Inteligencia artificial y práctica judicial

Martín Lozada*


Prometea permite realizar resoluciones jurídicas de manera íntegra a través de la detección de patrones y predice la solución de un caso judicial sencillo en menos de 20 segundos, con una tasa de aciertos del 96%.


Estamos acostumbrados al empleo de la inteligencia artificial en ámbitos tan diversos como la producción, la comunicación digital y el transporte. E incluso en materia de predicciones, desde el clima a la detección temprana de problemas de salud.

Sin embargo, su aplicación en la escena judicial suele generar razonables dudas.

En el ámbito forense el aporte humano a la resolución del caso no suele quedar limitado a su adecuación legal, sobre la base de la ley vigente y sus desarrollos doctrinarios y jurisprudenciales.

A la hora de arribar a la solución justa, el operador humano se vale de habilidades morales y valorativas, sumadas a la empatía y la capacidad de evaluar su pertinencia social.

Simultáneamente, aceptamos cada vez con mayor frecuencia que el saber jurídico no está exclusivamente fundado en la racionalidad, objetividad y neutralidad de los operadores del derecho.

Estas últimas vienen siendo puestas en crisis en las últimas décadas. Tanto por algunas tendencias de la filosofía del derecho pero también, y acaso de forma más contundente, por parte de los científicos cognitivos, de los filósofos de la mente y de la propia neurociencia.

De modo que la solución que se le atribuya al caso dependerá, en muchas ocasiones, de elementos ajenos a la lógica, tales como la autoridad, el contexto social, la situación política, la ética del juzgador y sus creencias.

Sobre esas percepciones generalizadas está llamada a impactar Prometea, una reciente aplicación desarrollada por el Laboratorio de Innovación e Inteligencia Artificial de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.

Se trata del primer sistema de inteligencia artificial predictivo de América Latina, que comenzó a implementarse en 2017 en el Ministerio Público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Prometea permite realizar resoluciones jurídicas de manera íntegra a través de la detección de patrones y predice la solución de un caso judicial sencillo en menos de 20 segundos, con una tasa de aciertos del 96%.

¿Podrán los algoritmos, en un futuro cercano, elaborar decisiones compatibles con la pertinencia al objeto procesal, su adecuación social y el valor justicia?

Fue probado por la Corte Constitucional de Colombia en donde fue capaz, con intervención humana, de leer, analizar y sugerir casos prioritarios sobre el derecho a la salud en menos de 2 minutos. Algo que a una persona le hubiera llevado 96 días de trabajo.

Prometea está siendo utilizado actualmente por la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Allí opera de tres formas: para la resolución del fondo de asistencia legal a las víctimas, para realizar notificaciones a los Estados y como herramienta de búsqueda para rastrear precedentes.

Además, permite traducir textos a los cuatro idiomas oficiales de la Corte: inglés, español, francés y portugués.

Su acogida en la práctica judicial de la República Argentina es ya un hecho. Además del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la Suprema Corte de Justicia de Mendoza y el Superior Tribunal de Justicia de Corrientes han recurrido a sus prestaciones.

En todo caso, Prometea llama la atención acerca de la incidencia de las nuevas tecnologías en un campo, como el de la práctica judicial, legítimamente preocupado por ofrecer una solución justa al caso.

¿Podrán los algoritmos, en un futuro cercano, elaborar decisiones compatibles con la pertinencia al objeto procesal, su adecuación social y el valor justicia?

*Doctor en Derecho, profesor titular de la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN)


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