Crimen del «Ruso» Auer en Neuquén: el cuarto detenido es la pieza clave

Le impusieron prisión preventiva por seis meses, acusado de homicidio triplemente calificado. Pedirán que el caso sea declarado complejo para poder ampliar los plazos de la investigación.

Miguel Franco Livello, el último detenido por el asesinato del agenciero Miguel «Ruso» Auer en Neuquén, es la pieza que hace encajar a todas las demás en el tablero de un crimen que según la fiscalía fue organizado con tiempo y pensando en cada detalle.

En la audiencia de formulación de cargos realizada este jueves, el juez Mauricio Zabala le impuso seis meses de prisión preventiva acusado de partícipe necesario de homicidio triplemente calificado: por uso de armas, por el concurso premeditado de dos o más personas, y por haber sido cometido para encubrir otro delito; además de tentativa de robo agravado por uso de armas. La pena para esos delitos es prisión perpetua.

Este viernes los otros tres imputados, Jorge Marcelo Sosa (autor material), Jorge Alberto Falconi y Gabriel Castro Herrera serán acusados de los mismos delitos. Hasta ahora les atribuían robo agravado seguido de muerte, que tiene una pena alta (la máxima llega a 33 años) pero no perpetua.

Además la fiscalía pedirá que se declare caso complejo, con lo que los plazos de investigación se estirarán hasta un año de cometido el hecho. Eso permitirá, en teoría, llegar al juicio por jurados sin el apremio de una agenda judicial en la que casi no hay espacio para programar audiencias.

El último era el primero


El equipo de la fiscalía formuló los cargos. La defensa se opuso. (Matías Subat)

Livello fue el último detenido -lo atraparon el miércoles- pero era el primer sospechoso. El fiscal jefe Agustín García, un tiempista admirable, recién pidió su detención cuando consideró llegado el momento.

Según explicó en la audiencia de formulación de cargos, junto con la fiscal del caso Eugenia Titanti y la asistente letrada Guadalupe Inaudi, Livello es la pieza que une a todos los protagonistas.

Conocía al «Ruso» Auer por lo menos desde 2017. Apostaba en sus agencias, y tenía tal grado de confianza con él que pagaba en diferido. También es amigo de los otros tres imputados.

La fiscalía le atribuye haber participado en la planificación y organización del hecho, y haber aportado información sustancial para cometerlo. Por ejemplo, les hizo saber que la víctima guardaba mucho dinero en efectivo en una oficina, que estaba armado, que tenía cámaras y que sólo recibía a gente de confianza. Como él.

El contacto


El 17 de octubre del 2022, Livello se comunicó con Auer a propósito de una deuda de dinero que mantenía con él, y aprovechó para hablarle de Gabriel Castro Herrera, un supuesto cliente interesado en comprar dólares.

Auer era un hombre confiado, pero no le abría a cualquiera la puerta de su búnker en el edificio de 9 de Julio 45, tercer piso. Allí trabajaba rodeado de cámaras y con un revólver calibre 44 Magnum en la cintura.

El 18 de octubre, el «Ruso» atendió a Castro Herrera por la mediación de Livello, explicó el equipo de fiscales, e hicieron una transacción. Los cómplices Sosa y Falconi estaban en las inmediaciones del edificio.

El día del crimen


Castro Herrera, con el canal de comunicación ya abierto, siguió en contacto con Auer y le dijo que quería comprar más dólares. Pactaron un nuevo encuentro para el 24 de octubre al mediodía, otra vez en la oficina de 9 de Julio 45.

El hombre llegó a la zona céntrica en una Chery Tiggo gris junto con Sosa, mientras que en una Hilux gris oscura arribaron Livello y Falconi. Eso se pudo reconstruir en base a la geolocalización de sus respectivos teléfonos.

Luego, ya se sabe lo que sucedió. A medias disfrazados para eludir las cámaras, Castro Herrera, Falconi y Sosa subieron a la oficina de Auer, mientras Livello los esperaba en la Hilux. Como Auer se resistió al asalto, lo ejecutaron de dos balazos. Murió el 4 de noviembre en el hospital.

El equipo de la fiscalía de Homicidios reveló en la audiencia del jueves que Livello se fue esa misma tarde a Viedma junto con Sosa y Falconi. Regresó el 3 de noviembre a su vivienda en Centenario.

Durante todo el tiempo posterior al homicidio, mantuvo contacto telefónico con los otros tres acusados. Y cuando éstos fueron detenidos, vendió un colectivo para pagarles a los abogados.

Oposición de la defensa


El defensor particular Gabriel Gutiérrez se opuso a la formulación de cargos, dijo que la fiscalía hacía muchas suposiciones pero no tenía ninguna prueba concreta de la planificación, y que no aportaba el contenido de las conversaciones entre Livello y el resto de la banda.

También se opuso a la prisión preventiva, y ofreció una detención domiciliaria.

El juez Zabala tuvo por formulados los cargos, la calificación legal y por los riesgos procesales de fuga y entorpecimiento de la investigación, dispuso seis meses de prisión preventiva.


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