Israel firmó acuerdos con Emiratos y Bahréin en Estados Unidos

Lo ocurrido el martes en la Casa Blanca tiene carácter histórico y al mismo tiempo generó rechazo. Los cancilleres de Emiratos Árabes Unidos y Bahréin firmaron con el primer ministro de Israel dos acuerdos de establecimiento de relaciones diplomáticas.

Todo se dio con la presencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien prometió que cinco o seis países de Medio Oriente tomarán la misma decisión muy pronto.

«Tras décadas de divisiones y conflictos, somos testigos del amanecer de un nuevo Medio Oriente», celebró Trump. Por su parte, el mandatario israelí, Benjamin Netanyahu, calificó el reconocimiento de los dos países del Golfo Pérsico a su Estado como un «hito de historia» y agregó que estos acuerdos podrían «acabar con el conflicto árabe-israelí de una vez por todas».

Según explicaron los dirigentes políticos al anunciar el acuerdo, el Gobierno de Netanyahu suspende sus planes de anexión de partes de Cisjordania, uno de los tres territorios que la mayoría de la comunidad internacional considerada como ocupados y como parte de un futuro Estado palestino en una resolución negociada de ese conflicto.

En cambio, en el anuncio del acuerdo con Bahréin, no se hace mención directa a esta suspensión, pero sí se estableció que el reconocimiento buscaba avanzar hacia una paz en la región y, especialmente en el conflicto israelí-palestino.

En tanto, el canciller de los Emiratos, Abdallah bin Zayed al Nahyan, afirmó que «es un cambio en el corazón de Medio Oriente» y agradeció personalmente a Netanyahu «por haber elegido la paz y haber detenido la anexión de territorios palestinos».

Finalmente, el canciller y firmante por Bahréin, Abdel Latif al Zayani, ratificó su apoyo por una «solución de dos Estados» para resolver el conflicto entre Israel y los palestinos. 

El contexto

A comienzos del 2020 y pese a no mantener un diálogo con la dirigencia palestina, el Gobierno de Trump presentó una propuesta de lo que denominó como un acuerdo de paz, que establecía la anexión de los principales asentamientos israelíes en Cisjordania a cambio del control del resto de los territorios palestinos ocupados y de otras pequeñas porciones de tierras sin valor estratégico o económico.

La anexión que Israel ahora se comprometió a postergar es la que había dicho lo habilitaba esa propuesta de acuerdo de paz, pese a que había sido rechazada casi de inmediato por todo el arco político palestino, por la mayoría de los países de Medio Oriente y por las principales potencias mundiales, como Rusia y la Unión Europea.

Mientras se firmaba el acuerdo, miles de palestinos protestaron en las calles de los territorios ocupados de Cisjordania y la Franja de Gaza en contra de los acuerdos firmados en Washington y los calificaron como una «traición» y «una puñalada en la espalda».

El presidente palestino, Mahmud Abbas, además rechazó no solo las declaraciones de los Gobiernos de Israel y Estados Unidos, sino también de las monarquías árabes que hasta ahora contaba entre sus aliados regionales. «No habrá paz, seguridad o estabilidad para nadie en la región sin el fin de la ocupación y (sin) el respeto de los plenos derechos del pueblo palestino», sentenció Abbas en un comunicado.

El mandatario acusó a Emiratos y Bahréin de traicionar «el consenso árabe» que existe desde la fundación del Estado de Israel hace más de 70 años y que, con las únicas excepciones de una potencia regional musulmana -Turquía-y dos árabes -Egipto y Jordania-, establece que Estado israelí solo será reconocido cuando éste llegue a un acuerdo de paz con los palestinos.

Israel ocupa militarmente los tres territorios que el Gobierno palestino reclama para su futuro Estado desde hace más de 50 año y, pese a la prohibición del derecho humanitario, ha sistemáticamente trasladado a su población a parte de esos territorios a través de sus asentamientos, hoy más de medio millón de colonos en Jerusalén este y Cisjordania.

Estados Unidos nunca aceptó una anexión de estos asentamientos ni reconoció a Jerusalén como la capital de Israel hasta que Trump llegó a la Casa Blanca.

Además de su estrecha alianza con Israel, los acuerdos firmados hoy reflejan un nuevo paso en el esfuerzo sostenido del mandatario estadounidense de crear un coalición de socios en Medio Oriente frente a lo que considera la amenaza de Irán a sus aliados.

El líder árabe de esta coalición es Arabia Saudita, una poderosa monarquía que aunque no se sumó a los reconocimientos oficiales del Estado de Israel, no hay duda que bendijo la decisión de sus estrechos aliados, Bahréin y Emiratos.


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