¿Espontáneo o guionado?: por qué Máximo Thomsen rompió el silencio

Los especialistas del caso Fernando Báez Sosa afirman que el testimonio del rugbier forma parte de una estrategia de su abogado, Hugo Tomei. Qué espera la defensa al mostrar este lado "más humano" de los acusados.

Máximo Thomsen, uno de los rugbiers más complicados en la causa por el asesinato de Fernando Báez Sosa, declaró sorpresivamente esta tarde durante la decimoprimera audiencia del juicio oral.

El joven tomó la palabra justo después de que su madre, Rosalía Zárate, declarara como testigo. Previamente madre e hijo se quebraron durante el relato de lo vivido a raíz de la muerte de Fernando.

Thomsen aseguró que nunca tuvo la intención de matar a nadie. Además, contó que antes de ir al boliche ya estaban “medio mamados” y que dentro recibió empujones que lo hicieron responder de la manera en la que actuó en la madrugada del 18 de enero de 2020.

Según algunos analistas, todo sería parte de la estrategia llevada adelante por el abogado Hugo Tomei. La defensa de los rugbiers tendría en claro que hasta altura del debate es inevitable una condena por homicidio.

Ahora, el blanco estaría en evitar la cadena perpetua. Una cosa es recibir 35 años de prisión por «homicidio doblemente agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas» y otra muy diferente es obtener seis años por un «homicidio en riña».

Thomsen quiso mostrar a los jueces un «lado humano». El hijo que se quiebra ante el llanto de su madre, así como el joven que mató pero que en realidad no quiso hacerlo.

También salió a reafirmar la estrategia de «la pelea», con el propósito de desestabilizar el plan del staff de Fernando Burlando, quienes sostienen la existencia de una «banda criminal». El rugbier expuso que su accionar fue una reacción de defensa ante una agresión previa.

«Veo que uno de mis amigos se estaba por meter en una ronda de gente desconocida. Salgo corriendo detrás de él y digo ‘se van a pelear’. Y me pegan una piña en la cara. Lo primero que hago es defenderme tirando patadas. Pero jamás en la vida con la intención de matar a alguien«, afirmó.

Asimismo, añadió: “Siento que alguien me pone la mano en el pecho, me doy vuelta pensando que me iba a pegar y era un amigo, me dice ‘basta’. Miré para el costado y nadie estaba pegando, me vuelvo a dar vuelta a ver si veo a todos mis amigos y me voy yendo».

Esta es la segunda vez que un rugbier sale a hablar de manera intempestiva. El jueves lo hizo Luciano Pertossi, en una testimonial que fue catalogada como «espontánea» por la defensa.

«Quiero aclarar algo: yo no estaba ahí«, afirmó rotundo cuando los peritos pasaban un video que lo señalaba en la escena del crimen.

La próxima ronda de testigos, que se pospuso para el miércoles, promete volver a ponerlo como protagonista con la declaración de José María Ventura, papá de Pablo, el remero al que Thomsen incriminó.

Con información de Clarín


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