake news”, alude precisamente a esto.


No es que antes no existiera la noticia falsa. Basta recordar la transmisión de radio con la que Orson Wells sembró pánico en la ciudad de Nueva York, en 1938, con una supuesta invasión extraterrestre que muchos creyeron real. La noticia falsa no es producto de las nuevas tecnologías. Lo que sí cambió con ellas, es la manera en que la noticia se distribuye, tanto por la celeridad de su propagación, como por la personalización que permite la técnica de microsegmentación.


Eso podría distorsionar la calidad del debate público y el Estado democrático tiene un interés eminente en preservar la “integridad” del proceso electoral, que comprende la necesidad de que el derecho a votar no se vea afectado por la confusión o una influencia indebida en la voluntad de los electores.


En ese marco, la Cámara Nacional Electoral convocó a suscribir un compromiso para combatir la desinformación online durante las elecciones nacionales de este año, a múltiples actores que podrían cooperar para resguardar la integridad de la información política electoral.


El objeto del compromiso es promover “la honestidad del debate democrático en las próximas elecciones nacionales, de modo de contribuir a mitigar los efectos negativos de la divulgación de contenido falso y demás tácticas de desinformación en redes sociales y otros entornos digitales”.
Este modelo colaborativo, explorado en otros países, es inédito en cuanto al consenso logrado. El jueves 30 de mayo, firmaron el documento la mayoría de los partidos políticos nacionales; las empresas Facebook, Twitter, Google y WhatsApp; la Asociación Latinoamericana de Internet (ALAI); las asociaciones de prensa tradicional como ADEPA y FOPEA; la agencia de noticias Agence France-Presse, la Asociación de Periodismo Digital (APD); la Defensoría del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual; y el Director regional de IDEA Internacional, entre otros.


Para las plataformas, el documento incluye un apartado específico, en el cual las empresas reconocen “la complejidad y la tensión que puede existir durante el proceso electoral con la difusión o proliferación de información inexacta o noticias falsas, y acuerdan, dentro del marco de sus posibilidades y herramientas, colaborar con las autoridades competentes en este proceso respetando los valores democráticos y la libertad de expresión”.
Se trata de una iniciativa innovadora, en un campo que requiere la creatividad y participación de todos los actores involucrados.


(*) Secretario de Actuación Judicial de la Cámara Nacional Electoral.


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